Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Aguapasada de Uluapa Sr, llenando un vacío informativo inmenso

Aunque se ha dedicado un gran número de horas en los medios electrónicos, y páginas en la prensa, a relatar lo ocurrido en nuestra entidad desde que el huracán Karl tocó tierra, este es un ejemplo de lo que alguien preocupado por su entorno puede hacer con dedicación e información de primera mano.

Aguapasada.wordpress.com: Documentos históricos del Sotavento Veracruzano.

Incluye fotos, videos, narrativa y foros de comentarios que revelan el trance que afecta a una amplia zona del sureste mexicano.



Documentos de la Asamblea Nacional y de la Asamblea Estatal de Afectados Ambientales

Como respuesta a los problemas medioambientales que afectan al país, y que ponen en riesgo tanto la calidad de vida de comunidades enteras, como la viabilidad de las actividades agropecuarias, pesqueras y forestales, organizaciones civiles de distintos estados de la República Mexicana se han reunido desde hace un par de años para intercambiar información y experiencias sobre las crisis y los problemas medioambientales que los aquejan.
En los siguientes enlaces pueden leerse y conocerse más fondo algunas de las posiciones críticas a las que de manera natural están arribando estos grupos de mexicanos preocupados por sus recursos naturales y su territorio.

Primer Informe del Consejo de Representantes de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales. 11 de septiembre de 2010.
Conclusiones de la Asamblea Estatal de Afectados Ambientales – Veracruz. 23 de agosto de 2010.

Adicionalmente, los invitamos a hacer una lectura reflexiva sobre el documento generado por la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA), titulado: El colapso ambiental de México, cuyos primeros párrafos claman por la atención pública en estas palabras:

«En México un colapso socio-ambiental está en curso. Este documento tiene como propósito explorar sus causas mediatas e inmediatas. También propone acciones concretas de carácter político/auto-gestivo que al ser llevadas a cabo por la red de organizaciones de afectados ambientales pueden contribuir a preparar a la ciudadanía para enfrentarlo y mitigarlo.
«El colapso no obedece a causas simples, sino a la convergencia de complejos y numerosos factores. Pero una causa general destaca: la manera salvaje en que el capitalismo mexicano ha sido construido durante las últimas décadas y el efecto que ello ha tenido sobre la estructura y funcionamiento de la sociedad mexicana y sus relaciones con la naturaleza.
«En México no son nuevos los problemas ambientales causados por el capitalismo. El siglo XX fue testigo de extracciones mineras, aprovechamientos hidráulicos, deforestaciones tropicales, explotaciones de la flora y la fauna, y otras actividades económicas de índole privada y pública que dejaron profundas heridas en los ecosistemas mexicanos. Estas heridas siguen abiertas; algunas de sus causas son vigentes y muchas de sus expresiones ambientales y sociales son irreversibles. En la introducción al Informe sobre la situación del medio ambiente en México 2005 (ISMA 2005), la Semarnat reconoce que: “La disminución y degradación de la cubierta vegetal natural y del suelo, la acelerada pérdida de biodiversidad y la sobreexplotación de los acuíferos son algunos de los principales problemas que hoy enfrenta el país.”



150 fotos de las inundaciones que produjo Karl, en Veracruz

Yahoo! News y los periodistas de Reuters nos brindan una imagen general de los efectos que tuvo el huracán Karl y sus precipitaciones sobre el territorio veracruzano. Una muestra, apenas, de la terrible realidad que agobia a uno de los estados más ricos en recursos naturales, minerales -petróleo- y humanos, del país. A pesar de que se ubica entre los últimos cuatro lugares en el Indice de Desarrollo Humano, integrado por la ONU y de la insuficiente respuesta gubernamental, sus habitantes buscan siempre soluciones, alternativas y respuestas a sus problemas, colaborando y trabajando juntos con espíritu solidario; saldremos adelante.



Karl, nuestro Katrina (se necesita agua, alimentos y enseres de higiene personal)

Emerge constantemente información sobre las secuelas del fenómeno meteorológico Karl en tierras del sureste del país. Veracruz, en especial, ha sido afectado de manera severa. Cálculos diversos hablan de medio millón y hasta de un millón de afectados por las intensas lluvias que resultaron equivalentes a la precipitación de cinco años sobre el territorio veracruzano en unas pocas horas.

