Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



MBE y Pico ¿de qué van?

Estas evidencias abarcan todo el espectro de la documentación sobre un padecimiento desde cuestionarios, resultados de laboratorio, diversas pruebas experimentales, sobre metodologías, o grupos de métodos aplicados, estudios cuantitativos y cualitativos, guías prácticas, posicionamientos de grupos clínicos, reseñas críticas, programas de evaluación y mejora, reportes de caso y la opinión de expertos nacionales ampliamente reconocidos sobre el estado más avanzado del saber científico.

La medicina basada en evidencias consta de una serie de criterios organizados en niveles para asegurar la mejor pertinencia, calidad y fiabilidad de los datos empleados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.

Pico es una estrategia de consulta de bancos de información o bases de datos médicas, que busca optimizar la correlación entre los conocimientos requeridos y la disponibilidad de dichos conocimientos. Pico busca lograr la mayor eficiencia en el proceso de enriquecer las evidencias en el trabajo de investigación e intervención en la salud.

 

México, cuarto lugar en exportación de cerebros: UNAM

Al flujo migratorio general, se incorporan personas altamente calificadas, que poseen estudios de posgrado y habilidades excepcionales en las ciencias, la tecnología y el arte.

La Jornada en línea
Publicado: 12/06/2012 10:19

México, DF. Nuestro país ocupa el cuarto lugar en el mundo como exportador de cerebros, solamente por debajo de Gran Bretaña, Filipinas e India. “Ante esta situación, es necesario estudiar a fondo el fenómeno migratorio para tener una visión integral del papel que desempeña el país en la competencia global por atraer recursos humanos”, indicó Camelia Tigau, investigadora del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN), de la UNAM.

Al flujo migratorio general, se incorporan personas altamente calificadas, que poseen estudios de posgrado y habilidades excepcionales en las ciencias, la tecnología y el arte.

Estos individuos conforman lo que ha sido denominada la Migración Altamente Calificada (MAC), y tienen características diferentes de los migrantes con calificaciones medias y bajas.

“Si se habla de fuga de cerebros, se hace referencia a individuos calificados en quienes el país –en nuestro caso, México– ha hecho una inversión que se pierde con su éxodo”, señaló Tigau.

Asimismo, se ha aceptado últimamente que hay una fuga de cerebros benéfica y otra dañina. La primera impacta en la educación en el momento que sectores de la población buscan instruirse para conseguir empleos mejor remunerados en el extranjero. “En relación con la segunda, el país pierde al invertir en los estudios de mexicanos en el extranjero que no regresan”, explicó.

Es difícil establecer el impacto que tiene la fuga en la educación: no se sabe si ésta mejora con aquélla, lo que resulta indudable es que la diáspora intelectual aún no ha logrado apoyar al país como se quisiera.

En México existe una Red de Talentos Mexicanos (creada a iniciativa del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, de la secretaría de Relaciones Exteriores), cuya influencia, sin embargo, no es significativa.

A partir de esta realidad, la nación debería estar bien posicionada en el mercado mundial de competencias y tener nuevas estrategias para recuperar sus cerebros fugados. “El gobierno supone que sólo los profesionistas en ciencias exactas (tecnólogos y académicos) pueden aportar conocimiento al desarrollo, y no toma en cuenta lo que podrían aportar, por ejemplo, los artistas”, señaló.

En torno al fenómeno migratorio en el contexto de la globalización están, por un lado, las personas muy calificadas que pueden irse a cualquier sitio porque poseen una alta especialización y redes profesionales significativas y, por el otro, aquéllas con muy bajas calificaciones.

“Se debe considerar que no sólo hay fronteras físicas, sino también del conocimiento. Si un migrante no habla inglés es difícil que pueda abrirse paso en un país como Estados Unidos, porque la economía beneficia a quienes tienen más recursos”, afirmó la investigadora.

Desde esta perspectiva es normal que haya migrantes altamente calificados, cuyo tránsito no se ve obstaculizado por ningún tipo de barrera física o del conocimiento.

“La pregunta es qué hacer para que el país se beneficie de ellos. Eso es lo que buscamos. Se advierten iniciativas del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), pero los resultados tardarán algún tiempo”, reconoció.

