En México casi no leemos (se leen menos de 3 libros al año, en promedio), pero casi todo mundo ve la televisión.
Nuestro sistema educativo está basado en el uso de un libro -el libro de texto gratuito- del cual se adquieren miles de ejemplares y se utiliza lo mismo en la montaña que en la costa, en comunidades urbanas y rurales; ésto, mientras miles de bibliotecas públicas municipales siguen añejando sus acervos y atendiendo a usuarios en edad escolar, con colecciones que poco o nada reflejan las realidades cotidianas de los habitantes a los que supuestamente sirven.
En México ha avanzado en los últimos años, sí, la penetración de las nuevas tecnologías de la información en todos los ámbitos de la vida; pero a altos costos y a bajas velocidades, y aún no se garantiza el acceso de la mayoría de la población a las mismas, salvo la de más altos ingresos y nivel educativo.
La brecha digital y la brecha de capacidades ha creado un grupo reducido de info-ricos y una enorme, gigantesca, masa de info-pobres. Se destinan enormes recursos al pago de salarios de maestros y burocracia educativa, pero casi no hay recursos para dotar bibliotecas, laboratorios y centros de cómputo no sólo en las grandes ciudades, sino en las zonas rurales.
Ante este panorama, injusticias y abusos de todo tipo están a la orden del día: en el orden doméstico -violencia intrafamiliar, desamparo de adultos mayores, drogadicción, etc.- económico -desempleo, subempleo, explotación, retroceso en conquistas laborales que tardaron uno o dos siglos en alcanzarse, precariedad laboral- político -defraudación electoral, compra de votos, uso de recursos públicos con fines electorales, campañas masivas improvisadas para la promoción de una democracia representativa, honeroso funcionamiento de instituciones electorales, etc.- y cultural -escaso desarrollo educativo, baja productividad científica, escasa innovación científica y tecnológica, fuga de cerebros.
Es mucho lo que hay que hacer aún en todos los ámbitos de la vida nacional, especialmente en el terreno de la educación, si se considera que una población informada, educada y dotada con acceso a bienes culturales como las bibliotecas y las redes de información, y a través de éstos, capaz de aprovechar la cultura universal, debe ser capaz de identificar sus problemas, de agruparse, organizarse y resolver democráticamente sus problemas, descubriendo o en su caso inventando las soluciones, respondiendo de manera creativa a los retos de la crisis económica, de seguridad y moral que vivimos día con día.
México puede optar por el camino de la sociedad del conocimiento o seguirse hundiendo por el camino de la sociedad de la ignorancia, pero lo que no es posible es: pensar que no estamos eligiendo, día a día, alguna de esas dos opciones.
La primera alternativa conlleva participación, voluntad de cooperar, responsabilidad y sacrificios, sobre todo de parte de aquellos que hasta ahora se han beneficiado más de las condiciones ancestrales de explotación, injusticia y pobreza.
El segundo camino es el camino actual, el camino de la inercia, de cantar loas a los supuestos avances que no se ven por ningún lado, es el camino por el que se siguen repitiendo los mismos patrones institucionales, personales y colectivos de siempre: privilegiar el interés personal, por sobre el interés colectivo, anteponer el interés por el futbol a la preocupación por el funcionamiento de nuestra democracia, de los órganos que supuestamente deben procurar la justicia, de los sistemas educativo y de salud. Optar por la distracción y el entretenimiento, frente a la cruenta realidad laboral de millones de trabajadores con bajísimos salarios y mermado poder adquisitivo, en una situación de plena carestía e inflación, que no puede velarse ni con cifras oficiales.
Sobre todo en lo educativo, urge la participación de los padres de familia para asegurar la calidad y pertinencia de los contenidos educativos con que se forman sus hijos, a ellos debería preocuparles de manera sobrada si realmente esos contenidos les serán útiles en 10 o 20 años, cuando ya estén incorporados de lleno en la vida económica, cultural y social del país
¿Podemos seguir hablando de México, como de una nación soberana e independiente, mientras nos abruma el número de analfabetas funcionales, que saben leer y escribir, pero no leen ni escriben?
Recientemente, a propósito de la enseñanza de la historia en la educación básica, se ha considerado el papel tradicional que juega ésta, como asignatura basada en la mera repetición y memorización de hechos y nombres y fechas sin significado.
Pero la historia como dato descarnado ¿qué es, de qué y a quién sirve? En cambio, consideremos la vivencia del presente como historia, y la reencarnación de las luchas y tropiezos del pasado en el momento actual -a través del museo, el documental, el cine o el teatro-, y como parte de la vida que corre: ¿cuántas lecciones de esfuerzo y altruísmo, de tenacidad y heroísmo puede darles a las nuevas generaciones? ¿Quién y cómo, nos enseña la historia, y a qué fines sirve esa forma de hacernos concientes de nuestro propio pasado? ¿A qué pasado podemos aspirar sin archivos debidamente organizados y con las magras colecciones de la mayoría de nuestras bibliotecas públicas y escolares -cuando las encontramos?
¿Cómo podemos los mexicanos ser concientes de nuestro pasado, si la historia está escrita en libros y éstos no forman parte de los objetos con los que convivimos diariamente?
¿Por qué no hay una red nacional de museos-bibliotecas, adonde objetos de nuestra historia antigua y reciente, así como documentos y sobre todo libros, puedan ser vistos, explorados o palpados por los niños y los jóvenes, para hacerlos concientes de su origen, más allá de lo singular, local y biológico, como parte del entramado de las vidas humanas en el nivel histórico y social?
