Julio-Agosto 2002, Nueva época No. 55-56 Xalapa • Veracruz • México
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Julián Adem, climatólogo global
Adalberto Tejeda-Martínez, Érika López-Silvestre y Yojana Nava-León /
Ciencias Atmosféricas de la UV

 

A principios de 2002, el doctor Julián Adem dejó de ser editor de la revista Atmósfera, que fundó en la unam en 1988 y que logró inscribir en los más prestigiados índices de publicaciones científicas del mundo. Adem es tuxpeño de nacimiento, investigador en la unamdesde hace más de 50 años e impulsor de la licenciatura en Ciencias Atmosféricas de la Universidad Veracruzana. Este texto tiene el propósito de hacer un recuento breve de la vida, obra científica, gestión académica y labor editorial de uno de los científicos más importantes nacido en suelo veracruzano.

El estudiante
En 1932, don Manuel C. Tello1 dejó la dirección de la Escuela Normal Veracruzana en Xalapa y un año después fundó la Secundaria y Preparatoria en Tuxpan, lo que permitió a José y Julián Adem continuar sus estudios y llegar, al poco tiempo, a la cima de la investigación científica. Eran los mayores de siete hermanos, hijos del matrimonio inmigrante libanés formado por Jorge Adem y Almas Chahín.
En 1952, José se doctoró en Matemáticas, en Princeton, y desde entonces postuló las llamadas en topología2 Relaciones de Adem. Esta aportación y otras más fueron de tal trascendencia que, con sólo unos 25 artículos publicados en revistas especializadas del mundo, por José Adem cosechó –antes de su muerte en 1991– cerca de 2 000 citas a sus trabajos. Se desempeñó como investigador en el Instituto Politécnico Nacional desde 1961, ingresó a El Colegio Nacional en 1960 y recibió el Premio Nacional de Ciencias en 1968.3
La menor de los Adem, Esbaide, investigadora del Instituto de Física de la unam, dice de su hermano Julián: “Nació.... el 8 de enero de 1924... Julián es el segundo de los hijos (el mayor fue José)... Vivió su infancia y juventud en su ciudad natal, donde recibió instrucción primaria, secundaria y preparatoria, destacándose como excelente estudiante, además de buen deportista.Fue capitán del equipo de voleibol, editor de la revista Juventud y aficionado a la pintura y al dibujo…
“En 1943 ingresó a la Escuela Nacional de Ingenieros de la unam y en el año 1945 a la Facultad de Ciencias, también de la unam, por lo que cursó ambas carreras simultáneamente. Más tarde obtuvo el título de ingeniero civil en 1948…”4
Su tesis de licenciatura fue sobre sismología, y de 1948 a 1950 fue consejero de varios tesistas de ingeniería civil. De 1951 a 1953 realizó su doctorado en Matemáticas Aplicadas en Brown University, Estados Unidos, adonde llegó por sugerencia del físico Marcos Moshinsky5, con quien publicó a principio de los cincuenta un par de artículos sobre matemáticas vectoriales. De cómo giró su interés hacia las ciencias de la atmósfera, Adem dijo alguna vez6:
“Tras obtener el doctorado, regresé a México para continuar con mis actividades de investigación y enseñanza en el Instituto de Geofísica (de la unam)... En 1954, conocí a Wallén7, que estaba en México en una misión de la unesco para crear un instituto de meteorología. Asistió a una conferencia que di sobre las aplicaciones posibles de la dinámica de fluidos a la atmósfera. Al día siguiente, me dijo que uno de los principales lugares en los que ya estaban desarrollando esas aplicaciones era el Instituto Internacional de Meteorología de la Universidad de Estocolmo, y que él podría conseguirme una estancia larga en el Instituto. Al cabo de pocos días recibí una carta del propio Rossby a través de la cual me invitaba amablemente a incorporarme al grupo de Estocolmo que él dirigía.
“Mi estancia en Estocolmo desde octubre de 1954 hasta mayo de 1956 fue una experiencia estimulante, que me permitió introducirme en las ciencias atmosféricas y en la meteorología”.
Ahí, Adem tuvo de profesores o compañeros a más de una docena de grandes figuras de las ciencias atmosféricas mundiales. De este modo, y de la mano del padre de la meteorología moderna, el sueco Carl Gustav Rossby, Julián Adem –y en buena medida, México– entraron a las ciencias atmosféricas modernas. Al respecto, Adem comentó:8
“Durante mi estancia en Estocolmo, tuve la inmensa fortuna de que me orientase personalmente el propio profesor Rossby. Siempre me gusta contar la siguiente anécdota. Una tarde me invitó Rossby a tomar café y mientras estábamos tomándolo cogió una servilleta, la extendió sobre la mesa, dibujó en ella un círculo y me dijo: ‘Julián, suponiendo que esto sea un ciclón dentro de una atmósfera en reposo, me gustaría que usted aplicase la ecuación de verticidad9 para averiguar cómo se mueve’. Trabajé mucho en este problema y encontré una solución que mostraba que, debido a la variación del parámetro de Coriolis10, el movimiento era hacia el noroeste. Posteriormente, esto se convirtió en 1956 en mi primera publicación meteorológica11 en Tellus”.12

