En caso de que el doctor Raúl Arias Lovillo, rector de la Universidad Veracruzana, próximamente fuera nombrado también presidente de la Organización Interamericana Universitaria (OIU), se gestaría una importante oportunidad para que, en el contexto del Plan Operativo de dicha organización y en alianza estratégica con otras organizaciones internacionales del ámbito educativo universitario, se realizara un esfuerzo con enormes beneficios potenciales para la región, por incorporar el enfoque de la alfabetización informacional (o DHI, desarrollo de habilidades informativas) a la curricula universitaria en los países miembros.
A la par que la visión en torno de la integralidad de la formación universitaria, adonde las capacidades para el acceso y uso de la información impresa y digital tienen un lugar fundamental, se avanzaría en la creación de una cultura de la información entre los universitarios y los egresados, acorde con los procesos de innovación y generación de conocimientos en el orbe.
Es inconcebible el desarrollo sustentable de las naciones con altos índices de analfabetismo simple y funcional, toda vez que la complejidad económica y productiva y los procesos sociales y culturales se apoyan cada vez más en el uso eficiente de la información y sus tecnologías, en el empoderamiento tecnológico de los ciudadanos y sus organizaciones y en la modernización tecnológica de las empresas.
Este es, sin duda, uno de los desafíos regionales que la gestión del doctor Arias podría acometer, al frente de la OIU, sentando las bases para la discusión de los métodos de enseñanza y evaluación de la alfabetización informativa entre los estudiantes, docentes e investigadores de la región.
En principio, tras el esclarecimiento de las bases de la alfabetización informativa -tal vez como parte de otras alfabetizaciones: para la salud, científica, ambiental, para los medios, etcétera- recuperando las experiencias estadounidense, británica y australiana, ésta sería la ocasión propicia para abordar desde el punto de vista conceptual y metodológico los alcances de la alfabetización informacional no solamente como una actividad en la que deben estar empeñadas en primer lugar las bibliotecas, sino como un proyecto pedagógico de gran calado, el cual impactaría de manera natural el aprovechamiento académico tanto en ciencias como humanidades, en un impulso de base a la actividad de investigación y a una renovación de las prácticas didácticas, lo que permitiría integrar interdisciplinariamente conocimientos, habilidades y actitudes concernientes al uso de la información, la gestión del conocimiento y la ética de la información.
Llama la atención, además, que en el campo de las bibliotecas, la OUI contempla el propósito de crear una red interamericana «Conectividad y bibliotecas«, como un instrumento para la «formación de bibliotecarios aptos para el uso de las nuevas tecnologías en la gestión de las bibliotecas universitarias», toda vez que en nuestro país y en nuestra casa de estudios existen propuestas académicas en ese sentido, que buscan permear y fortalecer con conocimientos y habilidades para el uso de las nuevas tecnologías, los saberes y procedimientos tradicionales o clásicos de los servicios bibliotecarios.
En suma que esta noticia, la de la posible presidencia del organismo internacional, por parte de nuestro rector, genera expectativas en el ámbito de las bibliotecas y los servicios de información, tal vez como pocas.
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