¿Por qué negarles a las nuevas generaciones ese encuentro con sus orígenes?
¿Qué, no son acaso los pueblos que saben de dónde vienen, los que pueden estar mejor preparados para decidir adónde van?
Acuerdo de los Pueblos (Cochabamba, Bolivia. 22 de abril de 2010).
Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro.
De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado “Entendimiento de Copenhague” existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas. Muchos Estados insulares desaparecerían y el África sufriría un incremento de la temperatura de más de 3º C. Así mismo, se reduciría la producción de alimentos en el mundo con efectos catastróficos para la supervivencia de los habitantes de vastas regiones del planeta, y se incrementaría de forma dramática el número de hambrientos en el mundo, que ya sobrepasa la cifra de 1.020 millones de personas.Las corporaciones y los gobiernos de los países denominados “más desarrollados”, en complicidad con un segmento de la comunidad científica, nos ponen a discutir el cambio climático como un problema reducido a la elevación de la temperatura sin cuestionar la causa que es el sistema capitalista.
Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial.
El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma.
Bajo el capitalismo, la Madre Tierra se convierte en fuente sólo de materias primas y los seres humanos en medios de producción y consumidores, en personas que valen por lo que tienen y no por lo que son.
El capitalismo requiere una potente industria militar para su proceso de acumulación y el control de territorios y recursos naturales, reprimiendo la resistencia de los pueblos. Se trata de un sistema imperialista de colonización del planeta.
La humanidad está frente a una gran disyuntiva: continuar por el camino del capitalismo, la depredación y la muerte, o emprender el camino de la armonía con la naturaleza y el respeto a la vida.
Requerimos forjar un nuevo sistema que restablezca la armonía con la naturaleza y entre los seres humanos. Sólo puede haber equilibrio con la naturaleza si hay equidad entre los seres humanos.
Planteamos a los pueblos del mundo la recuperación, revalorización y fortalecimiento de los conocimientos, sabidurías y prácticas ancestrales de los Pueblos Indígenas, afirmados en la vivencia y propuesta de “Vivir Bien”, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo, con el cual tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.
Para enfrentar el cambio climático debemos reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida y forjar un nuevo sistema basado en los principios de:
- armonía y equilibrio entre todos y con todo
- complementariedad, solidaridad, y equidad
- bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales de todos en armonía con la Madre Tierra
- respeto a los Derechos de la Madre Tierra y a los Derechos Humanos
- reconocimiento del ser humano por lo que es y no por lo que tiene
- eliminación de toda forma de colonialismo, imperialismo e intervencionismo
- paz entre los pueblos y con la Madre Tierra.
El modelo que propugnamos no es de desarrollo destructivo ni ilimitado. Los países necesitan producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades fundamentales de su población, pero de ninguna manera pueden continuar por este camino de desarrollo en el cual los países más ricos tienen una huella ecológica 5 veces más grande de lo que el planeta es capaz de soportar. En la actualidad ya se ha excedido en más de un 30% la capacidad del planeta para regenerarse. A este ritmo de sobreexplotación de nuestra Madre Tierra se necesitarían 2 planetas para el 2030.
En un sistema interdependiente del cual los seres humanos somos uno de sus componentes no es posible reconocer derechos solamente a la parte humana sin provocar un desequilibrio en todo el sistema. Para garantizar los derechos humanos y restablecer la armonía con la naturaleza es necesario reconocer y aplicar efectivamente los derechos de la Madre Tierra.
Para ello proponemos el proyecto adjunto de Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra en el cual se consignan:
- Derecho a la vida y a existir;
- Derecho a ser respetada;
- Derecho a la regeneración de su biocapacidad y continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas;
- Derecho a mantener su identidad e integridad como seres diferenciados, auto-regulados e interrelacionados;
- Derecho al agua como fuente de vida;
- Derecho al aire limpio;
- Derecho a la salud integral;
- Derecho a estar libre de la contaminación y polución, de desechos tóxicos y radioactivos;
- Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.
- Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.
La visión compartida es estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero para hacer efectivo el Artículo 2 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que determina “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas para el sistema climático”. Nuestra visión es, sobre la base del principio de las responsabilidades históricas comunes pero diferenciadas, exigir que los países desarrollados se comprometan con metas cuantificadas de reducción de emisiones que permitan retornar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a 300 ppm y así, limitar el incremento de la temperatura media global a un nivel máximo de 1°C.
Enfatizando la necesidad de acción urgente para lograr esta visión, y con el apoyo de los pueblos, movimientos y países, los países desarrollados deberán comprometerse con metas ambiciosas de reducción de emisiones que permitan alcanzar objetivos a corto plazo, manteniendo nuestra visión a favor del equilibrio del sistema climático de la Tierra, de acuerdo al objetivo último de la Convención.
La “visión compartida” para la “Acción Cooperativa a Largo Plazo” no debe reducirse en la negociación de cambio climático a definir el límite en el incremento de la temperatura y la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sino que debe comprender de manera integral y equilibrada un conjunto de medidas financieras, tecnológicas, de adaptación, de desarrollo de capacidades, de patrones de producción, consumo y otras esenciales como el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra para restablecer la armonía con la naturaleza.
