Un grano de arena a una discusión que parece insoslayable: ante el bajo rendimiento académico, la escasa producción de artículos de investigación científica, el escaso volumen de patentes generadas en la región, y la secular dependencia del mercado de información que gravita en torno a las regiones de Europa y Norteamérica. La alfabetización informacional debería considerarse una condición indispensable para la elevación del nivel educativo de los universitarios y, por extensión, del resto de los niveles educativos. Un poco más sobre esta idea puede leerse en Ideas4all.com, rumbo a Guadalajara 2010.
La Biblioteca Británica digitalizará 40 millones de páginas de periódicos históricos
La Biblioteca Británica es la biblioteca nacional del Reino Unido. Brinda servicios de información de clase mundial a las comunidades académica, científica, de investigación y empresarial y brinda acceso a una de las colecciones de investigación más vastas del mundo. Dicha colección consta de 150 millones de objetos de todas las épocas de la historia humana escrita, comenzando desde huesos de oráculo chino del año 300 antes de Cristo, hasta las más recientes revistas electrónicas. El día de hoy anuncia un proyecto masivo de digitalización de 40 millones de páginas de periódicos históricos, lo que la convertirá en depositaria del archivo de periódicos digitalizados más grande del mundo.
CAPES, un modelo nacional de superación académica y científica
En Brasil crearon la CAPES (Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior) para alentar el mejoramiento y desarrollo de la educación superior en ese país. Uno de los esfuerzos más destacados de CAPES, para democratizar el acceso a la información científica por parte de todos los estudiantes de nivel superior (licenciaturas, maestrías y doctorados), se realiza a través del llamado Portal de Periódicos, el cual brinda acceso a millones de artículos científicos a texto completo y a decenas de miles de títulos de publicaciones periódicas registradas en bases de datos multidisciplinarias y especializadas, mismas que dan sustento a la actividad de investigación científica y a la docencia en el nivel superior. Lo más interesante de todo es que el acceso a tales fuentes de información está garantizado para los estudiantes de ese nivel de todo el país. En el año 2007, tan sólo, se contabilizaron en el Portal de Periódicos más de 155 mil accesos diarios y la descarga de 18 millones de artículos a texto completo realizada por más de 3 millones de usuarios.
No obstante, cualquier ciudadano puede realizar consultas en el portal. Para ello, los habitantes de Brasil deben acudir a alguna de las bibliotecas de las instituciones participantes en CAPES, en su lugar de residencia. Para ver la lista de instituciones participantes, se puede consultar la lista que aparece en www.periodicos.capes.gov.br. El Portal de Periodicos da CAPES tiene como usuario fundamental a la comunidad científica y tecnológica brasileña. Es un instrumento valioso para alcanzar la excelencia académica de las instituciones de enseñanza e investigación en ese país. Las instituciones que participan en dicho portal fueron seleccionadas considerando la misión de CAPES, de promover la elevación de la calidad de la enseñanza superior, a través del fomento al posgrado.
Cabe destacar que en el Portal de Periódicos de CAPES, se ofrece un enlace al portal Dominio Público, que es una biblioteca digital de recursos predominantemente en portugués, basada en software libre a la que se tiene acceso desde todo el mundo, desarrollada por el gobierno federal brasileño.
Regionalización y el futuro de las bibliotecas públicas y escolares (presentación)
El Referencista No. 7, descarga el boletín electrónico de la DGBUV
La Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Veracruzana publica trimestralmente un boletín electrónico llamado El Referencista. Su objetivo es contar con una publicación electrónica para la difusión y diseminación de información sobre recursos y servicios del sistema bibliotecario universitario, así como textos de interés general sobre bibliotecas, los libros, la lectura, la alfabetización informacional y la sociedad de la información y el conocimiento. Se espera que la información publicada en el boletín, sea de utilidad para los estudiantes, docentes e investigadores universitarios y para el público interesado en general.
En fecha reciente se ha agregado el número 7, de este boletín, a la oferta pública de información que hace esta dependencia. Esperamos que encuentren de interés los contenidos de ésta edición.