La fuga es consecuencia de múltiples y variados problemas, como la violencia, la escasez de empleos, la corrupción, los horarios de trabajo demasiado amplios y la contaminación de las ciudades, entre otros.

En el plano internacional, México posee una alta tasa de migración. Por su ubicación geográfica tiende a ser un territorio expulsor. Es más, cualquier otra nación con un nivel de desarrollo menor, colindante con Estados Unidos, tendría migrantes. Además, se habla de que la Unión Americana y Canadá son imanes de talentos.

“En primer lugar, cuentan con políticas de atracción. De hecho, aunque el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tiene sus propios mecanismos para otorgar visas a mexicanos, EU no atrae suficientes talentos, de manera que la fuga de cerebros hacia ese país podría aumentar”, añadió la universitaria.

Si bien está acotado el problema, ¿qué se puede hacer para atraer a los talentos fugados, y a otros de diferentes partes del mundo?

Cada uno es un individuo con propia trayectoria de vida, al que se le debería hacer una propuesta atractiva para que decidiera regresar o venir por primera vez. Hay naciones como el vecino del norte, con atractivos para personas altamente calificadas, y también para las menos calificadas.

“Frente a la competencia global por atraer talentos, me parece que México debería tener una visión integral. Instituciones gubernamentales como la Red de Talentos Mexicanos, el CONACyT y el Instituto Nacional de Migración deberían establecer más comunicación entre sí para no perder lo poco que se hace al respecto”, concluyó Tigau.



La nueva política de ciencia y el fin de la «dictadura»

Por Javier Flores*

Hace algunos meses participé en un encuentro internacional realizado en Tenerife, España, que se tituló: Ciencia, entre la democracia y la dictadura, en el que especialistas de diversos países examinaron el impacto de los regímenes dictatoriales –en particular del nazismo, el franquismo y algunas dictaduras latinoamericanas– sobre el desarrollo de la ciencia y la tecnología en naciones de Europa, España y América Latina. Los datos presentados daban cuenta del daño causado por los gobiernos impuestos, que se tradujeron en la persecución de científicos, algunos de los cuales fueron encarcelados o privados de la vida, el cierre de universidades, la emigración de talentos y el retroceso o estancamiento de los sistemas científicos, que les ha llevado varias décadas superar.

Me tocó hablar del caso de México. Debo confesar que el tema me resultó muy difícil, pues, considerando la etapa posrevolucionaria, en nuestro país no se puede hablar propiamente de dictaduras de corte semejante a las encabezadas por Adolfo Hitler, Francisco Franco, Juan Carlos Onganía o Augusto Pinochet. Es más, mis resultados apuntaban a describir un efecto paradójico de esas dictaduras sobre la ciencia mexicana, pues si bien en Alemania, España, Argentina y Chile el daño que se produjo a la ciencia fue tremendo, nuestro país, en cierto modo, resultó beneficiado de las mismas. Explico por qué:

La emigración de talentos producida por el nazismo en Alemania y otras naciones europeas bajo su jurisdicción permitió la llegada a América y, en particular, a México de investigadores muy talentosos, como los que desarrollaron en nuestro país, en ese entonces, el núcleo más importante de la investigación para la síntesis de hormonas esteroides en el mundo.

La expulsión de científicos producto del franquismo, combinada con una política visionaria del general Lázaro Cárdenas, permitió la llegada y asimilación a México de especialistas de primer nivel que contribuyeron al desarrollo de la ciencia en nuestro país, cuya huella sigue siendo enorme. Las dictaduras militares en Argentina y Chile se tradujeron también en la incorporación de destacados científicos de esas naciones a las instituciones educativas y científicas mexicanas.

Entonces surge la pregunta de por qué, a pesar de que las dictaduras señaladas trajeron a nuestro país esos beneficios, México hoy tiene un desarrollo científico y tecnológico por debajo del que actualmente ostentan Alemania, Austria, España, Argentina o Chile, que las sufrieron en carne propia. ¿Cómo es posible que dentro de un desarrollo supuestamente democrático podamos estar peor en la ciencia y la tecnología que quienes padecieron esos regímenes autoritarios?

Para responder a esa pregunta habría que considerar una imagen que tiene dos componentes. La primera: a) baja inversión en ciencia y tecnología, tanto pública como privada; b) escaso número de científicos, producción limitada de nuevos investigadores y carencia de instituciones y puestos de trabajo para absorberlos, y c) consecuentemente, una pobre producción científica (aunque de calidad) y una casi inexistente actividad de innovación y registro de patentes.