Los países desarrollados, principales causantes del cambio climático, asumiendo su responsabilidad histórica y actual, deben reconocer y honrar su deuda climática en todas sus dimensiones, como base para una solución justa, efectiva y científica al cambio climático. En este marco exigimos a los países desarrollados que:
- Restablezcan a los países en desarrollo el espacio atmosférico que está ocupado por sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto implica la descolonización de la atmósfera mediante la reducción y absorción de sus emisiones.
- Asuman los costos y las necesidades de transferencia de tecnología de los países en desarrollo por la pérdida de oportunidades de desarrollo por vivir en un espacio atmosférico restringido.
- Se hagan responsables por los cientos de millones que tendrán que migrar por el cambio climático que han provocado y que eliminen sus políticas restrictivas de migración y ofrezcan a los migrantes una vida digna y con todos los derechos en sus países.
- Asuman la deuda de adaptación relacionadas a los impactos del cambio climático en los países en desarrollo proveyendo los medios para prevenir, minimizar y atender los daños que surgen de sus excesivas emisiones.
- Honren estas deudas como parte de una deuda mayor con la Madre Tierra adoptando y aplicando la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra en las Naciones Unidas.
El enfoque debe ser no solamente de compensación económica, sino principalmente de justicia restaurativa – es decir restituyendo la integridad a las personas y a los miembros que forman una comunidad de vida en la Tierra.
Deploramos el intento de un grupo de países de anular el Protocolo de Kioto el único instrumento legalmente vinculante específico para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los países desarrollados.
Advertimos al mundo que no obstante estar obligados legalmente las emisiones de los países desarrollados en lugar de reducir, crecieron en un 11,2% entre 1990 y 2007.
Estados Unidos a causa del consumo ilimitado aumentó sus emisiones de GEI en 16,8% durante el periodo 1990 al 2007, emitiendo como promedio entre 20 y 23 toneladas anuales de CO2 por habitante, lo que representa más de 9 veces las emisiones correspondientes a un habitante promedio del Tercer Mundo, y más de 20 veces las emisiones de un habitante de África Subsahariana.
Rechazamos de manera absoluta el ilegitimo “Entendimiento de Copenhague”, que permite a estos países desarrollados ofertar reducciones insuficientes de gases de efecto invernadero, basadas en compromisos voluntarios e individuales, que violan la integridad ambiental de la Madre Tierra conduciéndonos a un aumento de alrededor de 4ºC.
La próxima Conferencia sobre Cambio Climático a realizarse a fines de año en México debe aprobar la enmienda al Protocolo de Kioto, para el segundo período de compromisos a iniciarse en 2013 a 2017 en el cual los países desarrollados deben comprometer reducciones domésticas significativas de al menos el 50% respecto al año base de 1990 sin incluir mercados de carbono u otros sistemas de desviación que enmascaran el incumplimiento de las reducciones reales de emisiones de gases de efecto invernadero.
Requerimos establecer primero una meta para el conjunto de los países desarrollados para luego realizar la asignación individual para cada país desarrollado en el marco de una comparación de esfuerzos entre cada uno de ellos, manteniendo así el sistema del Protocolo de Kioto para las reducciones de las emisiones.
Los Estados Unidos de América, en su carácter de único país de la Tierra del Anexo 1 que no ratificó el Protocolo de Kioto tiene una responsabilidad significativa ante todos los pueblos del mundo por cuanto debe ratificar el Protocolo de Kioto y comprometerse a respetar y dar cumplimiento a los objetivos de reducción de emisiones a escala de toda su economía.
Los pueblos tenemos los mismos derechos de protección ante los impactos del cambio climático y rechazamos la noción de adaptación al cambio climático entendida como la resignación a los impactos provocados por las emisiones históricas de los países desarrollados, quienes deben adaptar sus estilos de vida y de consumo ante esta emergencia planetaria. Nos vemos forzados a enfrentar los impactos del cambio climático, considerando la adaptación como un proceso y no como una imposición, y además como herramienta que sirva para contrarrestarlos, demostrando que es posible vivir en armonía bajo un modelo de vida distinto.
Es necesario construir un Fondo de Adaptación, como un fondo exclusivo para enfrentar el cambio climático como parte de un mecanismo financiero manejado y conducido de manera soberana, transparente y equitativa por nuestros Estados. Bajo este Fondo se debe valorar: los impactos y sus costos en países en desarrollo y las necesidades que estos impactos deriven, y registrar y monitorear el apoyo por parte de países desarrollados. Éste debe manejar además un mecanismo para el resarcimiento por daños por impactos ocurridos y futuros, por pérdida de oportunidades y la reposición por eventos climáticos extremos y graduales, y costos adicionales que podrían presentarse si nuestro planeta sobrepasa los umbrales ecológicos así como aquellos impactos que están frenando el derecho a Vivir Bien.
El “Entendimiento de Copenhague” impuesto sobre los países en desarrollo por algunos Estados, más allá de ofertar recursos insuficientes, pretende en si mismo dividir y enfrentar a los pueblos y pretende extorsionar a los países en desarrollo condicionando el acceso a recursos de adaptación a cambio de medidas de mitigación. Adicionalmente se establece como inaceptable que en los procesos de negociación internacional se intente categorizar a los países en desarrollo por su vulnerabilidad al cambio climático, generando disputas, desigualdades y segregaciones entre ellos.