Lectura 2.0
Leer en la pantalla de la computadora es algo que hacemos cada vez con más frecuencia. Lamentablemente, todavía hay una enorme parte de la población, la mayoría, que no conoce y puede beneficiarse del uso de redes como Internet, o la World Wide Web, para ser más precisos. El acceso a noticias e información que se actualiza prácticamente minuto a minuto es una experiencia fascinante, conmovedora y que necesita gestionarse de alguna forma. En el lapso de unos pocos minutos uno puede tener disponibles 10 0 12 ventanas con información de interés, y acabar leyendo solamente algunos fragmentos de cada una. Es tal el caudal de información que apenas da tiempo de agregar a los favoritos aquello que resulta más interesante y, en el mejor de los casos, hacer alguna nota. Si los intereses del lector son diversos, variados, la red se vuelve un verdadero manantial de novedades y de información de fondo, de artículos o ensayos que ameritan una lectura cuidadosa, que pocos hacen. Pensé en el título Lectura 2.0, para esta nota, porque indudablemente el auge de las comunicaciones electrónicas, el acceso a contenidos multimedia, nos permite realizar una clase de lectura que yo llamaría enriquecida. Por ejemplo, leyendo acerca de un tema como la fotografía, puedo ir a Flickr, o leer la excelente página de Ken Rockwell, o tener la última información disponible del mercado de tecnología fotográfica digital en Dpreview. Pero también puedo encontrar la entrada correspondiente a Henri Cartier-Bresson en la Wikipedia y enterarme de que muy recientemente el MOMA ha presentado una parte de sus maravillosas fotografías. También puedo ver videos en Youtube que habla sobre la técnica fotográfica, el arte de la iluminación y ver revisiones en vivo de los últimos equipos.
Todo ésto puedo hacerlo mientras hago una búsqueda entre libros electrónicos sobre aquellos que versan sobre la fotografía y encontrar una variedad de títulos, desde los que exponen la fotografía en blanco y negro, la de paisaje, la de retratos. Puedo ver una línea del tiempo sobre la evolución del arte y la ciencia fotográfica y conocer más sobre los tipos de cámaras y sensores, así como las características ópticas que distinguen a una lente gran angular de un telefoto, de una lente macro. Por si lo anterior no fuera suficiente, puedo descargar a mi computadora programas que me permiten trabajar de una manera increíble con fotografías digitales, o usar directamente algunas herramientas fotográficas en línea. De pronto, en algunas pocas horas o un par de días, puedo conocer las generalidades que tal vez tomaron, varios meses o incluso años, aprender a otras personas, antes del advenimiento de la red. La lectura en pantalla tiene otras ventajas sobre la búsqueda de fuentes impresas: puedo manejar un número mucho mayor de fuentes de lectura en la red que en papel, puedo dejar un rastro de lo que he venido leyendo casi de forma automática, y puedo descargar y preservar gran parte de la información consultada, en forma de archivos. En cambio, ubicar e integrar un repertorio de lecturas impresas es un proceso que toma más tiempo y que puede involucrar algunos costos, la transcripción de fragmentos de la información es un proceso que toma más tiempo, a menos que se cuente con la tecnología de digitalización adecuada. (Por cierto, un uso que le he dado recientemente a mi teléfono equipado con una modesta cámara de 1.2 megapixel, es que fotografío la pasta de algunos libros, e incluso de páginas en interiores, lo que es mucho más económico que fotocopiar y aunque la imagen almacenada no es la mejor, permite que la información pueda leerse, tiempo después). En cambio, con una conexión adecuada a la red y un equipo de prestaciones modestas, tengo al alcance de mis manos literalmente una biblioteca mundial.
De alguna manera, a la Lectura 2.0 parece aplicarse a ese principio proverbial que reza «al que tiene se le dará más y al que no tiene, lo poco que tiene se le quitará». Menciono lo anterior, porque para poder hacer ese reconocimiento de un tema en la red, es preciso y fundamental contar con alguna información previa, ya sea como resultado de lecturas, noticias, videos o charlas. Sin ese bagaje previo, la consulta de la red seguramente no brinda resultados tan interesantes y nos quedamos únicamente con alguna información general en la superficie del tema.
El meollo de la Lectura 2.0, me parece, es que hay que aprender a usar esta vasta biblioteca digital y para ello debemos atravesar un proceso que los bibliotecarios denominamos «alfabetización informacional«. Una persona alfabetizada en información encontrará que hay muchas más cosas que aprender, descubrir y probar empleando un medio como la red, y que ello puede hacer la diferencia entre una vida limitada a algunos pocos estímulos intelectuales de la vida cotidiana, y una vida en la que los asuntos que pueden resultar de interés y de impacto en la vida personal son tantos que el tiempo literalmente se desborda. Pero esta lectura enriquecida, a la que llamaremos provisionalmente Lectura 2.0 necesita anclarse en algo más que los propios recursos en la red. Necesita de la vida real. Hay un ciclo que retroalimenta lectura y experiencia. A mayor lectura, podríamos decir, se incrementa la capacidad para ver en profundidad y detalle la experiencia y viceversa, en la medida en que vamos viviendo y experimentando y resolviendo nuestras situaciones vitales, la lectura cobra un alcance y una perspectiva inusitada, que definitivamente nos enriquece. La Lectura 2.0 nos abre nuevos retos y desafíos que tienen que ver con nuestra capacidad para asimilar, comprender y respetar otras culturas, y revisar con una mayor riqueza de elementos nuestra propia cultura, ver sus inconsistencias y fallas, aquello de lo que carece y a la vez sus grandes fortalezas. Los invito a aprovechar la plétora de recursos que están disponibles en la red para acrecentar su experiencia y a aprovechar su experiencia para sacar el mejor partido de todo lo que está disponible en la red.
