No es suficiente con decirlo una vez, hay que tenerlo siempre bien presente: la IA altera alguna información, inventa, fabrica o improvisa algunas partes de sus respuestas y comete yerros que, a todas luces, resultan inadmisibles. Tomando en cuenta que la versión de ChatGPT 3.5 está en fase de prueba y, que hay que pagar cierta cantidad de dinero, para tener acceso a una versión un poco más libre de errores, hay que hacer la enfática advertencia: es posible que la IA de respuestas parcialmente o totalmente erróneas.
Cuando se le hacen observaciones puntuales sobre estos errores o fallos, la propia IA cuenta con un protocolo de disculpas, pero es necesario replantear hasta dos o tres veces algunas preguntas para que los elementos que considere para responder sean los más exactos posibles.
Por ejemplo, ante la pregunta de qué ha expresado el pedagogo norteamericano Peter McLaren acerca de la inteligencia artificial, ChatGPT responde que en una de las obras de McLaren, y cita «La educación como práctica de la libertad», se habla sobre la importancia de pensar críticamente sobre el efecto en la educación, de la IA, cuando todos sabemos que dicha obra fue escrita por Paulo Freire.
La utilidad de la ChatGPT gratuita es indudable, en la mayoría de los casos, pero esta clase de errores mueven a suspicacia. Porque, entonces, comienza uno a dudar sobre la veracidad de las fuentes, autores, años de publicación y títulos de publicaciones que incluye cuando se le piden esos datos. De tal forma que, para evitar reproducir sus errores, nos vemos en la necesidad de tener que hacer dos veces el mismo trabajo, para aprovechar la velocidad de respuesta y la corrección sintáctica que, por lo general, le caracteriza. No podemos confiar plenamente en las respuestas de ChatGPT hasta que los hayamos cotejado y validado. De no hacerlo, corremos el riesgo de poner en evidencia nuestra propia falta de cuidado e información.
Aunque Peter McLaren ha seguido muy de cerca la obra de Paulo Freire y de otros pedagogos, no debe repetirse la idea errónea de que él escribió «La educación como práctica de la libertad». Esto puede ser un indicador de las áreas que deben mejorarse con la IA. Aunque Paulo Freire y sus libros están en el contexto de la obra de Peter McLaren, no debe atribuirse erróneamente ninguna autoría. ChatGPT es capaz de usar el contexto de una pregunta para generar una respuesta, pero aún faltan afinar los mecanismos que le permiten usar de manera ordenada y correcta, sin alteraciones, dicho contexto.
En otro orden de ideas, hay que resaltar la necesidad de que las nuevas generaciones, que tendrán a la IA como algo obvio, inmediato y consustancial, deben aprender a elaborar más y mejores preguntas, y a validar información, aquí es donde destaca la necesidad de seguir actualizando las colecciones de obras impresas en las bibliotecas, o de fuentes de información en línea de calidad, donde no falte el trabajo de revisión por pares, y la participación de comités editoriales integrados por especialistas en los diversos temas, participen en la publicación de contenido.
De igual manera es preciso desarrollar las habilidades de pensamiento crítico, entre las cuales cabe destacar un estilo socrático de pensamiento y análisis, que incluye la tendencia a clarificar todas y cada una de las ideas, afinar nuestra comprensión de los asuntos, poner en cuestión todo lo asumido, examinar la evidencia y los argumentos presentados a favor o en contra de cualquier idea, considerar puntos de vista alternos, tomar en cuenta las implicaciones o consecuencias y la habilidad para formular meta-preguntas (es decir, preguntas relativas a otras preguntas).
Es importante que aprendamos a usar de manera inicial el importante conjunto de preguntas que dan cuenta de las dimensiones fundamentales de la información.
¿Qué es? Esta es una pregunta sobre los rasgos esenciales y la definición de un proceso o fenómeno. Al caracterizar y definirlo, lo distinguimos y lo aislamos hasta cierto punto para su comprensión. Es una pregunta básica y esencial, antes de proceder al conocimiento de otros aspectos de lo estudiado.
¿Cómo es? Esta es una pregunta que enriquece a la anterior, y nos puede llevar a una descripción breve o a una descripción exhaustiva, que nos permite adentrarnos aún más en la naturaleza de un proceso o fenómeno.