El inmenso desafío que enfrentamos como humanidad para detener el calentamiento global y enfriar el planeta sólo se logrará llevando adelante una profunda transformación en la agricultura hacia un modelo sustentable de producción agrícola campesino e indígena/originario, y otros modelos y prácticas ancestrales ecológicas que contribuyan a solucionar el problema del cambio climático y aseguren la Soberanía Alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a controlar sus propias semillas, tierras, agua y la producción de alimentos, garantizando, a través de una producción en armonía con la Madre Tierra, local y culturalmente apropiada, el acceso de los pueblos a alimentos suficientes, variados y nutritivos en complementación con la Madre Tierra y profundizando la producción autónoma (participativa, comunitaria y compartida) de cada nación y pueblo.
El Cambio Climático ya está produciendo profundos impactos sobre la agricultura y los modos de vida de los pueblos indígenas/originarios y campesinos del mundo y estos impactos se irán agravando en el futuro.
El agro negocio a través de su modelo social, económico y cultural de producción capitalista globalizada y su lógica de producción de alimentos para el mercado y no para cumplir con el derecho a la alimentación, es una de las causas principales del cambio climático. Sus herramientas tecnológicas, comerciales y políticas no hacen más que profundizar la crisis climática e incrementar el hambre en el planeta. Por esta razón rechazamos los Tratados de Libre Comercio y Acuerdos de Asociación y toda forma de aplicación de los Derechos de Propiedad Intelectual sobre la vida, los paquetes tecnológicos actuales (agroquímicos, transgénicos) y aquellos que se ofrecen como falsas soluciones (agrocombustibles, geoingeniería, nanotecnología, tecnología Terminator y similares) que únicamente agudizarán la crisis actual.
Al mismo tiempo denunciamos como este modelo capitalista impone megaproyectos de infraestructura, invade territorios con proyectos extractivistas, privatiza y mercantiliza el agua y militariza los territorios expulsando a los pueblos indígenas y campesinos de sus territorios, impidiendo la Soberanía Alimentaria y profundizando la crisis socioambiental.
Exigimos reconocer el derecho de todos los pueblos, los seres vivos y la Madre Tierra a acceder y gozar del agua y apoyamos la propuesta del Gobierno de Bolivia para reconocer al agua como un Derecho Humano Fundamental.
La definición de bosque utilizada en las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual incluye plantaciones, es inaceptable. Los monocultivos no son bosques. Por lo tanto, exigimos una definición para fines de negociación que reconozca los bosques nativos y la selva y la diversidad de los ecosistemas de la tierra.
La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser plenamente reconocida, implementada e integrada en las negociaciones de cambio climático. La mejor estrategia y acción para evitar la deforestación y degradación y proteger los bosques nativos y la selva es reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios considerando especialmente que la mayoría de los bosques y selvas están en los territorios de pueblos y naciones indígenas, comunidades campesinas y tradicionales.
Condenamos los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza.
Los países contaminadores están obligados a transferir de manera directa los recursos económicos y tecnológicos para pagar la restauración y mantenimiento de los bosques y selvas, en favor de los pueblos y estructuras orgánicas ancestrales indígenas, originarias, campesinas. Esto deberá ser una compensación directa y adicional a las fuentes de financiamiento comprometidas por los países desarrollados, fuera del mercado de carbono y nunca sirviendo como las compensaciones de carbono (offsets). Demandamos a los países a detener las iniciativas locales en bosques y selvas basados en mecanismos de mercado y que proponen resultados inexistentes y condicionados. Exigimos a los gobiernos un programa mundial de restauración de bosques nativos y selvas, dirigido y administrado por los pueblos, implementando semillas forestales, frutales y de flora autóctona. Los gobiernos deben eliminar las concesiones forestales y apoyar la conservación del petróleo bajo la tierra y que se detenga urgentemente la explotación de hidrocarburos en las selvas.
Exigimos a los Estados que reconozcan, respeten y garanticen la efectiva aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y los derechos de los Pueblos Indígenas, en particular la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, entre otros instrumentos pertinentes, en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para resolver los desafíos planteados por el cambio climático. En especial, demandamos a los Estados a que reconozcan jurídicamente la preexistencia del derecho sobre nuestros territorios, tierras y recursos naturales para posibilitar y fortalecer nuestras formas tradicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático.
Demandamos la plena y efectiva aplicación del derecho a la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los Pueblos Indígenas en todos los procesos de negociación así como en el diseño e implementación de las medidas relativas al cambio climático.
En la actualidad la degradación medioambiental y el cambio climático alcanzarán niveles críticos, siendo una de las principales consecuencias la migración interna así como internacional. Según algunas proyecciones en 1995 existían alrededor de 25 millones de migrantes climáticos, al presente se estima en 50 millones y las proyecciones para el año 2050 son de 200 a 1000 millones de personas que serán desplazadas por situaciones derivadas del cambio climático.Los países desarrollados deben asumir la responsabilidad sobre los migrantes climáticos, acogiéndolos en sus territorios y reconociendo sus derechos fundamentales, a través de la firma de convenios internacionales que contemplen la definición de migrante climático para que todos los Estados acaten sus determinaciones.
Constituir un Tribunal Internacional de Conciencia para denunciar, hacer visible, documentar, juzgar y sancionar las violaciones de los derechos de los(s) migrantes, refugiados(as) y desplazados en los países de origen, tránsito y destino, identificando claramente las responsabilidades de los Estados, compañías y otros actores.
