Enero 2002, Nueva época No. 49 Xalapa • Veracruz • México
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Diseña académico de la UV una trampa como alternativa contra la broca del café
Elizabeth Vázquez Narváez

 

Los expertos la denominan Hypotenemus hampei, pero los productores la conocen simplemente como la broca del cafeto, una plaga que cunde en sus cultivos y acaba en poco tiempo con la esperanza de una cosecha exitosa. Aunque existen algunas alternativas para combatirla, los costos no siempre son accesibles a los bolsillos de los afectados.

Las trampas cazabrocas fueron la solución que Antonio García Hernández, docente de la Facultad de Agronomía de la uv, decidió dar a este problema. Se trata de una opción sencilla y barata que no requiere más que persistencia y una pequeña inversión que no excede de 100 pesos; además, su aplicación es tan poco compleja que cualquier persona, con una breve capacitación, puede realizarla sin contratiempos.

El académico aclaró que la broca es un gorgojo, del tamaño de la cabeza de un alfiler, que penetra al fruto del café en campo normalmente de 80 a 120 días después de la primera floración; “ahí deposita sus huevecillos que, una semana más tarde, eclosionan y se convierten en larvas o gusanitos. Ese estado dura cerca de dos semanas y es la etapa más crítica para el café porque se desaparece mientras se agusana y, de no controlarse, las pérdidas son muy significativas”.

La estrategia de García Hernández para eliminar esta plaga consiste en crear una trampa que deberá ser colgada en el cafeto a fin de que, atraída por una preparación de alcoholes etílico y metílico con un poco de pulpa de café cereza, la broca sucumba. En su fabricación se requieren los materiales ya mencionados, que conformarán el atrayente para colocarlo en un trozo de corcho dentro de un frasco de plástico de medio litro, que lleva en la parte superior un cono y un plato –verde, rojo o amarillo– del mismo material. Todo esto se une con alambre galvanizado para que finalmente pueda ser suspendido en el árbol de café.

El costo total de esta trampa es aproximadamente de seis pesos y existe una forma, según apuntó el académico, de que la inversión se reduzca a sólo 50 centavos por artefacto: “Podemos utilizar envases de refresco que sustituyan todo lo que he mencionado, a excepción de lo que utilizamos para fabricar el atrayente, y utilizar en vez de corcho, que es relativamente costoso, un olote, aunque con este último aún tendríamos que probar su efectividad”.

Con tales trampas (16 por hectárea, propone García Hernández), en tres meses se han logrado capturar hasta 260 mil brocas. “Esto equivale a una inversión cercana a los 100 pesos, pero hay que considerar que las trampas pueden ocuparse muchas veces porque son materiales no degradables que funcionan en poscosecha y luego se recogen, limpian y guardan para volver a ser utilizados”.

Como esta plaga no se erradica, sólo se controla, es necesario dar seguimiento a estrategias como la que aquí se propone. Por otra parte, se vuelve importante analizar todo el daño que produce el uso de químicos en nuestros cultivos y pensar en alternativas que no impliquen un daño ecológico. “Ésta es una de ellas, no la única, pero es una opción poco costosa y sin efectos secundarios para el ambiente”.

El éxito de la trampa cazabrocas ya ha sido validado y difundido por la Dirección General de Sanidad Vegetal de México, quien evaluó este trabajo y lo integró como una alternativa más de control de la broca del café al publicarlo en la Norma Oficial 002 FITO 2000, además de incluirlo en el manual técnico del Manejo integral de la broca del café en México.

También se ha logrado obtener gran impacto en el sector cafetalero de Veracruz y de otros estados, de donde han solicitado capacitación a la Facultad de Agronomía, específicamente a Antonio García Díaz, quien ya ha viajado con este fin a San Luis Potosí, Nayarit, Hidalgo, Puebla, Guerrero y Oaxaca.