El segundo componente es la asfixiante dependencia científica y tecnológica de México frente al exterior, que queda ilustrada por la balanza de pagos tecnológica, siempre con valores negativos y que en 2007 alcanzó mil 389 millones de dólares.

Se trata de una combinación de elementos que muestra con claridad un modelo de desarrollo científico seguido por México no por casualidad, sino de forma deliberada, dentro de regímenes supuestamente democráticos. Pobreza científica y entrega de nuestro país a intereses extranjeros, especialmente a Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.

No queda más remedio que coincidir con Mario Vargas Llosa en su célebre declaración en la que definió a México, más que como una nación democrática, como una dictadura perfecta que ha resultado objetivamente más nociva para la ciencia y la tecnología que el nazismo, el franquismo o cualquiera de las dictaduras latinoamericanas a las que me he referido.

Este modelo, que combina el estancamiento científico con el incremento de la dependencia, es el que han impulsado los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional. La única opción que hoy se tiene para acabar con esta dictadura es, en mi opinión, el programa de ciencia, tecnología e innovación del Movimiento Progesista que encabeza Andrés Manuel López Obrador, cuyo diagnóstico y puntos programáticos pueden consultarse en: educacion, ciencia y desarrollo

* Se reproduce el texto integro de la contribución del científico en la edición de hoy del diario La Jornada.

 

Donan una singular colección de litografías botánicas, a la USBI Xalapa

Mañana, a las 11 horas, se hará un acto de entrega y presentación del acervo digital de la colección «Ilustraciones Botánicas del Siglo XIX», en la estancia central de la Biblioteca.

Invitan a este evento la Secretaría Académica de la Universidad Veracruzana y la Unidad de Servicios Bibliotecarios de Información (USBI), ubicada en el Campus para la Cultura, las Artes y el Deportes, en la Zona Universitaria, Xalapa, Veracruz.



De bibliotecas, crisis nacional y ética de la investigación

En un tiempo en que se agravan las diversas crisis nacionales: económica, financiera, social, ambiental, educativa, moral y de seguridad, las bibliotecas de todo tipo adquieren una importancia estratégica cada vez mayor.
Las soluciones a esas crisis, están ahí, aguardando, en las estanterías que, lamentablemente, se van llenando de polvo mientras el acervo obsolesce.
A las nuevas generaciones podrá parecerles prescindible el soporte impreso: libros, revistas, diccionarios y enciclopedias, tan acostumbrados están a tener «toda la información» en una sola pantalla, que creen que pueden omitir el uso de aquellos. Esto sería un error de irreparables consecuencias. Aunque hay excelentes fuentes de información en línea más allá de la Wikipedia, existe información fundamental, ideas desarrolladas plenamente -o casi plenamente- en libros, monografías y ensayos, en infinidad de artículos de revistas impresas.
A título de ejemplo, baste mencionar una publicación de la talla de la Revista de Occidente, de la cual es posible consultar la versión impresa en la colección de Publicaciones Periódicas de la USBI Xalapa.
¿Qué tiene que ver esto con la ética de la investigación? Pues casi todo. Dice el Código de Integridad Académica y Ética de la Universidad de North Carolina – Chapel:

«Como investigador en formación, las preguntas que formulas y las respuestas que encuentras te conducirán a tí y a tus colegas hacia un mar desconocido de conocimientos. El descubrimiento y la colaboración intelectual traen de la mano nuevas responsabilidades. Al conducir y diseminar los resultados de tu investigación, te harás responsable ante tus colegas y ante el público».

