Afirmó el músico
guatemalteco Marco Antonio Barrios
– El violinista
–miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional de Guatemala–, académico y restaurador de instrumentos de cuerdas antiguos, sostuvo que conocer el repertorio de música barroca ayuda a los jóvenes músicos a expresarse musicalmente y a humanizar su instrumento
Marcelo Sánchez Cruz
La enseñanza de la música barroca sigue viva en nuestros días porque contiene elementos muy útiles para que los jóvenes músicos entiendan que la música es un acto de comunicación entre seres humanos, aseguró el académico guatemalteco experto en música barroca Marco Antonio Barrios, durante una estancia en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), en la que impartió una serie de charlas sobre su área de experiencia. “La idea de que los jóvenes conozcan este repertorio es que aprenden a frasear, a expresarse musicalmente y a humanizar su instrumento. Los seres humanos tenemos ciertos gestos, inflexiones, modos de respirar que permiten entender la intención con la que decimos algo, es lo mismo en la música, tenemos que entender que las notas musicales son un medio de comunicación de ser humano a ser humano, mucho más abstracto que las palabras”, sostuvo.
El especialista en música barroca afirmó que las bases empleadas para estructurar la retórica de la música barroca han prevalecido hasta la actualidad, por lo cual es importante conocerlas si se quieren explorar nuevos discursos musicales. “Muchos de los aspectos de retórica de la música tienen que ver con las propuestas temáticas, con el antecedente y consecuente, el dominante y recesivo, sobre esa base se asentó el barroco y son los mismos parámetros sobre los que se establece la música actual. Estas reglas sirven para seguirlas y para romperlas, pero no puedes romper algo que no conoces, por eso es importante estudiar los orígenes, entenderlos para después usarlos de maneras nuevas”, dijo.
Marco Barrios, quien también se especializa en la conservación y restauración de instrumentos de cuerda antiguos, dijo que la sonoridad de los instrumentos y la música barroca no es muy potente pues no fue pensada para las grandes salas de conciertos, eran regularmente empleados en ensamble de cámara pensando en un espacio más íntimo y en una comunicación más cercana con la audiencia.
“Nuestro mundo actual es muy ruidoso, el ser humano se ha acostumbrado a vivir con una contaminación acústica severa, nos saturamos de sonidos y ruidos y se usa cada vez más volumen en absolutamente todo lo que nos rodea. En su sonido, estos instrumentos evocan épocas más sutiles, en las que había formas más delicadas de expresar las cosas”, aseguró.
Además, Barrios aseguró que la música del barroco italiano tiene lazos muy fuertes con músicas relativamente modernas, como el jazz, pues el barroco creó el concepto de bajo subordinado como base para que los instrumentos solistas expresen la melodía en el discurso musical, idea que se retoma en el jazz. “Los músicos de jazz están familiarizados con esta forma de tener un mismo bajo continuo como base para los elementos de improvisación que se aplicarán a la composición original, de esta misma manera se trabajaba el barroco italiano, los compositores establecían la melodía principal y el ritmo en el bajo continuo, pero mucho de la polifonía melódica quedaba a discreción de los intérpretes, como se hace actualmente en el jazz”, explicó.
El académico y músico guatemalteco sostuvo que esta necesidad de generar las diversas voces requeridas en la polifonía fue lo que propició el desarrollo de muchas de las familias de instrumentos musicales actuales.
“Instrumentos como los violines, que están cumpliendo 400 años de haber sido creados, han permanecido prácticamente inalterados en su forma, porque son capaces tanto de reproducir esas voces de acompañamiento como de ser solistas, con gran capacidad expresiva”, dijo.
Pie de foto:
Marco Antonio Barrios.
