|
|
Nuestro
artista invitado
Marco Tulio Lamoyi
La gran pared de vidrio gris:
Pintura moderna y su tabula rasa
Jay
Miskowiec
|
*Ensayo
presentado por el autor como disertación final en el
Seminario de Literatura Comparada, impartido
por
el doctor Jacques Derrida en París, en 1985.
Traducción: Agustín del Moral
|
La
pintura es escritura", señala Octavio Paz. De esa manera,
"Le Grand Verre, ou La Mariée mise à nue par ses
Celibataires, même" ("Gran vidrio, o La novia puesta
al desnudo por sus solteros, aun"), de Marcel Duchamp, se convierte
en "un texto que debemos descifrar". La pintura de Marco
Tulio Lamoyi "Y aquel día fueron rotas las fuentes del
gran abismo", aunque no está inspirada directamente en
esta obra de Duchamp, comparte una estructura similar y un tema correspondiente:
imágenes análogas, visiones incompletas de una belleza
divina: la representación del desnudo de una novia, la ascensión
de Cristo.
Los dos títulos refieren movimientos reveladores, apocalípticos.
Rápidamente podemos establecer algunos paralelos verbales:
la especificidad de "aquel día" y "La novia",
una mujer que sólo es novia el día de su boda; las acciones
violentas, trastornadoras de "fueron |
|
|
rotas" y "puesta al desnudo"; el simbolismo masculino,
sexual (y asexual) de "fuentes" y "solteros";
y, haciendo un corte diagonal en la comparación de las frases
del título, el vacío del "gran abismo" y
del "Gran vidrio". La semejanza visual más inmediata
entre "Gran Vidrio" y "Y aquel día
"
es la división del plano pictórico en un plano superior
y un plano inferior, cada mitad ocupada por una imagen distinta,
físicamente separada de la otra. Algún tipo de palabras
o frases o páginas: leemos fábulas de historia. Las
imágenes de estas dos pinturas existen más allá
de cualquier sitio particular: imágenes homogéneas,
transparentes, puras; no objetos verdaderos, sino posibles.
La preocupación estética de Lamoyi es evocadora del
Renacimiento, una figuración mimética de la realidad
visible o la entidad religiosa, un eje o una coyuntura fluida de
la naturaleza cambiante de la humanidad. Los motivos de "Y
aquel día
" son, física y metafóricamente
hablando, huellas: el movimiento de un barco parcialmente dibujado,
la ascensión de un cuerpo a medias mostrado: el vehículo
que llevó a Cristo al Nuevo Mundo y su partida de la tierra.
El barco entra a la pintura y el dios la abandona. Heredero de la
estética posmoderna inaugurada por Du-champ, el filósofo
francés Jacques Derrida, socavando los orígenes de
la representación, dice que "la metafísica del
logos (
) debe considerar a la escritura como su muerte y recurso."
Recuerda así la sentencia de Paz de que pintar es escribir:
para Lamoyi, la muerte engendra el icono.
Más que un medio de poder militar y de combate económico,
el barco ha representado para el mundo occidental la expansión
real de sí mismo. América (las Américas) es
una creación cultural formada en la tentativa de disolución
de otras civilizaciones que ya contaban con firmes concepciones
de la religión y la política. A través de la
catolización del Nuevo Mundo se conquistaron sistemas de
mitos y estructuras de la vida diaria propios de estas civilizaciones.
De esta manera, el barco está en relación con todos
los sitios de América.
|
|
Debido
a que siempre está en movimiento excepto cuando está
en el puerto, y aun así sólo lo está a la espera
de dejarlo su imagen siempre está parcialmente ausente:
es el no-estrado que produce el trágico escenario para la
población indígena. "Y aquel día
"
remite a una catolicidad propia de América Latina (aunque
éste no es el centro de la discusión); sin embargo,
la única posible indicación del mundo precolonial
es un fragmento de algo natural las hojas de palma parcialmente
pintadas y no algo humano, incompleto como el contorno de
la cruz que se dibuja sobre la vela mayor del barco: la sombra del
crucifijo ausente. Lamoyi se mueve fuera de los límites geomé-tricos
fijados por el marco. En el catálogo para la exhibición
de Lamoyi, Trópico de luz (abril-mayo de 1985, inba, Museo
de Arte Carrillo Gil, México), de la cual proviene "Y
aquel día
", Francisco Cervantes escribe que esas
|
pinturas
representan "figuras a medio dibujar, como en la vida."
"Y aquel día
" está en un constante
estado de desarrollo, de disolución. Su sintaxis nos lleva
arriba y afuera del marco. Desde el comienzo del cuadrante izquierdo,
el rumbo del barco español del siglo xvi nos conduce hacia
arriba y hacia la derecha, hacia la figura de Cristo que sigue su
curso. Sobre una diagonal respecto a la primera imagen, las piernas
están inclinadas ligeramente hacia adelante, y las espinillas
y los tobillos reflejan una luz que viene desde su frente y desde
su izquierda (occidente).
