|
Los
expertos la denominan Hypotenemus hampei, pero los productores
la conocen simplemente como la broca del cafeto, una plaga que cunde
en sus cultivos y acaba en poco tiempo con la esperanza de una cosecha
exitosa. Aunque existen algunas alternativas para combatirla, los
costos no siempre son accesibles a los bolsillos de los afectados.
Las trampas cazabrocas fueron la solución que Antonio García
Hernández, docente de la Facultad de Agronomía de
la uv, decidió dar a este problema. Se trata de una opción
sencilla y barata que no requiere más que persistencia y
una pequeña inversión que no excede de 100 pesos;
además, su aplicación es tan poco compleja que cualquier
persona, con una breve capacitación, puede realizarla sin
contratiempos.
El académico aclaró que la broca es un gorgojo, del
tamaño de la cabeza de un alfiler, que penetra al fruto del
café en campo normalmente de 80 a 120 días después
de la primera floración; ahí deposita sus huevecillos
que, una semana más tarde, eclosionan y se convierten en
larvas o gusanitos. Ese estado dura cerca de dos semanas y es la
etapa más crítica para el café porque se desaparece
mientras se agusana y, de no controlarse, las pérdidas son
muy significativas.
La estrategia de García Hernández para eliminar esta
plaga consiste en crear una trampa que deberá ser colgada
en el cafeto a fin de que, atraída por una preparación
de alcoholes etílico y metílico con un poco de pulpa
de café cereza, la broca sucumba. En su fabricación
se requieren los materiales ya mencionados, que conformarán
el atrayente para colocarlo en un trozo de corcho dentro de un frasco
de plástico de medio litro, que lleva en la parte superior
un cono y un plato verde, rojo o amarillo del mismo
material. Todo esto se une con alambre galvanizado para que finalmente
pueda ser suspendido en el árbol de café.
El costo total de esta trampa es aproximadamente de seis pesos y
existe una forma, según apuntó el académico,
de que la inversión se reduzca a sólo 50 centavos
por artefacto: Podemos utilizar envases de refresco que sustituyan
todo lo que he mencionado, a excepción de lo que utilizamos
para fabricar el atrayente, y utilizar en vez de corcho, que es
relativamente costoso, un olote, aunque con este último aún
tendríamos que probar su efectividad.
Con tales trampas (16 por hectárea, propone García
Hernández), en tres meses se han logrado capturar hasta 260
mil brocas. Esto equivale a una inversión cercana a
los 100 pesos, pero hay que considerar que las trampas pueden ocuparse
muchas veces porque son materiales no degradables que funcionan
en poscosecha y luego se recogen, limpian y guardan para volver
a ser utilizados.
Como esta plaga no se erradica, sólo se controla, es necesario
dar seguimiento a estrategias como la que aquí se propone.
Por otra parte, se vuelve importante analizar todo el daño
que produce el uso de químicos en nuestros cultivos y pensar
en alternativas que no impliquen un daño ecológico.
Ésta es una de ellas, no la única, pero es una
opción poco costosa y sin efectos secundarios para el ambiente.
El éxito de la trampa cazabrocas ya ha sido validado y difundido
por la Dirección General de Sanidad Vegetal de México,
quien evaluó este trabajo y lo integró como una alternativa
más de control de la broca del café al publicarlo
en la Norma Oficial 002 FITO 2000, además de incluirlo en
el manual técnico del Manejo integral de la broca del café
en México.
También se ha logrado obtener gran impacto en el sector cafetalero
de Veracruz y de otros estados, de donde han solicitado capacitación
a la Facultad de Agronomía, específicamente a Antonio
García Díaz, quien ya ha viajado con este fin a San
Luis Potosí, Nayarit, Hidalgo, Puebla, Guerrero y Oaxaca. |