La población damnificada, que debe ser el interés prioritario de las autoridades, necesita con urgencia, además, el apoyo de toda la población del país. La solidaridad entre los mexicanos es legendaria, como lo han demostrado una y otra vez en el caso de desastres naturales como terremotos e inundaciones.
Sin embargo, nuestros recursos intelectuales, los de la sociedad mexicana toda, también deben moverse para buscar las causas de el grave saldo en pérdidas de vidas humanas y daños materiales, que representan décadas en muchos casos de esfuerzo tesonero, trabajo y cuidado del patrimonio nacional -y veracruzano, en este caso.
Así, tenemos grandes segmentos de infraestructura urbana y rural, afectados. Caminos y puentes. Campos de labranza y tierras ganaderas. Impactos directos a infraestructura educativa -particularmente de interés para los bibliotecarios universitarios, es el caso de la USBI en Boca del Río, Veracruz, en el corazón de las zonas más afectadas. La situación que semanas atrás se había presentado en Tlacotalpan, ahora se replican en uno de los puertos más importantes del país y en una zona densamente poblada.
¿Cómo se llega a estas situaciones de catástrofe, si se toma en cuenta que una formación básica, mínima en geografía, enseña que vivimos en una zona tanto sísmica, como propensa al embate de diversos fenómenos meteorológicos? Sabemos que vivimos en una zona montañosa -volcánica- que sirve de barrera geográfica natural a la humedad del Golfo, en su recorrido hacia el altiplano ¿cómo no prever los efectos de temporales y huracanes sobre los ríos existentes y, de acuerdo a su perfil orográfico, sobre todas las posibles cuencas y vertientes, espacios que por razones absolutamente naturales, físicas, tenderá a ocupar o cruzar durante su escurrimiento, el agua?
Hay que decirlo: Karl, como otros fenómenos meteorólogicos causan un daño que se ve magnificado por la imprevisión, la indolencia y hasta la perversidad humana. O ¿cómo se explica la proliferación de asentamientos humanos en zonas que evidentemente tarde o temprano recibirán los efectos directos del cambio climático? ¿No tenemos meteorólogos, geógrafos, geofísicos, topógrafos, ingenieros que puedan interpretar los signos del terreno, que sepan anticiparse a los fenómenos más comúnes de la madre naturaleza? ¿Quiénes se benefician con el trasiego de materiales de construcción para la improvisación de «viviendas» en terrenos en riesgo, de manera irregular? ¿A qué fines políticos y conveniencias económicas, sirven los enormes aún recursos que dispone el Congreso para la atención de poblaciones en situación de desastre, el famoso FONDEN? ¿Qué porcentaje de la población damnificada podría asegurar que de tales millonarios recursos no reciben nada en ayuda, pero absolutamente nada? Seguramente las respuestas a estas interrogantes moverían a sorpresa e indignación.
No terminaba todavía el gobierno federal de celebrar lo mucho que, efectivamente, se ha avanzado gracias a movimientos sociales como la guerra por la Independencia de la corona española, y la guerra revolucionaria, que buscó dar tierra y libertad a los peones acasillados de la hacienda porfirista, cuando este revés de la naturaleza vuelve a poner a flote la imprevisión, la incapacidad y la ineficiencia que, aunadas a una dosis escandalosa de corrupción, arrodillan al país frente a una tormenta.
Se dice entonces que ha sido el fenómeno más devastador en 70 años. Los mismos 70 años que llevan los descendientes directos de los revolucionarios de 1910, esperando que se establezca un orden justo y verdadero en nuestras convulsionadas tierras.
Mucho se ha avanzado, pero cuando se miran los indicadores de todo tipo, México aparece al final de las listas en todo aquello que es crucial y fundamental para construir nuestro futuro: educación, ciencia y tecnología, salud, oportunidades laborales, culturales, alimentación y vivienda.
Números rojos parpadean en todos los cuadros de mando del país. Que alguien señale el aspecto de la vida nacional en que hay, de verdad, buenas noticias. ¡Estabilidad macroeconómica, dicen algunos, pero no los que sobreviven con un salario mínimo destrozado por las incesantes alzas a los precios de las gasolinas, servicios y productos de primera necesidad!
Descrédito internacional por la masacre de inmigrantes en Tamaulipas. Descrédito interno por una celebración del Bicentenario de la Independencia que exigiría, al menos, que el secretario de Educación riendiera cuentas de la forma en que se utilizó dinero que hacía más falta en la rehabilitación y construcción de escuelas, bibliotecas, equipamiento educativo, recursos que se quemaron en un festejo que no ha dejado ningún buen sabor de boca. ¿Qué celebramos: que descendemos cada año en los resultados de la prueba PISA, de aprovechamiento académico de los jóvenes, los más de 7 millones de ninis que son parte de nuestro «bono demográfico» y una oportunidad dorada -aunque condenada, por lo visto, a servir de paja para mantener encendida la llama de la «guerra contra el narcotráfico»- para sacar adelante al país? ¿celebramos los casi 30 mil muertos de manera totalmente irregular, extralegal, en el contexto de dicha guerra, o que seis de cada diez ayuntamientos estén de hecho, bajo el control de delincuentes? ¿o que ha prevalecido la impunidad en el caso de los 49 bebés que murieron calcinados en una guardería en Hermosillo, Sonora, cuyos dueños están relacionados directamente con la familia del presidente?
Y en nuestro propio Estado -Veracruz- ¿celebramos que estamos en los últimos lugares del Indice de Desarrollo Humano, a pesar de nuestras incontables riquezas y enorme potencial humano? ¿Que la migración de campesinos ha convertido gradualmente al agro veracruzano en un páramo? ¿Que puede correr dinero a raudales a las campañas electorales, mientra la infraestructura educativa se viene abajo, junto con carreteras y puentes, y mientras los pensionados ven esfumarse sus escasos medios de sobrevivencia?
Por eso, los recursos intelectuales de esta sociedad deben moverse en busca de las causas de estos desastres acumulados. Si las causas perduran, seguiremos padeciendo los mismos efectos. Si no se hace así y si no lo hacemos los habitantes de estas tierras ¿quiénes van a ponerse a pensar por nosotros?
Imagen tomada de El Economista.