El barco bosquejado es una metáfora del paso, un punto en
su viaje; implica una partida y una llegada, como, inversamente,
la cristiandad implica un advenimiento y una resurrección.
El barco navega, como lo leemos, de izquierda a derecha, y, de esa
manera, de oeste a este: una nostalgia del Viejo Mundo, la mesiánica
promesa de un regreso a casa circular o espiral.
Paz dice que, en oposición a una tradición que viene
de Da Vinci, Duchamp sintió que en el mundo contemporáneo
"no hay realidad a través de la cual pueda encontrarse
el camino de afirmación de la 'cosa mentale': la obra es
ausencia de obra, des-obramiento: destruir el mundo de las apariencias
inmediatas (
) y hacer aparecer la obra a través de
la destrucción."
Lamoyi y Duchamp meditan sobre el ser, pero, más importante
aún, sobre la nada. Gran parte de [lo presente en] las obras
en discusión está ausente. La estructura aparece a
través de su destrucción, está completa en
su estado incompleto. Lo que no está escrito ni pintado completa
mucho de lo que se lee o percibe. O, más bien, en ambos artistas
encontramos el punto entre representación y percepción:
la ropa tal como resbala de la Novia, el oleaje entre la ola que
quedó atrás y la que se aproxima. Para Derrida, la
"discontinuidad de la escritura" es lo que "permite
que la diferencia entre espacio y tiempo se articule, aparezca como
tal, en la unidad de una experiencia." Paz ve este punto esencial
en Duchamp como el punto donde las contradicciones se resuelven,
sólo para experimentar una metamorfosis en otras contradicciones:
"Cesan para, transformadas, renacer inmediatamente (
)
en un objeto desconocido que alternativamente se muestra y se oculta,
se despliega y repliega" (Octavio Paz, Apariencia Desnuda.
La obra de Marcel Duchamp, fce, México, 1994, p. 226).
Duchamp dice que "Cambian las formas, no las esencias"
(p. 168) es un tema central de "Gran vidrio", una obra
que reflexiona sobre una era en la que la mentalidad tecnológica
comienza a cobrar autoridad. La Novia es un cuerpo humano convertido
en máquina; los solteros son trajes vacíos carentes
de cuerpos, manipulados por un dispositivo mecánico. Según
el artista, el cuadro representa una teología moderna, "una
versión del mito venerable de la Gran Diosa, la Virgen, la
Madre, la Exterminadora donadora de Vida. No es un mito moderno:
es la versión (la visión) moderna del Mito
exterior
a toda preocupación religiosa o antirreligiosa" (p.
172; p. 176). Paz interpreta este mito como el único de nuestro
siglo: La crítica (y si uno piensa en el psicoanálisis
o el estructuralismo, metodologías que se desarrollaban mientras
Duchamp trabajaba en "Gran vidrio", es evidente cuán
mecanizada se ha vuelto la crítica).
"Hay un continuo diálogo entre arriba y abajo",
dijo Duchamp acerca de la composición de "Gran vidrio".
La colocación de las imágenes sacraliza el espacio.
La parte superior de cada plano corresponde al cielo; la inferior,
a la tierra no un sitio terrestre fijo, sino la fluidez indeterminada
del océano. Como el barco que transporta la palabra de dios
sobre los mares, un carrito aparece cerca de los solteros, un vagón
pequeño que se presenta en "traje de Emancipación
y esconde en su seno el paisaje del Molino de agua" (p. 159),
que lo impulsa. Como el barco está representado sólo
por sus contornos, el carrito está hecho de un "metal
emancipado
libre de toda pesantez en el plano horizontal"
(p. 159), que refleja además los trajes vacíos de
los solteros.
Duchamp se refiere a la Novia como al Ahorcado Hembra (Pendu Femelle),
una especie de figura sacrificatoria, como el Cristo andrógino
que es el desposado divino que consuma su matrimonio en la cruz.
La Novia de Duchamp se resiste a la consumación: rechaza
cálidamente a los solteros, mientras el Cristo de Lamoyi
huye del mundo humano para encontrar a su novia en la ciudad celestial.
El barco y los solteros están subordinados al desposado y
a la novia, aunque estos últimos dependan de aquéllos
para su existencia: la novia no puede casarse sin sus pretendientes,
y Cristo sólo puede ser llevado al Nuevo Mundo en barco.
El deseo de ser desnudada y el deseo de ser crucificado es, esencialmente,
el deseo de ser. El derramamiento de la sangre de Cristo complementa
el "florecimiento", el "último estado de la
Novia desnudada antes del goce que la hará caer" (p.