La confianza es el fundamento de la academia, como se declara en dicho documento. Y la confianza se ve erosionada por un sinfín de factores, más allá del carácter y las personalidades particulares de los individuos. Al respecto, el documento cita, entre otras, como causas de la pérdida de confianza en la vida académica, las siguientes:

«Cumplir con fechas límite. Las fechas límite determinadas en los calendarios académicos y otros programas pueden complicar el proceso de investigación y generar tentaciones para «tomar atajos».
«Productividad y competencia. Los académicos pueden experimentar presión para aumentar su productividad para asegurarse recompensas monetarias o profesionales [más que por el deseo de generar conocimientos]».
«Crítica y confianza. Los académicos vigilan y analizan el trabajo de otros académicos, para asegurarse de que los métodos de investigación son aplicados adecuadamente y los resultados revisados con rigor. La crítica busca construir confianza e incrementar el conocimiento, sin embargo, el criticismo deshonesto lo que hace es erosionar dicha confianza.
«Multiplicidad de roles. Estudiantes del posgrado con frecuencia son profesores y/o investigadores, lo que implica revisar la relación instructor-estudiante, así como las relaciones entre pares profesionales.
«Procesos y productos. Los procesos de investigación elaborados pueden no conducir a los resultados buscados. La decepción ocasionada por ello puede ser una tentación para falsear los resultados.
«Falta de información. El investigador que aprende nuevas habilidades para investigar, también debe hacerse conciente de los nuevos dilemas éticos que enfrenta.»

A lo anterior, cabría agregar un potencial conflicto de intereses entre aquellos académicos o investigadores que a la vez mantienen relaciones con la empresa o el gobierno, o peor aún, con empresas o funcionarios con intereses de grupo, que pudieran estarse viendo beneficiados con la investigación financiada con recursos públicos.

La ausencia de comunidades de aprendizaje, de comunidades de práctica y de redes de colaboración científica, o la conversión de estas comunidades en verdaderas cofradías en las que instalaciones, equipos y presupuestos son una prerrogativa de un grupo dentro del grupo, son otras de las circunstancias que impiden que las universidades construyan y distribuyan socialmente el conocimiento que permita resolver los grandes problemas de la nación.

Las bibliotecas representan una oportunidad que se brindan las sociedades, para transparentar los procesos de investigación y difusión de los nuevos conocimientos que, hasta ahora, ha sido injustificadamente desaprovechada. Las bibliotecas, además, constituyen un entorno ideal para el aprendizaje y la enseñanza de la alfabetización informacional, que es básica para abonar la ética de la investigación, tanto como las academias y los seminarios del tema.



2011 es el Año Internacional de la Química

México es un país con generosos recursos naturales y minerales, por ello cuenta con una importante tradición, que data de la época prehispánica, en el manejo de diversas sustancias y compuestos químicos de origen mineral y biológico.
En la actualidad, nuestra dependencia en ciencia y tecnología, nuestra escasa investigación científica, en ciencias como la química particularmente, nos colocan en una situación ominosa de cara al futuro.
Pese a recursos como el petróleo y la plata, y a la gigantesca farmacopea natural con que nos dotaron los procesos geológicos, climatológicos y ecológicos en el subsuelo y superficie del territorio nacional, somos un país exportador de petróleo crudo, que paradójicamente importa casi la mitad de las gasolinas que demanda el consumo nacional; una enorme tajada de la industria de la plata está en manos de un holding, concentrador de la segunda fortuna más grande de México, sólo después de la de Carlos Slim Helú; y con respecto a la herbolaria, la biopiratería que realizan universidades (como de la Georgia, en Estados Unidos) y farmaceúticas extranjeras, no sólo de las especies de plantas que los indígenas mexicanos utilizan para curarse, sino incluso de las técnicas de preparación terapéutica de las mismas, han sido denunciadas en diversas ocasiones.
Por otro lado, los recursos financieros de nuestro sistema nacional de salud son parasitados, mediantes prácticas de colusión para la fijación de precios exagerados, por parte de diversas farmacéuticas.
Este 2011, la American Chemical Society ofrece a los usuarios de Internet un portal llamado Química para la Vida, en el cual se aborda cada día un aspecto o tema específico dentro del vasto campo de interés de esta ciencia. En nuestro país, la UNAM dio a conocer una serie de eventos que realizarán para divulgar los aportes de la química al mundo moderno.

Con respecto al acervo de las bibliotecas universitarias, relacionado con el campo de la química, existen casi 300 libros sobre una de sus ramas especializadas que es de sumo interés, por sus implicaciones para el medio ambiente y la salud, la toxicología.