El financiamiento actual destinado a los países en desarrollo para cambio climático y la propuesta del Entendimiento de Copenhague son ínfimos. Los países desarrollados deben comprometer un financiamiento anual nuevo, adicional a la Ayuda Oficial al Desarrollo y de fuente pública, de al menos 6% de su PIB para enfrentar el cambio climático en los países en desarrollo. Esto es viable tomando en cuenta que gastan un monto similar en defensa nacional y destinaron 5 veces más para rescatar bancos y especuladores en quiebra, lo que cuestiona seriamente sus prioridades mundiales y su voluntad política. Este financiamiento debe ser directo, sin condicionamiento y no vulnerar la soberanía nacional ni la autodeterminación de las comunidades y grupos más afectados.
En vista de la ineficiencia del mecanismo actual, en la Conferencia de México se debe establecer un nuevo mecanismo de financiamiento que funcione bajo la autoridad de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio Climático rindiendo cuentas a la misma, con una representación significativa de los países en desarrollo para garantizar el cumplimiento de los compromisos de financiamiento de los países Anexo 1.
Se ha constatado que los países desarrollados incrementaron sus emisiones en el periodo 1990 – 2007, no obstante haber manifestado que la reducción se vería sustancialmente coadyuvada con mecanismos de mercado.
El mercado de carbono se ha transformado en un negocio lucrativo, mercantilizando nuestra Madre Tierra, esto no representa una alternativa para afrontar el cambio climático, puesto que saquea, devasta la tierra, el agua e incluso la vida misma.
La reciente crisis financiera ha demostrado que el mercado es incapaz de regular el sistema financiero, que es frágil e inseguro ante la especulación y la aparición de agentes intermediarios, por lo tanto, sería una total irresponsabilidad dejar en sus manos el cuidado y protección de la propia existencia humana y de nuestra Madre Tierra.
Consideramos inadmisible que las negociaciones en curso pretendan la creación de nuevos mecanismos que amplíen y promuevan el mercado de carbono toda vez que los mecanismos existentes nunca resolvieron el problema del Cambio Climático ni se transformaron en acciones reales y directas en la reducción de gases de efecto invernadero.
Es imprescindible exigir el cumplimento de los compromisos asumidos por los países desarrollados en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático respecto al desarrollo y transferencia de tecnología, así como rechazar la “vitrina tecnológica” propuesta por países desarrollados que solamente comercializan la tecnología. Es fundamental establecer los lineamientos para crear un mecanismo multilateral y multidisciplinario para el control participativo, la gestión y la evaluación continua del intercambio de tecnologías. Estas tecnologías deben ser útiles, limpias, y socialmente adecuadas. De igual manera es fundamental el establecimiento de un fondo de financiamiento e inventario de tecnologías apropiadas y liberadas de derechos de propiedad intelectual, en particular, de patentes que deben pasar de monopolios privados a ser de dominio público, de libre accesibilidad y bajo costo.
El conocimiento es universal, y por ningún motivo puede ser objeto de propiedad privada y de utilización privativa, como tampoco sus aplicaciones en forma de tecnologías. Es deber de los países desarrollados compartir su tecnología con países en desarrollo, crear centros de investigación para la creación de tecnologías e innovaciones propias, así como defender e impulsar su desarrollo y aplicación para el vivir bien. El mundo debe recuperar, aprender, reaprender los principios y enfoques del legado ancestral de sus pueblos originarios para detener la destrucción del planeta, así como los conocimientos y prácticas ancestrales y recuperación de la espiritualidad en la reinserción del vivir bien juntamente con la Madre Tierra.
Considerando la falta de voluntad política de los países desarrollados para cumplir de manera efectiva sus compromisos y obligaciones asumidos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, y frente a la inexistencia de una instancia legal internacional que prevenga y sancione todos aquellos delitos y crímenes climáticos y ambientales que atenten contra los derechos de la Madre Tierra y la humanidad, demandamos la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental que tenga la capacidad jurídica vinculante de prevenir, juzgar y sancionar a los Estados, las Empresas y personas que por acción u omisión contaminen y provoquen el cambio climático.
Respaldar a los Estados que presenten demandas en la Corte Internacional de Justicia contra los países desarrollados que no cumplen con sus compromisos bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto incluyendo sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero.
Instamos a los pueblos a proponer y promover una profunda reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que todos sus Estados miembros cumplan las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia Climática y Ambiental.
El futuro de la humanidad está en peligro y no podemos aceptar que un grupo de gobernantes de países desarrollados quieran definir por todos los países como lo intentaron hacer infructuosamente en la Conferencia de las Partes de Copenhague. Esta decisión nos compete a todos los pueblos. Por eso es necesaria la realización de un Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular, sobre el cambio Climático en el cuál todos seamos consultados sobre: el nivel de reducciones de emisiones que deben hacer los países desarrollados y las empresas transnacionales; el financiamiento que deben proveer los países desarrollados; la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática; la necesidad de una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra y; la necesidad de cambiar el actual sistema capitalista.
El proceso del Referéndum Mundial, plebiscito o consulta popular será fruto de un proceso de preparación que asegure el desarrollo exitoso del mismo.
Con el fin de coordinar nuestro accionar internacional e implementar los resultados del presente “Acuerdo de los Pueblos” llamamos a construir un Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra que se basará en los principios de complementariedad y respeto a la diversidad de origen y visiones de sus integrantes, constituyéndose en un espacio amplio y democrático de coordinación y articulación de acciones a nivel mundial.
