Sirvan estas líneas para invitar a los visitantes de este blog, en general, y a los universitarios veracruzanos en particular, a reflexionar sobre un asunto que, aunque tiene que ver principalmente con la forma en que tiene presencia la Universidad Veracruzana en el ciberespacio, no deja de tener consecuencias importantes con relación a las actividades sustantivas de nuestra universidad: la docencia, la investigación y la difusión cultural.
Se trata de que, en concordancia con los lineamientos para la imagen institucional de la Universidad, se ha elaborado un botón con un enlace que conduce a la sección del Portal de la Universidad correspondiente a la Dirección General de Bibliotecas.
Sobre la solución materializada en el Portal, nos parece importante decir que su ubicación en la parte inferior del Portal y el estilo tipográfico empleado en el botón, no favorecen el posicionamiento ni la visibilidad de los servicios bibliotecarios y de información, que son fundamentales para la actividad académica.
Adicionalmente, es verdad, bajo la entrada Servicios universitarios, bajo el apartado Difusión y extensión, en la barra de navegación izquierda, existe como categoría la palabra Bibliotecarios, que podría mejorarse sustancialmente con la palabra Servicios, para no dar pie a interpretaciones como la de que los servicios a los que se tendrá acceso son para bibliotecarios.
Este pequeño detalle da pie, sin embargo, para plantear una cuestión que puede tener mucho mayor alcance y trascendencia. Y es la relativa a la democratización y usabilidad de los servicios de información, especialmente los de las casas superiores de estudio.
Por democratización de un servicio de información debemos entender los procesos participativos y sus influencia en las decisiones de diseño que se adoptan en la construcción de sitios web que acabarán siendo, en función de dichos procesos, más o menos visitados, más o menos aceptados o incluso usados a regañadientes o con desgano, lo cual demerita los esfuerzos de planeación y programación tan grandes que suelen realizarse tratándose de sitios web institucionales o aún departamentales. Dicho lo anterior, señalemos el caso referido en Deakialli Documental, adonde por ejemplo la Universidad Federal de Río de Janeiro ha sometido a votación en línea, tres propuestas de diseño de su portal institucional, esperando así que el diseño preferido por los universitarios de aquel lugar sea favorecido mayoritariamente y por lo tanto cumpla su cometido de mantener informada y comunicada a dicha comunidad, así como al mundo exterior.
Por otro lado, nos encontramos frente a la necesidad de revisar los modelos de uso de los recursos y sistemas de información a la luz del concepto de usabilidad.
Jakob Nielsen es uno de los especialistas en el tema de la usabilidad y la define como: un «atributo cualitativo que permite medir y comparar la facilidad de uso de una interfaz» (llámese de web, o de un programa local, etcétera).
Y no está por demás. Se trata de que los recursos económicos -tratándose de universidades públicas, con origen en el erario público- invertidos en nuevas tecnologías, alcancen su óptima utilización y generen el mejor rendimiento en términos de difusión y comunicación, o inclusive de que permitan mejorar la relación costo-beneficios, reducción de tiempos y movimientos, etc.
Desde esa perspectiva, no deja de pesar sobre una gran cantidad de sitios web académicos, o universitarios -y eso aún es notable en el nuestro- un enfoque demasiado centrado en el «Quiénes somos», más que «Esto es lo que ofrecemos», lo que facilita en cierto sentido (por jerarquías, importancias y pesos institucionales) la organización de secciones y enlaces en los portales, pero le dificulta sobremanera -e incluso les oculta- a los usuarios con necesidades de información específica, el encontrar de manera versátil el o los recursos que pueden permitirles satisfacerlas.
Mucho puede -y debe- decirse sobre el asunto de la usabilidad y la democratización del ciberespacio, así como sobre la necesidad de garantizar la accesibilidad para todas aquellas personas con capacidades distintas.
Estos son asuntos que demandan el interés colectivo.