Cabe advertir que de 2009 a la fecha únicamente se han incorporado a las bibliotecas universitarias, seis obras sobre dicho tema, a saber:

  1. RA1226 W54 2010, Wildlife toxicology : emerging contaminant and biodiversity issues, de Kendall, Ronald J., ed.
  2. RA1211 R46 2009 Toxicología fundamental de Repetto, Manuel.
  3. RA1211 C375 2008 Casarett and Doull’s toxicology : the basic science of poisons de Casarett, Louis J.
  4. RA1211 B37 2008 Medical toxicology of natural substances : foods, fungi, medicinal herbs, plants, and venomous animals de Barceloux, Donald G.
  5. RA1215 M36 2008 Manual de toxicología para médicos de Harris, Carson R. edit.
  6. GE140 E57 Ensayos toxicológicos para la evaluación de sustancias químicas en agua y suelo : la experiencia en México de Ramírez Romero, Patricia.

No obstante, la Biblioteca Virtual de la Universidad Veracruzana permite consultar casi 40 títulos de publicaciones periódicas especializadas, la mayoría a texto completo, en el ámbito de la toxicología.

Por su parte, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) ofrece una bibliografía sobre sustancias tóxicas.



Universidad, edición científica y beneficio público, de madrid+d

Joaquín Rodríguez, de madrid+d pone hoy el dedo en la llaga que aqueja, de manera aguda y desde hace ya algunos años, a las instituciones de educación superior, no sólo en Europa sino en todo el mundo: ¿cómo refrendar, dejar zanjada, bien establecida, la importancia y necesidad del quehacer científico y de investigación humanística que se lleva a cabo en las universidad públicas, la necesidad de que cualquier persona que sea capaz y lo desee inicie y concluya estudios de nivel superior, ante una sociedad sacudida por un complejo de crisis económicas, tecnoculturales y medioambientales, sociopolíticas en todos los casos?

Visiones oficiales extremadamente utilitaristas o cortoplacistas, podrían desdeñar los beneficios de largo aliento y a largo plazo que han representado para el desarrollo de la cultura occidental, la educación y la investigación que realizan las instituciones de educación superior.

La ubicuidad de la información y de los contenidos digitales pueden prestarse a justificar una tentación regresiva, para aquellos que consideran que la relación costo-beneficio de la inversión pública en educación superior es negativa.

Para convencer a las autoridades públicas de que el dinero invertido en la educación superior «no cae a través de un desagüe que solamente sirve para el apalancamiento del personal funcionario (interesado, cómo no, en mantener su estatuto y en no discutir de aquello que le da de comer)», convendría que los universitarios, docentes e investigadores «mostraran clara y cuantitativamente, cuáles son los beneficios públicos que se derivan de su actividad».

Según el autor, «El problema […] es que las Universidades y sus profesionales siguien absolutamente encadenados a los mecanismos de legitimación y acreditación tradicionales, a los índices de impacto gestionados por el ISI, a métodos de gestión privados de la visibilidad que solamente revierten en beneficio de la “carrera” académica y profesional de quien acepta el yugo de ese cursus honorum perverso y endogámico. Las herramientas digitales -como tantas veces he manifestado-, proveen a los científicos de la capacidad de emanciparse de las editoriales y, de paso, de los mecanismos de evaluación y certificación tradicionales, pero en lugar de asumir seriamente el control de sus medios de producción (editoriales), prefieren aceptar la avara contabilidad del hit parade científico».



El acuerdo de Cancún: licencia para matar

Luis Hernández Navarro

El acuerdo de Cancún ha sido presentado ante la opinión pública como un avance en la lucha por enfriar el planeta. ¿Es verdad? No, no lo es. Fue un gran fracaso. Para combatir el cambio climático no hay más que una medida eficaz: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El acuerdo aprobado en la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16) no avanzó un solo milímetro en esta dirección.

El acuerdo de Cancún es bueno para Estados Unidos y los países desarrollados, pero es muy malo para el clima. No impide que la temperatura global aumente en más de cuatro grados centígrados. Y, como señaló con toda claridad la delegación de Bolivia, recientes reportes científicos muestran que 300 mil personas ya están muriendo cada año por los desastres relacionados con el cambio climático. Este texto amenaza con el aumento de muertes anuales a un millón.

Los compromisos de reducción de emisiones contemplados en el documento apenas alcanzan 60 por ciento de lo que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) indica como requerimiento para que la temperatura se eleve.

