- Yuyultzin Pérez dijo que la llegada de los medios de comunicación a las comunidades ocasionó que los pobladores consuman otros géneros musicales, ajenos al son tradicional
Por Paola Cortés Pérez
En la actualidad existe una especie de canibalismo cultural, por lo que las fusiones musicales son pertinentes como un mecanismo de resistencia ante las formas hegemónicas de estéticas musicales, subrayó Darién Manuel Alemán Trujillo, de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), al participar en las Jornadas Universitarias sobre Música y Política, organizadas por el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación(CECC) de esta casa de estudio.
La tarde del jueves 18 de mayo, como parte de las jornadas, se llevó a cabo la Mesa 4 “Identidades sonoras en el horizonte global: el movimiento jaranero contemporáneo”, en la cual participaron Darién Manuel Alemán y Yuyultzin Pérez Apango, de la Facultad de Historia, y Rafael Figueroa Hernández, investigador del CECC.
Darién Alemán presentó la ponencia “Identidades sonoras globales. Música, fusión e identidad en la relación global-local”; comentó que la globalización es una especie de expansión de un imaginario específico, que puede caer en el riesgo de la colonización.
“Provoca la desterritorialización de las identidades narradas en la reproducción musical; permite el surgimiento de nuevas identidades resistentes, alternativas, híbridas y mestizas.”
Ante la existencia de esta especie de canibalismo cultural, es posible la construcción de una identidad sonora a la que se puede nombrar glolocal.
Mencionó que los medios de comunicación han traído consigo elementos musicales de distintos lugares, los cuales al ser mezclados con las tradiciones pueden utilizarse como formas de manifestación contra una política de Estado que intenta homogeneizar la identidad nacional, el deber ser de un mexicano.
“La globalización nos permite marcar la diferencia en un mundo que se nos acerca y muestra como una forma de mosaico de diferentes colores; entonces, las fusiones son pertinentes para hacer resistencia a las formas hegemónicas de estéticas musicales.”
En tanto, Yuyultzin Pérez resaltó que la llegada de los medios de comunicación (la radio y la televisión) a las comunidades, ha provocado que los pobladores consuman música de otros géneros, ajenos al son tradicional.
La televisión ocasionó la pérdida de los espacios de convivencia e interacción entre los habitantes, especialmente con los jóvenes, quienes cada vez están menos interesados en aprender el son tradicional.
Cabe mencionar que en las comunidades el son tradicional está relacionado con las prácticas rituales, especialmente con las ceremonias agrícolas, como lo mostró la investigación que Yuyultzin Pérez hizo en la localidad El Humo, municipio de Tepetzintla.
Por último, Rafael Figueroa resaltó que la globalización tiene más beneficios que peligros, puede ser una manera en que el son jarocho no muera, se transforme pero con las raíces fuertes y firmes.
“Si suena diferente, se crean nuevas maneras de ejecutarlo y socializarlo, porque hasta cierto punto lo respetan y lo quieren.”