Foto: Henri Cartier-Bresson, publicada en guardian.com.uk.
iPad, reinvención de la magia
Existen pocas cosas tan mágicas como estar absorto en la lectura de una novela impresa, un cuento, un gran ensayo, un relato o un poema -así sea en las ediciones impresas más humildes- y estar presente a la vez ante los hechos y las emociones descritos o sugeridos con sensibilidad e inteligencia por un buen escritor. Escribir así, de tal forma que al leer vuelva a ocurrir toda esa gran invención de nuevo -pero no exactamente esa-, en la cabeza del lector, es algo que bien podemos llamar magia.
El día de antier, como ha sucedido en otras muchas ocasiones, centenas, miles de adeptos a la tecnología Apple y sus encarnaciones aguardaron pacientemente en largas colas frente a las tiendas de la empresa, para ser los primeros en entrar y adquirir un iPad.
Sí, estoy seguro de que la gran mayoría de los lectores conocen ya los famosos iPad. En una entrevista reciente con Steve Jobs (el padre de Apple, de Next, de Pixar, de las computadoras Apple y de las Macintosh, del iPod, del iPhone y ahora también del iPad) al referirse a la forma en que se interactúa con el iPad, afirma que esa interacción bien puede calificarse como «mágica».
En su momento -a mediados de los 80- también fueron mágicos los iconos, los menús de persiana, el curso y el ratón, los elementos de las primeras interfases gráficas de usuario en las primeras computadoras Macintosh. La transición de la interacción entre el hombre y la computadora a través de comandos escritos en un teclado, a la interacción inmersiva, visual y gráfica de señalar y hacer click o hacer click y arrastrar, le dieron un vuelco insospechado al uso de las computadoras, haciéndolas mucho más fáciles de usar para las personas comunes y corrientes y sin conocimientos avanzados de programación, o de los comandos propios de los sistemas operativos.
De nueva cuenta, en nuestros días, Apple es capaz de dar un giro de 90 grados, que no de 180, a la industria de la informática. Sobre la senda de éxito ya probado con el iPod y el iPhone, dispositivos que incorporaron interfaces táctiles y multitáctiles, ahora Apple se posiciona con una superioridad tecnológica clara, no solo frente al Kindle de Amazon y otros lectores multimedia portátiles, sino también frente a la oleada de miniordenadores portátiles o netbooks con que empresas como Dell, HP y Toshiba están literalmente inundando el mercado, y frente al mercado global de la telefonía celular y móvil.
La cota establecida por Apple con el iPad, sin embargo, es una cota muy alta, a la que procurarán ascender otras empresas o incluso grupos de empresas, que deberán integrar conocimientos y tecnología que han ido elaborando de forma mayormente separada.
La ventaja de Apple aquí, es que conoce su tecnología de principio a fin, el hardware, el software y la parte humana, y está poniendo en movimiento toda su experiencia bajo la forma de una magistral jugada.
El tiempo dirá si, más pronto que tarde, las computadoras a las que estamos acostumbrados nos parecerán ridículamente estorbosas y primitivas, cuando frente a nuestros ojos reposen únicamente pantallas multitáctiles no de 10 pulgadas, sino de 20 o 30 pulgadas o aún más, con una gloriosa calidad visual y con despliegues bi dimensionales y tri dimensionales de la información, de acuerdo a las necesidades de visualización del usario.
Los nativos digitales, aquellos que han nacido de la mano de las nuevas tecnologías de información y de la red Internet, encontrarán como lo más natural, que con la acción de un dedo, puedan señalar, abrir un enlace, ampliar una imagen o cerrar una ventana.
La lectura de textos, hipertextos e hipermedios, en estos nuevos bardos tecnológicos será entonces, acaso, doblemente mágica.
Muchos estudiantes no van a estar felices con ésto
Sin embargo, en virtud de una educación más integral, que incluya el respeto al derecho de autor y la sana costumbre de dar el crédito, de no abusar del texto preparado con dificultad por otros, en fin, de poner en práctica las capacidades propias de las personas alfabetizadas informacionalmente, Approbo es una herramienta gratuita, cuyo registro no toma más de 3 minutos y que le permitirá a cualquier profesor interesado -ésto es lo importante- en saber de dónde y en qué proporción, un estudiante presenta como propio un texto que, previsiblemente ha sido armado a base del típico «copiar-pegar» o «copy-paste» de fuentes indistintas de Internet.
