Las consecuencias de la crisis económica en el ámbito de las bibliotecas están a la vista.
De acuerdo con una nota periodística publicada hoy, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexican (CANIEM) señaló en el marco de la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, que se ha reducido la producción y venta de libros en nuestro país y que la tendencia a la baja continuará «por la reducción de compra [de libros] del Estado en los proyectos de biblioteca y aulas escolares, la acotación del mercado y el incremento de costos de los insumos, fundamentalmente papel y película».
El círculo vicioso que ha mantenido postrada a la educación, la investigación científica y tecnológica y la innovación -por décadas- está en operación, otra vez, en nuestro país.
Desde mediados de los años 70’s las «crisis» recurrentes han sido siempre el argumento fuerte de las autoridades para reducir el apoyo a las universidades públicas, a los centros de investigación -llegando, en algunos casos, incluso hasta desaparecerlos-, dejando de lado el compromiso del Estado surgido de la Revolución Mexicana de impulsar una cultura científica, universal, humanística entre todos los ciudadanos, y postergando la creación de las bases cognitivas de nuestra economía, depletando recursos estratégicos, como los obtenidos por la venta de petróleo, en planes de «contingencia» para superar las «crisis».
La situación que impera en el ámbito editorial mexicano contrasta, por otro lado, con el crecimiento de la penetración de tecnología de información y comunicación. De acuerdo con la Gaceta de Noviembre, de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL), si el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 2.8, el sector de telecomunicaciones creció 34.7%, es decir que ese segmento observó 12 veces el crecimiento de la economía.
Dicho crecimiento es atribuible, según la Gaceta, al «repunte del tráfico de telefonía celular que creció 55.7%»; a ese aumento en el tráfico, el número de usuarios de telefonía celular también aumentó 17.5%, llegando a los 72.85 millones de usuarios. En el sector de la televisión por cable, el crecimiento observado fue casi de 8%. Y aunque la cantidad total pagada por esos usuarios para comunicarse disminuyó en proporción al año pasado entre un 8 y un 14 por ciento, el servicio local se redujo debido a la desaceleración económica.
En México, según datos de la COFETEL, hay más de 30 millones de usuarios de computadoras, de los cuales 20 millones son usuarios de Internet, aunque de éstos sólo una pequeña fracción es la que se conecta desde su hogar, y que tiene acceso a la banda ancha.
El servicio público que brindan las bibliotecas de todo tipo y la producción de libros en el país siguen retrocediendo a pesar de la Ley de Fomento al Libro y la Lectura, mientras que el sector de telecomunicaciones se mantiene en el terreno de las ganancias.
El libro y las bibliotecas por un lado, y la telefonía y la Internet por el otro, representan dos formas de acceso a la información y la cultura: una, a través del símbolo, la palabra escrita y la posibilidad de explorar la memoria de la humanidad; la otra, a través de la comunicación instántanea, la transmisión de mensajes multimedia, y la posibilidad de establecer vínculos de comunicación, cooperación y comunidad con toda la sociedad.
Algunas pregunta que podemos hacernos ante esta situación son:
¿En qué momento se devolverá el carácter prioritario y estratégico enmedio de la peor crisis económica mundial, para la construcción de un mejor país -al menos en la perspectiva vasconceliana- que deberían tener las bibliotecas de todo tipo, para asegurar el acceso a la información a toda la población para la participación y la toma de decisiones informada?
¿En qué momento se aprovecharán esas vastas capacidades tecnológicas de comunicación en bien de las bibliotecas, escuelas y centros de investigación, para alentar la cultura de la información, el aprendizaje de por vida y la inclusión social, que permitan superar la brecha digital y darle sustento real y reactivar la vida económica y productiva del país?