Un estudio reciente de SRI International revela que la educación en línea supera por sus resultado a la educación presencial. Parece lógico, en la medida en que en el ambiente virtual es relativamente más sencillo desplegar actividades de búsqueda, recuperación, análisis y evaluación de una amplia gama de fuentes informativas, mientras que en el ambiente presencial las fuentes de información pueden estar limitadas. Por otro lado, la interacción persona a persona que es caraterística del trabajo en el aula, en realidad brinda escasas o mínimas oportunidades para un trabajo concentrado entre alumno-docente, y en grupos numerosos la atención que éste puede brindar a sus estudiantes queda diluida.
Por su parte, en los entornos virtuales, asíncronos, es posible desarrollar no solamente una interacción secuencial de preguntas y respuestas, consultas y orientaciones entre alumno y maestro, sino que existen las condiciones técnicas para desarrollar una multiplicidad de interacciones con uno o más interlocutores, que pueden tener lugar de manera simultánea o correrse en paralelo. La interacción docente-alumno, mediada por la red y las aplicaciones carece de la interacción global persona a persona, pero si el docente es un buen comunicador y logra hacerse comprender a través del uso -básicamente- del texto o aprovecha otros recursos de tipo audiovisual, y el estudiante está desarrollando continuamente su nivel de alfabetización funcional y sus competencias informáticas, cabe esperar que los resultados sean alentadores.
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