El acuerdo da permiso para matar. Más que avance es un retroceso. Las naciones desarrolladas no ofrecieron nada nuevo en reducción de  emisiones ni en financiación. Por el contrario, lograron abrir los candados para dar marcha atrás a los compromisos existentes, y avalar todas las rutas de escape posibles para evadir sus responsabilidades. El texto comunica textualmente que los países acuerdan que las emisiones nacionales deben tocar techo lo antes posible, pero no especifica cuál es ese techo, cuándo es lo antes posible ni qué sucede a los que no lo cumplan.

El acuerdo de Cancún crea las condiciones para vaciar de contenido el Protocolo de Kyoto. El protocolo fue aprobado en 1997 en Japón, y entró en vigor en febrero de 2005. Fija límites para la emisión de gases de efecto invernadero, vinculantes, para 37 países industrializados.  Estados Unidos firmó el acuerdo, pero no lo ratificó. Los 183 países que lo ratificaron fueron responsables de menos de 55 por ciento de las  emisiones de CO2 de 1990.

El documento aprobado está lleno de lagunas, confusiones deliberadas e imprecisiones. Asienta, por ejemplo, que se deben completar los trabajos para prorrogar Kyoto lo antes posible para que no haya brecha entre el primero y segundo periodo de cumplimiento, pero no dice cómo, cuándo, dónde y en qué términos. Se trata de una
formulación de buena voluntad. Por ejemplo, Japón, que se había negado a seguir adelante con el segundo periodo de cumplimiento, puede alegar que salió triunfante.

El texto de Cancún abre la posibilidad de que los objetivos de disminución de gases de efecto invernadero no sean vinculantes (como lo son ahora) y su cumplimiento sea solamente voluntario, es decir, como una llamada a misa a la que asiste quien quiere. Los países –dice el texto– se comprometen a discutir las opciones legales para alcanzar un resultado acordado en 2011 en la Cumbre de Durban.

El acuerdo de Cancún fue aprobado sin consenso y con una maniobra diplomática de graves consecuencias hacia el futuro. A lo largo del plenario Bolivia expresó su desacuerdo de manera razonada. La canciller Patricia Espinosa violentó el sistema de toma de decisiones de Naciones Unidas. Este tipo de resolutivos deben ser aprobados por consenso, es decir, sin votos en contra. Así ha sido siempre. Y esa norma no fue respetada. La funcionaria mexicana rompió la regla del consenso. La violación sienta un grave precedente.

Penosamente, Bolivia no fue apoyada por los países de la Alba. La dejaron morir sola, permitieron que el gobierno mexicano la aislara. Claudia Salerno, la representante de Venezuela, apostó a convertirse en la negociadora responsable. Al final declaró: Yo puedo regresar a mi casa diciendo: tengo algo. Por supuesto no aclaró qué. Algunos representantes diplomáticos de estas naciones dijeron, extraoficialmente, que las posiciones de Evo Morales eran muy radicales y no llevaban a ningún lado, y que era necesario sacar una declaración final de compromisos.

La posición de Bolivia en favor de la justicia climática en la cumbre fue absolutamente congruente con las propuestas acordadas por 35 mil personas que asistieron a la Conferencia Mundial de los Pueblos de Cochabamba en abril de 2010. En el año transcurrido desde Copenhague, esas propuestas se integraron en el texto de negociación de las partes. Sin embargo, el texto de Cancún excluyó sistemáticamente esas voces. El resto de las naciones que integran la Alba no honraron esos compromisos, a pesar de la participación de varios mandatarios de países latinoamericanos en Cochabamba.

Una pista de los intereses presentes en el acuerdo de Cancún la brindan las declaraciones de Todd Stern, el representante de Estados Unidos. Se logró un paquete equilibrado de decisiones, dijo. Añadió: Lo que tenemos ahora es un texto que, aunque no es perfecto, es una buena base para seguir adelante.

En Cancún no hubo un pequeño paso hacia delante, como claman ONG como Oxfam. Por el contrario, se abrió la puerta a una mayor privatización y mercantilización del clima. Tal como dijo Vía Campesina: El balance es negativo para la humanidad, pues se abrieron las puertas al gran capital y a las trasnacionales para que continúen con sus negocios y sigan apostando con la vida.

Reproducido de La Jornada.