El modelo termodinámico
El acta de nacimiento del Modelo termodinámico del clima, obra cumbre de Julián Adem, es de 1962. Se trata de un artículo también publicado en la revista Tellus 13, 14 años después de la primera publicación científica de Adem (que no tenía relación alguna con la atmós-fera.14 De este segundo artículo de Tellus a la fecha se pueden contabilizar más de 100 textos publicados en revistas de vanguardia mundial, que son como los ladrillos de esa sólida estructura que es el también llamado Modelo de Adem, citado hasta la fecha en más de 400 trabajos de otros autores.
Es difícil describir el modelo en pocas líneas y prescindiendo de la terminología especializada, pero una muy buena aproximación es la que propuso hace una década Carlos Gay15, entonces colaborador de Adem:
“El modelo termodinámico se usa para la predicción de anomalías de temperatura y precipitación para un periodo de un mes y para todo el hemisferio norte. Los resultados se comprueban con base en las observaciones, que han demostrado su validez. Pruebas realizadas en los Estados Unidos, (donde) se han hecho más de 100 predicciones, han demostrado una capacidad predictiva del modelo superior a otros métodos. Se basa en la primera ley de la termodinámica aplicada al sistema atmósfera-océano-continente. La representación matemática de esta ley se usa como la ecuación de pronóstico; otras ecuaciones de la física atmosférica se utilizan parametrizadas en términos de la temperatura, que es la variable fundamental del modelo, de tal forma que una vez que ésta se determina, otras cantidades de interés quedan automáticamente definidas.
“Otra de las ideas de importancia fundamental es la de incluir en el modelo coeficientes de intercambio. Éstos se utilizan para simular el transporte turbulento meridional de energía (para el que no existe una formulación teórica práctica). La introducción de estos parámetros representa un gran avance en la capacidad predictiva del modelo…”16
Al desarrollo del modelo han contribuido fundamentalmente dos tipos de colaboradores. Por un lado, científicos del más alto nivel que han dirigido invitaciones a Julián Adem para realizar estancias en el extranjero: Instituto Internacional de Meteorología en Estocolmo, 1954-1956; Instituto de Oceanografía de Hamburgo, 1961-1962; Centro Meteorológico Nacional en Washington, 1963, 1965-1971; Instituto Max Planck de Hamburgo, 1977-1978, 1989, e Instituto de Astro-nomía y Geofísica de Lovaina en 1982, 1985, 1989 y 199217. Por el otro, la colaboración de tesistas en la unam, que suman más de 30 casi uniformemente repartidos entre licenciatura, maestría y doctorado.
El modelo se ha usado con éxito para hacer predicciones del estado atmosférico u oceánico a largo plazo (del orden de meses a milenios) por parte de instituciones de la antigua Unión Soviética, Estados Unidos, Bélgica, Japón, Holanda y México. Son notorios los aciertos en simular el clima presente, pronosticar la sequía del desierto del Sahel (en África) de la década de los ochenta, replicar las glaciaciones de hace 18 000 años, y actualmente se aplica –entre otros fines– para modelar el comportamiento climático del planeta hacia fines de este siglo, en el contexto del llamado cambio climático global.18