Alfabetización informacional, ineludible en la Agenda Digital Nacional

En fecha reciente, la Asociación Mexicana de la Industria de las Tecnologías de la Información (AMITI), la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) y la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y  Tecnologías de la Información (CANIETI), demandaron a las autoridades del país, el establecimiento de una Agenda Digital Nacional (ADN), lo que supone la revisión, evaluación y mejora -o reemplazo- del proyecto preexistente, e-México, de la administración foxista, el cual ha sido criticado duramente casi desde su origen.
El primer desafío de dicha Agenda, pero no él único y quizás tampoco el más importante -pues pesa sobre nuestro país una gigantesca deuda social, una grave parálisis económica, los embates del cambio climático, el agravamiento de la inseguridad, etcétera-, tiene que ver con la escandalosa brecha digital que existe entre una cuarta parte de la población que tiene acceso y tres cuartas partes de la población que no lo tienen.
La brecha tecnológica es una brecha de capacidades económicas, pero también de capacidades humanas. No será suficiente con allanar o puentear la brecha desde el punto de vista de facilitar la adquisición o compra de la tecnología necesaria para llevar a los hogares la televisión digital interactiva, sino que habrá que superar rezagos de muy diversa índole que se relacionan con capacidad básicas como la lectura, la escritura y la resolución de problemas simples. Y ésto debería ser sólo el principio.
Antes, en este blog, se ha subrayado la importancia y la necesidad de la alfabetización informacional para sustentar sólidamente los procesos de enseñanza-aprendizaje, el aprendizaje significativo y de por vida, el autoaprendizaje, la autonomía cognitiva, para alentar verdaderamente los procesos de investigación e  innovación, así como la responsabilidad social y la formación en valores.
Hemos afirmado que un ciudadano alfabetizado en información, reconoce que necesita información, busca la información que necesita, sabe adónde buscarla y cómo recuperarla, y utiliza de manera ética, legal y estratégica la información obtenida, para propósitos individuales y colectivos legítimos; además -y ésto es muy importante- es capaz de reconocer y discriminar la propaganda comercial y política, de entre toda la información revelante sobre la economía, el gobierno y la cultura, la ciencia y la tecnología, así como de todos los demás rubros que afectan su vida.
Desde la perspectiva de la educación, y de las bibliotecas en particular, en la Agenda Digital Nacional, por definir, no deben privilegiarse visiones que antepongan el comportamiento de indicadores económicos -productividad, competitividad, índice de penetración de las tecnologías de información y comunicación en el gobierno y las empresas, etc.- al ideal de una formación humanista e integral de los individuos, ni a la aspiración de una vida verdaderamente democrática, de respeto al medio ambiente e inclusión y respeto de la diversidad cultural.
Por ello, cuando las asociaciones mencionadas incluyen, entre los puntos obligados de la agenda, la necesidad de extender a toda la población acciones de alfabetización digital, advertimos que ésta no debe reducirse al desarrollo de competencias o capacidades para el uso de las tecnologías de información, nada más.
Si ocurre eso, seguiremos arrastrando rezagos en el ámbito de la lectura, la escritura, la comprensión de textos, y el razonamiento matemático básico, la resolución de problemas y el desarrollo en última instancia de una convivencialidad dialogante que contribuya a restituir el tejido social que ha sido destruido y erosionado por la aplicación autoritaria de las crudas medidas económicas, sociales y culturales del neoliberalismo. Hablamos de que más que alfabetización digital, se impone la urgencia de que la alfabetización informacional sea un eje rector de políticas públicas en esta y otras materias.
Por ello, en el sitio de la alfabetización digital en la Agenda, debe asentarse el compromiso de todos, de impulsar la alfabetización informacional de todos los ciudadanos, como parte de una política pública integral, con expresiones y compromisos concretos y progresivos, en las distintos ámbitos de la educación, la ciencia, tecnología, los medios de comunicación, las tecnologías de información, la innovación para el desarrollo y el desarrollo con sustentabilidad.