¿Cuándo es? Esta pregunta nos permite ubicar en el tiempo (pasado, presente, o futuro) con mayor o menor precisión el momento en que algo ocurre o se manifiesta. Todos los fenómenos físicos, químicos, biológicos, sociales y psicológicos tienen una duración determinada por la propia naturaleza de los elementos que participan, ya sea la liberación de energía del núcleo del átomo, la división celular, la formación de ciertas moléculas, o la duración de un régimen político, o de un proceso histórico. Muchas veces la comprensión y la descripción pormenorizada de algo (que responde a la pregunta ¿cómo es? incluye las referencias al espacio y al tiempo donde el fenómeno ocurre.
¿Dónde es o está? Esta pregunta nos permite ubicar en el espacio (latitud, longitud, altitud, declinación, ascensión recta, por ejemplo) mediante sistemas de coordenadas, establecimiento de distancias, cartografía, planimetría, uso de puntos y líneas de referencia, etcétera. Todos los asuntos humanos, sociales, económicos e históricos se encuentran enmarcados por una situación geográfica (física, económica o política) determinada y ésta tiene una gran influencia en las decisiones y en el comportamiento complejos de individuos y grupos.
¿Por qué es? Esta pregunta es una de las de más difícil respuesta, ya que implican el uso de teorías o modelos de la realidad, que permitan explicar provisionalmente y «gradualmente mejor» los acontecimientos antes, durante y después de un fenómeno o evento, lo cual puede cimentar en muchos casos el principio de causalidad, al menos cuando hacemos referencia a lo macroscópico, porque se sabe que, a nivel subatómico, operan nociones como la de indeterminación o incertidumbre, lo cual abre la pauta al tipo de explicaciones complejas que forman el cuerpo teórico de la mecánica cuántica.
El principio de causalidad, con el que operamos de manera cotidiana en el mundo, nos ha permitido adaptarnos y sobrevivir como especie, aunque en tiempos recientes se advierte que es insuficiente para brindar una imagen completa y más compleja, más real, de nuestro entorno. A esa concepción abonan nociones como las que surgen de la teoría del caos, o de la geometría fractal, o sobre ciertos modelos holográficos del universo, hasta llegar a la conjetura más extrema que refiere que el universo percibido es el resultado de una simulación, porque todo lo que hay son fluctuaciones de vacío.
¿Para qué es? Esta pregunta nos instala en el campo de las ciencias humanas o humanidades, que en general consideran los fines y propósitos de individuos y de grupos, en función de las circunstancias históricas, sociales, económicas y culturas en que ocurre un evento. También las aplicaciones tecnológicas caen dentro de este dominio de la interrogación y en general todo procedimiento, terapia o tratamiento que involucra el uso de fármacos., etc. Todo el funcionamiento de nuestra tecnología está inspirado en la respuesta a la pregunta ¿para qué es? y ¿para qué sirve? De igual manera deberíamos analizar todos los demás aspectos de la vida humana como la economía, la comunicación, la investigación y la política.
¿A quién beneficia o perjudica ésto? Derivada de la pregunta anterior, resulta inevitable preguntarse en todo caso a quién beneficia y a quién perjudica un proceso, fenómeno y/o evento. Ya que las consecuencias materiales, económicas, sociales y culturales de un hecho pueden extenderse por largos periodos de tiempo, es preciso que los pensadores críticos incluyan siempre en su reflexión esta clase de preguntas.
Finalmente, el pensamiento crítico conduce casi inevitablemente al pensamiento creativo. El que las cosas sean de un modo determinado, no significa que esa sea la única forma en que pueden ser, y en tanto que el hombre siempre está en busca de una realidad superior, de realizaciones más perfectas -o, simplemente, originales y distintas-, es importante que aprendamos a desarrollar formas de alimentar la creatividad, de poner en práctica procesos creativos que nos ayuden a resolver problemas, o a plantear nuevos problemas y a buscar su posible solución.
La inteligencia artificial, respaldada por la actividad consciente e inteligente de las personas, puede convertirse entonces en una herramienta excelente para reducir los tiempos del progreso científico y tecnológico.