El impulsor de la geofísica
El ingeniero Ricardo Monges López (1886-1983) fue explorador petrolero exitoso y fundador de dependencias de la unam que ahora llevan nombres oficiales como Facultad de Ciencias, Instituto de Física, Instituto de Geofísica y Consejo Técnico de la Investigación Científica. Siendo director del Instituto de Geología, en 1947, conoció a Julián Adem, quien andaba en busca de datos para su tesis de ingeniero civil, y le ofreció trabajo de auxiliar de investigador19. De este modo, la carrera fructífera de Adem como funcionario y fundador de instituciones geofísicas fue una continuación del ejemplo de su maestro y benefactor.
En efecto, Julián Adem se inició en la gestión académica como director auxiliar del Instituto de Geofísica (1957-1959) que había fundado y dirigía Ricardo Monges. Después Adem dirigió ese instituto en dos ocasiones: de 1959 a 1965 y de 1971 a 1977. Al cierre de este último periodo fundó y dirigió por dos meses el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la unam, pues –como ya fue mencionado– en ese año viajó a Hamburgo a realizar una estancia de investigación. Después, nuevamente fue titular del Centro de 1984 a 1993.
La principal sociedad científica nacional en Ciencias de la Tierra –la Unión Geofísica Mexicana– también fue fundada por él en 1960, en reunión nacional celebrada en el puerto de Veracruz, y la presidió hasta 1977. Paralelamente fundó y dirigió la revista científica Geofísica Internacional, en la actualidad una de las tres revistas de ciencias de la tierra incluidas en el padrón de publicaciones periódicas mexicanas de excelencia del Conacyt20. También fundó y editó durante 17 años la prestigiada revista trimestral Atmósfera. La tercera revista incluida en el padrón de Conacyt de las revistas mexicanas de excelencia es Investigaciones Geográficas, el boletín del Instituto de Geografía de la unam.
Durante la década de los setenta, Julián Adem fue responsable de programas para el desarrollo de la meteorología del Conacyt y de la oea en México, al mismo tiempo, lo que le permitió impulsar la fundación de la licenciatura en Ciencias Atmosféricas de la Universidad Veracruzana en 1976, dato que oficialmente no aparece en su currículo.
Si bien el trabajo de Adem ha corrido sobre los rieles de la matemática, en los inicios de su carrera saboreó la cepa del trabajo experimental: fue vicepresidente del Comité Mexicano para el Año Geofísico Internacional (1957-1958) y jefe de la Expedición Científica Universitaria a la Isla Socorro, en enero de 1958. Del primero, el propio Adem escribió:21
“El Año Geofísico Internacional fue la realización coordinada de observaciones y estudios llevados a cabo por más de 60 países... Ha sido uno de los eventos más importantes en la historia de la humanidad por haber asociado a casi todos los países del mundo para realizar una empresa con fines pacíficos y netamente científicos. Su finalidad era la de obtener un mejor conocimiento del planeta en el que vivimos.
“México participó en forma decorosa en esta empresa contribuyendo, dentro de sus posibilidades, al conjunto de datos y estudios que, reunidos en una escala global, prometen avances muy importantes para la ciencia…”
Por su parte, la exploración a Isla Socorro, en el Pacífico mexicano, fue motivada por la necesidad del país de reconocer como suyos sus mares patrimoniales. Contó con la participación de jóvenes investigadores que a la postre serían destacados académicos, como el ingeniero Pedro Mosiño –pionero en estudios de la climatología mexicana moderna y director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la unam de 1977 a 1984–, y el célebre botánico Faustino Miranda22.
Sin embargo, hubo un proyecto impulsado por Adem que se frustró por la tozudez de representantes de diversos organismos responsables de la meteorología en México. Como pocas, esta disciplina sufre en nuestro país una fragmentación que lleva a la duplicación de algunas actividades y al abandono de otras, de suerte que el pronóstico del tiempo y los estudios del clima están lejos del alcance y el servicio de la sociedad. Así lo percibió Adem:23
“A pesar de... aplicaciones que colocan a las ciencias atmosféricas en una jerarquía de alta prioridad nacional, en México ha habido relativamente poco desarrollo de esta disciplina, tanto en los servicios meteorológicos como en la universidades. Para modernizar a los primeros y para impulsar la investigación y la docencia en las segundas, se creó en 1971 el Programa Nacional de Meteorología del Conacyt. Desafortunadamente, el programa se suspendió a principio de 1977, dejando truncos los proyectos cuando empezaban a dar frutos...”

El personaje y sus premios
Entre las máximas distinciones a las que puede aspirar un intelectual mexicano están la pertenencia a El Colegio Nacional y la obtención del Premio Nacional de Ciencias y Artes. Desde 1974, el doctor Julián Adem pertenece a El Colegio, y recibió el Premio Nacional de Ciencias en 1976. Además, pertenece al Sistema Nacional de Investigadores desde su fundación, donde ostenta el máximo nivel. En 1993, la unam lo declaró Investigador Emérito y en 1994 le otorgó el Premio Universidad Nacional. La Universidad Veracruzana le concedió el Doctorado Honoris Causa en 1993, y un año después el Congreso Local del Estado de Veracruz lo premió con su máxima presea, la medalla Adolfo Ruiz Cortines.
Todos estos reconocimientos se corresponden con los méritos del personaje. No obstante, están muy lejos de haberle significado vanidad o arrogancia. René Garduño, cercano a Adem las últimas dos décadas y compilador de sus obras completas24, dice:
“Julián Adem es todo un caballero, sencillo y metódico, un aristócrata. Toda la vida ha tenido buena apariencia: delgado, sano y vigoroso... Es franco, accesible y cortés con todos: académicos, estudiantes y administrativos; y para todo, desde un saludo en el pasillo hasta una discusión técnica en su cubículo...
“Es leal a la ciencia, a la unam y a México. Seguramente en la ingeniería se hubiera hecho rico y en una institución extranjera habría tenido mejores ingresos que en nuestra Universidad... Es patriota y universitario de corazón. Recomienda la honestidad como divisa para todo, particularmente en la investigación científica. Aconseja escoger a los colaboradores más por su alto nivel moral que por su alto rendimiento escolar...”.25
Por todo lo anterior, quienes lo han (o hemos) conocido no tienen empacho en refrendar las palabras de Carlos Gay26:
“La huella que el doctor Adem ha dejado... ha de ser imborrable. Las cosas que él creó poseen en la actualidad la firmeza de lo permanente y su presencia en el extranjero ha sido la de un mexicano notable, por lo cual nos enorgullece conocerlo”.