Con tal propósito, adoptamos el plan de acción mundial adjunto para que en México los países desarrollados del Anexo 1 respeten el marco legal vigente y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50 % y se asuman las diferentes propuestas contenidas en este Acuerdo.
Finalmente, acordamos realizar la 2ª Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en el 2011 como parte de este proceso de construcción del Movimiento Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra y para reaccionar frente a los resultados de la Conferencia de Cambio Climático que se realizará a fines de año en Cancún, México.
Regionalización y el futuro de las bibliotecas públicas y escolares (presentación)
El Referencista No. 7, descarga el boletín electrónico de la DGBUV
La Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Veracruzana publica trimestralmente un boletín electrónico llamado El Referencista. Su objetivo es contar con una publicación electrónica para la difusión y diseminación de información sobre recursos y servicios del sistema bibliotecario universitario, así como textos de interés general sobre bibliotecas, los libros, la lectura, la alfabetización informacional y la sociedad de la información y el conocimiento. Se espera que la información publicada en el boletín, sea de utilidad para los estudiantes, docentes e investigadores universitarios y para el público interesado en general.
En fecha reciente se ha agregado el número 7, de este boletín, a la oferta pública de información que hace esta dependencia. Esperamos que encuentren de interés los contenidos de ésta edición.
Lectura 2.0
Leer en la pantalla de la computadora es algo que hacemos cada vez con más frecuencia. Lamentablemente, todavía hay una enorme parte de la población, la mayoría, que no conoce y puede beneficiarse del uso de redes como Internet, o la World Wide Web, para ser más precisos. El acceso a noticias e información que se actualiza prácticamente minuto a minuto es una experiencia fascinante, conmovedora y que necesita gestionarse de alguna forma. En el lapso de unos pocos minutos uno puede tener disponibles 10 0 12 ventanas con información de interés, y acabar leyendo solamente algunos fragmentos de cada una. Es tal el caudal de información que apenas da tiempo de agregar a los favoritos aquello que resulta más interesante y, en el mejor de los casos, hacer alguna nota. Si los intereses del lector son diversos, variados, la red se vuelve un verdadero manantial de novedades y de información de fondo, de artículos o ensayos que ameritan una lectura cuidadosa, que pocos hacen. Pensé en el título Lectura 2.0, para esta nota, porque indudablemente el auge de las comunicaciones electrónicas, el acceso a contenidos multimedia, nos permite realizar una clase de lectura que yo llamaría enriquecida. Por ejemplo, leyendo acerca de un tema como la fotografía, puedo ir a Flickr, o leer la excelente página de Ken Rockwell, o tener la última información disponible del mercado de tecnología fotográfica digital en Dpreview. Pero también puedo encontrar la entrada correspondiente a Henri Cartier-Bresson en la Wikipedia y enterarme de que muy recientemente el MOMA ha presentado una parte de sus maravillosas fotografías. También puedo ver videos en Youtube que habla sobre la técnica fotográfica, el arte de la iluminación y ver revisiones en vivo de los últimos equipos.
Todo ésto puedo hacerlo mientras hago una búsqueda entre libros electrónicos sobre aquellos que versan sobre la fotografía y encontrar una variedad de títulos, desde los que exponen la fotografía en blanco y negro, la de paisaje, la de retratos. Puedo ver una línea del tiempo sobre la evolución del arte y la ciencia fotográfica y conocer más sobre los tipos de cámaras y sensores, así como las características ópticas que distinguen a una lente gran angular de un telefoto, de una lente macro. Por si lo anterior no fuera suficiente, puedo descargar a mi computadora programas que me permiten trabajar de una manera increíble con fotografías digitales, o usar directamente algunas herramientas fotográficas en línea. De pronto, en algunas pocas horas o un par de días, puedo conocer las generalidades que tal vez tomaron, varios meses o incluso años, aprender a otras personas, antes del advenimiento de la red. La lectura en pantalla tiene otras ventajas sobre la búsqueda de fuentes impresas: puedo manejar un número mucho mayor de fuentes de lectura en la red que en papel, puedo dejar un rastro de lo que he venido leyendo casi de forma automática, y puedo descargar y preservar gran parte de la información consultada, en forma de archivos. En cambio, ubicar e integrar un repertorio de lecturas impresas es un proceso que toma más tiempo y que puede involucrar algunos costos, la transcripción de fragmentos de la información es un proceso que toma más tiempo, a menos que se cuente con la tecnología de digitalización adecuada. (Por cierto, un uso que le he dado recientemente a mi teléfono equipado con una modesta cámara de 1.2 megapixel, es que fotografío la pasta de algunos libros, e incluso de páginas en interiores, lo que es mucho más económico que fotocopiar y aunque la imagen almacenada no es la mejor, permite que la información pueda leerse, tiempo después). En cambio, con una conexión adecuada a la red y un equipo de prestaciones modestas, tengo al alcance de mis manos literalmente una biblioteca mundial.
De alguna manera, a la Lectura 2.0 parece aplicarse a ese principio proverbial que reza «al que tiene se le dará más y al que no tiene, lo poco que tiene se le quitará». Menciono lo anterior, porque para poder hacer ese reconocimiento de un tema en la red, es preciso y fundamental contar con alguna información previa, ya sea como resultado de lecturas, noticias, videos o charlas. Sin ese bagaje previo, la consulta de la red seguramente no brinda resultados tan interesantes y nos quedamos únicamente con alguna información general en la superficie del tema.
