Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Hipatias del Siglo XXI

A pesar del sexismo y el machismo, de la desigualdad y la pobreza, millones de mujeres a lo largo y ancho del planeta disputan hoy, por sus méritos propios, las posiciones de poder y control que durante siglos han sido prerrogativas de los hombres.
En las ciencias y el arte, en la economía y la filosofía, en la arena política y en la técnica, no es dable explicar el formidable avance que la humanidad ha experimentado desde la más antigua historia, sin la acción de las mujeres.
Ya en el antiguo Egipto, bajo el imperio romano, nació una formidable mujer que descolló en las ciencias, especialmente en las matemáticas y la astronomía, y de la que diversos historiadores dejaron numerosos elogios. Hipatia de Alejandría de quien se dice «logró tales alcances en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su propio tiempo». Consejera de prominentes políticos de su tiempo, Hipatia fue perseguida y murió en el periodo llamado de Cuaresma, a manos de fanáticos religiosos que la consideraban un enemigo de los cultos y el poder clerical de la época, en tiempos en que el cristianismo empezaba a gozar de fuerza política y económica en el imperio romano.
Invocada siempre que se trata de exaltar las capacidades reprimidas, por el predominio patriarcal, de las mujeres en todos los ámbitos en que el varón goza de dominancia, Hipatia seguirá inspirando y conmoviendo a generaciones, y su legado se extenderá a lo largo y ancho de la sociedad mientras haya mujeres capaces de desarrollar su inteligencia, su creatividad y su exuberancia vital, a pesar de los obstáculos.
Cuando hablamos de sociedad de la información, o de sociedad del conocimiento y más aún cuando avizoramos lo que serán las sociedades del aprendizaje, ninguno de estos proyectos humanos es concebible sin la participación plena de las mujeres.
Es nuestro deber refrendar en la práctica, en la vida cotidiana, a cada momento, el respeto y la admiración que merecen todas las mujeres, a sabiendas de que es la parte de la humanidad sobre la que recaen los mayores sufrimientos, privaciones y exclusiones, y que no habrá hombres verdaderos si no somos capaces de honrarlas y protegerlas, procurando su inserción y participación plena en condiciones de igualdad en todos los ámbitos de la vida humana.
Nuestro reconocimiento para ellas debe ir mucho más allá del simbolismo que encierra ese cráter en forma de corazón, que ostenta el nombre de la filósofa Hipatia allá, en la Luna, pues ella representa la capacidad de las mujeres para orientar el rumbo de la humanidad aquí en la Tierra.