155). "No es exagerado, dice Paz, llamar celeste a la zona
del Gran Vidrio que se extiende a la derecha de su mitad superior".
Una nube grisácea localizada en el espacio que corresponde
al de Cristo en "Y aquel día
" parece emerger
de su cabeza, rodeando con un halo de color carne tres cuadrados
blancos, fotografías de una tela blanca que cuelga sobre
una ventana abierta, como la pureza de dios vista contra un cielo
gris. Las fotos también son descritas como tres pistones
que cuelgan de tres clavos el mismo número que se necesitó
para clavar a Cristo a la cruz. Como el letrero en que se lee inri,
una pieza de material, "una tela aceptada y rechazada",
es llamada "Inscripción de arriba", cuya "función
consiste en trasmitir a los solteros (
) las descargas de la
Novia sus sensaciones; sus mandamientos" (p. 155).
Los testigos oculistas, los "testigos oculares de nuestra tradición
religiosa y jurídica" (p. 160) son mostrados como tres
círculos en el lado derecho de la mitad inferior de la pintura.
Espectadores de una manera que nosotros no podemos ser, escuchan
las interminables letanías recitadas por el carrito: "Vida
lenta. Círculo vicioso. Onanismo
" (p. 159). No
es posible conocer todos y cada uno de los elementos que lo constituyen,
porque el "Gran vidrio" representa una realidad que es,
como lo señala Paz, "esencialmente invisible".
Un dios ascendente es visto desde el esqueleto de un barco. Un casi
imperceptible cuadrado más oscuro dentro del fondo mayormente
gris enmarca las piernas y las velas. Las imágenes descansan
en lo infinito del espacio, la inmensidad del mar es percibida desde
la cubierta como una interminable extensión de vidrio que
debe ser cruzada. Desde el mismo espacio en el marco, lo que los
Solteros ven es "la desnudez del espacio: nada (
) Con
los ojos fijos en el horizonte, línea de agua que se congela
en vidrio, pasamos del deseo a la contemplación" (pp.
243-244). Los dos seres vírgenes están separados de
sus pretendientes, que persiguen estas intocables imágenes.
No es necesario obtener el objeto de la búsqueda. Como dice
Bruno (quemado en la hoguera por hereje hace cuatro siglos) en De
gli eroici furori, "es suficiente ver la belleza divina en
los límites del propio horizonte."
La narrativa en "Gran vidrio" y en "Y aquel día
"
existe como un vislumbre de una creencia espiritual. Duchamp dice:
"La palabra literatura tiene un sentido muy vago y no me parece
adecuada
Hay una gran diferencia entre una pintura que sólo
se dirige a la retina y una pintura que va más allá
de la impresión retiniana (
) Esto es lo que ocurre
con los religiosos del Renacimiento. El tubo de colores no les interesaba.
Lo que les interesaba era expresar su idea de la divinidad, en esta
o aquella forma. Sin intentar lo mismo y con otros fines, yo tuve
la misma concepción."
El deseo de enunciar algo divino vincula estas obras de Duchamp
y Lamoyi. "Gran vidrio" es la pintura del desnu-damiento
de una Novia, un "espec-táculo, una ceremonia, un fenómeno
fisiológico y psicológico (
) la pintura de una
física 'recreativa' y de una metafísica que se balancea,
como el Ahorcado Hembra, entre el erotismo y la ironía"
(pp. 164-165). La humanidad se está volviendo mecánica.
Lamoyi no ve un conflicto entre una tradición clásica
|
|
que
seinvolucra a sí misma con la representación mimética
de una realidad visible y la preocupación modernista de una
autorreferencialidad que ha hecho de la pintura el acto de
pintar su propio tema. Formas variadas de ejecución
existen en el marco, alterando la noción de unidad. Hay viento
que llena las velas y sangre que sale de las heridas; un cuerpo
truncado ilustra la ruptura del concepto lineal cristiano del tiempo
a través de la ruptura del plano pictórico. Lamoyi
y Duchamp combinan una exploración metafísica de la
historia con una exploración gramatical de lo visible.
Fuentes
bibliográficas
Derrida, Jacques. Of Grammatology. Baltimore: Johns Hopkins
University Press, 1976.
Paz, Octavio. Marcel Duchamp. New York: Seaver Press, 1978.
[Para la traducción del ensayo, nos hemos apoyado en Octavio
Paz. Apariencia desnuda. La obra de Marcel Duchamp, en Octavio Paz.
Los privilegios de la vista I. Arte moderno universal. Obras completas.
Círculo de lectores-fce, México, 1994.
Duchamp, Marcel. Green Box.
|
|