El meollo de la Lectura 2.0, me parece, es que hay que aprender a usar esta vasta biblioteca digital y para ello debemos atravesar un proceso que los bibliotecarios denominamos «alfabetización informacional«. Una persona alfabetizada en información encontrará que hay muchas más cosas que aprender, descubrir y probar empleando un medio como la red, y que ello puede hacer la diferencia entre una vida limitada a algunos pocos estímulos intelectuales de la vida cotidiana, y una vida en la que los asuntos que pueden resultar de interés y de impacto en la vida personal son tantos que el tiempo literalmente se desborda. Pero esta lectura enriquecida, a la que llamaremos provisionalmente Lectura 2.0 necesita anclarse en algo más que los propios recursos en la red. Necesita de la vida real. Hay un ciclo que retroalimenta lectura y experiencia. A mayor lectura, podríamos decir, se incrementa la capacidad para ver en profundidad y detalle la experiencia y viceversa, en la medida en que vamos viviendo y experimentando y resolviendo nuestras situaciones vitales, la lectura cobra un alcance y una perspectiva inusitada, que definitivamente nos enriquece. La Lectura 2.0 nos abre nuevos retos y desafíos que tienen que ver con nuestra capacidad para asimilar, comprender y respetar otras culturas, y revisar con una mayor riqueza de elementos nuestra propia cultura, ver sus inconsistencias y fallas, aquello de lo que carece y a la vez sus grandes fortalezas. Los invito a aprovechar la plétora de recursos que están disponibles en la red para acrecentar su experiencia y a aprovechar su experiencia para sacar el mejor partido de todo lo que está disponible en la red.
Foto: Henri Cartier-Bresson, publicada en guardian.com.uk.
Bases de datos que contienen información personal de millones de mexicanos están a la venta en 12 mil dólares en el barrio de Tepito.
Esta nota, que circula ya en estos momentos en el portal de El Universal, no tiene desperdicio y es un reflejo de la fragilidad de nuestro «estado de derecho».
«Por 12 mil dólares dan información a (sic) 2009 que recaban los gobiernos; la han adquirido tanto grupos del crimen organizado como agentes policiacos
«EL UNIVERSAL comprobó que en tres memorias externas, cada una de 160 gigabytes, el comprador recibe el padrón electoral de todo el país, el registro de todos los vehículos y de licencias de conducir, entre otros “productos”.
«La información la han adquirido tanto grupos del crimen organizado como agentes policiacos que la utilizan para trabajar, ya que en sus corporaciones no tienen esa disponibilidad de datos.
«Un agente que tiene los datos en su poder explicó: “Cuando le comentamos al jefe de grupo que se estaba vendiendo, nos cooperarnos para comprarla, cada uno de nosotros puso 10 mil pesos, porque la verdad agiliza el trabajo”.
«Mencionó que uno de los archivos, denominado “Casetas Telmex”, con los números de todos los teléfonos públicos del país, les permite rastrear llamadas relacionadas con secuestros o extorsiones, un trámite que les tomaría unos cinco días, si lo hacen ante la compañía.
«Otro archivo incluye datos de las policías del país, con fotografía de sus elementos, número de placa y el lugar donde están adscritos.
«El agente consultado advirtió del riesgo de esta última información: “Los delincuentes ya saben con quién llegar, a quién amenazar, pues cruzando datos con la lista del padrón [electoral], obtienen hasta sus domicilios y ubican a su familia, para presionarlos”.
«La información que se adquiere contiene también la identificación de todo el parque vehicular del Servicio Federal, donde está incluido el transporte de carga. Ahí se detallan marca, modelo, placas y tipo de carga que transportan, desde electrodomésticos y abarrotes hasta material explosivo y las rutas.
«Especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Penales y de la Universidad Autónoma Metropolitana reconocieron que las bases de datos almacenadas por el gobierno no son 100% confiables debido a la falta de control, que las hace vulnerables a robos y fugas de información.»
¿Quién lee para llegar al final…?
«¿Quién lee para llegar al final, por deseable que éste sea? ¿Acaso no hay ocupaciones que practicamos porque son buenas en sí mismas, y placeres que son absolutos? ¿Y no está éste entre ellos? A veces he soñado que cuando llegue el Día del Juicio y los grandes conquistadores y abogados y estadistas vayan a recibir sus recompensas -sus coronas, sus laureles, sus nombres grabados indeleblemente en mármol imperecedero-, el Todopoderoso se volverá hacia Pedro y le dirá, no sin cierta envidia cuando nos vea llegar con nuestros libros bajo el brazo: ‘Mira, ésos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Han amado la lectura'».
Virginia Woolf
PublicACTA – La Declaración de Wellington (Nueva Zelanda)
ACTA (Acuerdo Comercial Antipiratería) es un tratado internacional controvertido, que impactará los derechos de los habitantes del planeta en cuanto al uso de recursos digitales, y ha sido negociado de una forma carente de transparencia. PublicACTA es un movimiento organizado por InternetNZ de manera que un público más amplio pueda conocer y aprobar, en su caso, las propuestas de ACTA.
La «Declaración de Wellington» señala que los tratados de propiedad internacional de ámbito mundial no se deberían realizar a puerta cerrada y en salas neblinosas por el humo, sino a plena luz del día y con la participación pública en la Organización de Naciones Unidas, donde se suelen suscribir habitualmente los acuerdos sobre propiedad intelectual. La ONU reconoce y permite participar a organizaciones no gubernamentales, periodistas y representantes de países pobres, mientras que el ACTA solo abre sus puertas a países ricos y grupos de presión de empresas poderosas.