Notas:
1. Manuel C. Tello, (1884-1963), educador cordobés, normalista y fundador de la Escuela de Pedagogía de la uv (1954).
2. Topología: rama de la matemática avanzada que establece la conexión entre la geometría y el álgebra.
3. Ver: Avance y perspectiva: Órgano de difusión del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados el ipn. José Adem, matemático (1921-1991), número dedicado a su memoria. Vol. 10, abril-junio, 1991, 176 p.
4. Ver: E. Adem, (1997). Semblanza de Julián Adem, en Biobibliografía de Julián Adem. El Colegio Nacional, pp. 29-32.
5. Marcos Moshinski, (1921- ), mexicano de origen ucraniano, experto en aplicaciones matemáticas a la física nuclear.
6. Ver: H. Taba, (1994). Las entrevistas del Boletín: profesor Julián Adem. Boletín de la Organización Meteorológica Mundial, vol. 43, pp. 199-209.
7. C. C. Wallén, francés experto en física de nubes.
8. Ver: H. Taba, (1994), op. cit.
9. Vorticidad: magnitud física igual al doble de la velocidad angular de elementos infinitesimales de un fluido.
10. Parámetro de Coriolis: doble del seno de la latitud de un sitio multiplicado por la velocidad angular de la rotación terrestre.
11. Ver: Adem, (1958). “On the relation between pressure and wind, with particular reference to a vorte”, Tellus, vol. 10, pp. 326-330.
12. Tellus: diosa romana de la Tierra y nombre de una prestigiada revista geofísica sueca.
13. Ver: J. Adem, (1962). “On the theory of the general circulation of the atmosphere”, Tellus, vol. 14, pp. 102-115.
14. Ver:Adem J., (1948). “Vibraciones en estructuras reticulares”. Revista Ingeniería (sin volumen).
15. Actual director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la unam, experto en el tema del cambio climático global.
16. Ver: Gay C., (1991). Julián Adem, en Premio Nacional de Ciencias y Artes (1945-1990), V. Díaz-Arciniega (Editor), Fondo de Cultura Económica, México, pp.177-178.
17. Ver: El Colegio Nacional, (1997). Biobibliografía de Julián Adem, El Colegio Nacional, México, 112 p.
18. Se recomienda consultar J. Adem, (1991). “Review of the development and applications of the Adem thermodynamic climate model”. Climate dynamics, vol. 5. pp. 145-160.
19. Ver: J. Adem, (1983). “Ricardo Monges López, fundador de la Facultad de Ciencias”. Ciencias, núm. 4, pp. 42-45.
20. Ver: El Colegio Nacional (1997), op. cit.
21. Ver: J. Adem, (1963). “Resultados del año geofísico internacional en México”. Monografía núm 3 del Instituto de Geofísica, unam, pp. 7-11.
22. Ver: J. Adem, (1960). La Isla Socorro: Introducción. Monografía núm. 2 del Instituto de Geofísica, unam, pp. 7-15.
23. Ver: A. Tejeda-Martínez (1984). El doctor Julián Adem, de la unam: ‘El hombre puede contribuir a cambiar el clima’, Punto y aparte, 27 de septiembre de 1984: XVII-XVIII. Xalapa, Ver.
24. El Colegio Nacional ha publicado hasta la fecha tres tomos y se encuentra uno en prensa.
25. Ver: R. Garduño, (1996). Julián Adem Chahín, en Nuestros maestros, tomo III. unam, pp. 33-36.
26. Ver: C. Gay, (1997). Julián Adem, en El Colegio Nacional. (1997). Biobibliografía de Julián Adem, El Colegio Nacional, México, pp. 15-22
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