Approbo tiene una utilidad variada. Permite comparar el texto elaborado por el estudiante con la fuente más probablemente relacionada, independientemente del idioma. Permite saber el porcentaje de la «transcripción» o «copia» que hizo el estudiante, y permite conocer el documento fuente de donde se obtuvo presumiblemente el texto. Esta triple funcionalidad es todo un regalo navideño para los docentes universitarios que «no tienen tiempo» -¿y quién lo tiene?- para hacer revisiones exhaustivas de los trabajos académicos encomendados.
Para los investigadores, también resulta muy interesante conocer las fuentes probables de algún documento, y con estas dos vertientes de servicio, Approbo es un acierto total que seguramente verá crecer su base de usuarios de un modo impresionante en el tiempo venidero.
Felicidades a Citilab por esta aportación para hacer del mundo académico un lugar más transparente y para reducir el plagio.
P.D.: Una alternativa al empleo de Approbo es diseñar las actividades de investigación y búsqueda de información de tal manera que copiar y pegar no sea la estrategia más adecuada para cumplir con las mismas. La elaboración de productos como cuadros, tablas comparativas, mapas conceptuales y otro tipo de documentos, como ensayos, entrevistas, crónicas, etc., pueden ayudar a reducir el plagio, e incentivar más a los alumnos a buscar información y a procesarla de manera analítica y crítica.
Otra actividad posible para desatar procesos de autoaprendizaje e investigación autónoma, que por años ha estado al alcance de los profesores, pero para la cual deben tomar por aliados y cómplices a los bibliotecarios, son las «búsquedas del tesoro».
La OIU y la Alfabetización Informacional (o DHI)
En caso de que el doctor Raúl Arias Lovillo, rector de la Universidad Veracruzana, próximamente fuera nombrado también presidente de la Organización Interamericana Universitaria (OIU), se gestaría una importante oportunidad para que, en el contexto del Plan Operativo de dicha organización y en alianza estratégica con otras organizaciones internacionales del ámbito educativo universitario, se realizara un esfuerzo con enormes beneficios potenciales para la región, por incorporar el enfoque de la alfabetización informacional (o DHI, desarrollo de habilidades informativas) a la curricula universitaria en los países miembros.
A la par que la visión en torno de la integralidad de la formación universitaria, adonde las capacidades para el acceso y uso de la información impresa y digital tienen un lugar fundamental, se avanzaría en la creación de una cultura de la información entre los universitarios y los egresados, acorde con los procesos de innovación y generación de conocimientos en el orbe.
Es inconcebible el desarrollo sustentable de las naciones con altos índices de analfabetismo simple y funcional, toda vez que la complejidad económica y productiva y los procesos sociales y culturales se apoyan cada vez más en el uso eficiente de la información y sus tecnologías, en el empoderamiento tecnológico de los ciudadanos y sus organizaciones y en la modernización tecnológica de las empresas.
Este es, sin duda, uno de los desafíos regionales que la gestión del doctor Arias podría acometer, al frente de la OIU, sentando las bases para la discusión de los métodos de enseñanza y evaluación de la alfabetización informativa entre los estudiantes, docentes e investigadores de la región.
En principio, tras el esclarecimiento de las bases de la alfabetización informativa -tal vez como parte de otras alfabetizaciones: para la salud, científica, ambiental, para los medios, etcétera- recuperando las experiencias estadounidense, británica y australiana, ésta sería la ocasión propicia para abordar desde el punto de vista conceptual y metodológico los alcances de la alfabetización informacional no solamente como una actividad en la que deben estar empeñadas en primer lugar las bibliotecas, sino como un proyecto pedagógico de gran calado, el cual impactaría de manera natural el aprovechamiento académico tanto en ciencias como humanidades, en un impulso de base a la actividad de investigación y a una renovación de las prácticas didácticas, lo que permitiría integrar interdisciplinariamente conocimientos, habilidades y actitudes concernientes al uso de la información, la gestión del conocimiento y la ética de la información.
Llama la atención, además, que en el campo de las bibliotecas, la OUI contempla el propósito de crear una red interamericana «Conectividad y bibliotecas«, como un instrumento para la «formación de bibliotecarios aptos para el uso de las nuevas tecnologías en la gestión de las bibliotecas universitarias», toda vez que en nuestro país y en nuestra casa de estudios existen propuestas académicas en ese sentido, que buscan permear y fortalecer con conocimientos y habilidades para el uso de las nuevas tecnologías, los saberes y procedimientos tradicionales o clásicos de los servicios bibliotecarios.
En suma que esta noticia, la de la posible presidencia del organismo internacional, por parte de nuestro rector, genera expectativas en el ámbito de las bibliotecas y los servicios de información, tal vez como pocas.
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