Este Tratado Comercial Anti-Falsificación, negociado en secreto, podría:
* convertir a los operadores de Internet en policías privados del copyright
* imponer penas desproporcionadas e injustas para usuarios y consumidores
* dañar el acceso a medicinas y al conocimiento básico en países pobres
* obstaculizar la innovación
* establecer una forma anti-democrática de crear políticas públicas que ignoran a los Parlamentos y los Senados
PublicACTA está recopilando firmas de apoyo a la Declaración de Wellington en el enlace siguiente:
iPad, reinvención de la magia
Existen pocas cosas tan mágicas como estar absorto en la lectura de una novela impresa, un cuento, un gran ensayo, un relato o un poema -así sea en las ediciones impresas más humildes- y estar presente a la vez ante los hechos y las emociones descritos o sugeridos con sensibilidad e inteligencia por un buen escritor. Escribir así, de tal forma que al leer vuelva a ocurrir toda esa gran invención de nuevo -pero no exactamente esa-, en la cabeza del lector, es algo que bien podemos llamar magia.
El día de antier, como ha sucedido en otras muchas ocasiones, centenas, miles de adeptos a la tecnología Apple y sus encarnaciones aguardaron pacientemente en largas colas frente a las tiendas de la empresa, para ser los primeros en entrar y adquirir un iPad.
Sí, estoy seguro de que la gran mayoría de los lectores conocen ya los famosos iPad. En una entrevista reciente con Steve Jobs (el padre de Apple, de Next, de Pixar, de las computadoras Apple y de las Macintosh, del iPod, del iPhone y ahora también del iPad) al referirse a la forma en que se interactúa con el iPad, afirma que esa interacción bien puede calificarse como «mágica».
En su momento -a mediados de los 80- también fueron mágicos los iconos, los menús de persiana, el curso y el ratón, los elementos de las primeras interfases gráficas de usuario en las primeras computadoras Macintosh. La transición de la interacción entre el hombre y la computadora a través de comandos escritos en un teclado, a la interacción inmersiva, visual y gráfica de señalar y hacer click o hacer click y arrastrar, le dieron un vuelco insospechado al uso de las computadoras, haciéndolas mucho más fáciles de usar para las personas comunes y corrientes y sin conocimientos avanzados de programación, o de los comandos propios de los sistemas operativos.
De nueva cuenta, en nuestros días, Apple es capaz de dar un giro de 90 grados, que no de 180, a la industria de la informática. Sobre la senda de éxito ya probado con el iPod y el iPhone, dispositivos que incorporaron interfaces táctiles y multitáctiles, ahora Apple se posiciona con una superioridad tecnológica clara, no solo frente al Kindle de Amazon y otros lectores multimedia portátiles, sino también frente a la oleada de miniordenadores portátiles o netbooks con que empresas como Dell, HP y Toshiba están literalmente inundando el mercado, y frente al mercado global de la telefonía celular y móvil.
La cota establecida por Apple con el iPad, sin embargo, es una cota muy alta, a la que procurarán ascender otras empresas o incluso grupos de empresas, que deberán integrar conocimientos y tecnología que han ido elaborando de forma mayormente separada.
La ventaja de Apple aquí, es que conoce su tecnología de principio a fin, el hardware, el software y la parte humana, y está poniendo en movimiento toda su experiencia bajo la forma de una magistral jugada.
El tiempo dirá si, más pronto que tarde, las computadoras a las que estamos acostumbrados nos parecerán ridículamente estorbosas y primitivas, cuando frente a nuestros ojos reposen únicamente pantallas multitáctiles no de 10 pulgadas, sino de 20 o 30 pulgadas o aún más, con una gloriosa calidad visual y con despliegues bi dimensionales y tri dimensionales de la información, de acuerdo a las necesidades de visualización del usario.
Los nativos digitales, aquellos que han nacido de la mano de las nuevas tecnologías de información y de la red Internet, encontrarán como lo más natural, que con la acción de un dedo, puedan señalar, abrir un enlace, ampliar una imagen o cerrar una ventana.
La lectura de textos, hipertextos e hipermedios, en estos nuevos bardos tecnológicos será entonces, acaso, doblemente mágica.
¿Permite la Constitución que fuerzas militares extranjeras operen en México?
De acuerdo con la información publicada por Mark Memmott, en la National Public Radio, fuerzas militares estadounidenses estarían realizando ciertas actividades limitadas en México, con motivo de la «guerra contra el narcotráfico». De acuerdo con esa información, el presidente mexicano Felipe Calderón habría expresado, en la pasada reunión con las autoridades militares estadounidenses, «su apertura hacia la presencia de militares estadounidenses uniformados en México».
Cuando el entrevistador la abordó para preguntarle si habría personal involucrado en operativos en el terreno, Janet Napolitano, la Secretaria de Seguridad Interna de los Estados Unidos, contestó: «Todo lo que digo en esta entrevista es que usted puede deducir, del hecho de que el presidente de Jefes Conjuntos estuvo en esta reunión y de que el secretario de Defensa [de los Estados Unidos] estuvo en esta reunión, que los Estados Unidos, y sus fuerzas militares, también han estado ofreciendo asistencia a México».