Foto tomada de: solucionpolítica.com, Evacúan Tlacotalpan por las inundaciones.



Scirus: búsqueda de información científica (410 millones de objetos).

Scirus es la herramienta de investigación científica «más comprehensiva de la web» -al menos así lo declara en su portal. Con sus más de 410 millones de objetos científicos indizados, permite buscar y localizar no solamente el contenido de publicaciones periódicas y journals, sino también las páginas web de investigadores, courseware, borradores de investigación (pre-prints) en servidores colaborativos, así como en patentes, repositorios institucionales y sitios web.



Apagón analógico, fugas de información, bibliotecas, internet y sustentabilidad

El gobierno federal anunció que en un lapso de cinco años -de 2011 a 2015- las transmisiones de televisión analógica serán totalmente reemplazadas con transmisiones de televisión digital.
Acostumbrado como está, el pueblo de México, a un escaso repertorio de ofertas televisivas -al menos en la televisión abierta-, es previsible que la posibilidad de recibir en los hogares, posiblemente decenas o centenas de señales televisivas a través del cable telefónico o de Internet, le represente un salto cualitativo enorme, y hasta un reto, a la inmensa mayoría de la población nacional.
Aunque la tasa de adopción del nuevo formato digital de televisión sea lenta al inicio por razones económicas y técnicas, en 2015 la oferta de canales y programaciones se habrá diversificado a una tasa aún desconocida.
Lo anterior plantea interrogantes en cuanto al impacto que tendrá esta transición, sobre la formación de la opinión pública en México.
¿Cuál será el papel de los grandes consorcios de comunicación en la conformación de auditorios y opinión pública, frente a una oferta ampliada, plural -y crítica, en el mejor de los casos-? ¿Podrán éstos consorcios volver a imponer puntos de vista de manera masiva en lo concerniente a lo político y electoral? ¿Qué nuevos actores tomarán la delantera en términos de creatividad e influencia, y cómo?
¿Abandonarán los espectadores los «canales» tradicionales, ante una oferta variada de mensajes y propuestas de comunicación?
¿Estarán dispuestos y preparados para elegir mejores contenidos? ¿Cuál será el impacto de este cambio en la cultura popular, en la educación, en los hábitos de la gente?
¿Sabrán los diferentes actores culturales -y, de manera destacada, las universidades públicas y las asociaciones civiles- aprovechar de la mejor manera estos nuevos espacios y auditorios para generar una revolución cultural como la que se esperaría?
¿Qué lugar ocupará el libro, la lectura y las bibliotecas en este nuevo panorama?
¿Será realmente accesible a todos la nueva oferta de entretenimiento y noticias, o seguirá manifestándose la brecha digital, brecha de oportunidades, entre los segmentos de mayores y menores ingresos de la población?
¿Se dará el mismo fenómeno de acaparamiento con las concesiones, pero ahora con la venta de decodificadores, servicios de instalación, etcétera?
¿Será la vigilancia total y permanente, el control social total -de lo que lee, escribe, ve y oye la gente en las nuevas redes de «servicios» digitales- el futuro de nuestras sociedades?
Todas estas preguntas no son triviales, si se considera el papel que ya tiene la red Internet a nivel mundial en el flujo de información alternativa o que, a pesar de que es considerarada por algunos gobiernos como «secreta», se filtra hasta amplios sectores de la población, como ha ocurrido a través del sitio de activistas informacionales y ciberperiodistas, Wikileaks, cuya filosofía se puede resumir -de acuerdo con una expresión de Julian Assange–  en «vigilar a los perpetradores», para contribuir a la autodefensa de las sociedades que, en la mayoría de los casos, sufren las consecuencias de las malas decisiones económicas, financieras o en el ámbito de las relaciones exteriores, de sus gobiernos. Mucho puede avanzarse hacia una sociedad más igualitaria y adonde se respeten las normas básicas del derecho gracias a sitios como Wikileaks, si ponderamos lo expresado por Assange, durante una reciente entrevista que dio para las conferencias TED.
Así que, si se cumplen las expectativas del anuncio sobre el apagón analógico, más ciudadanos deberían tener la oportunidad de tener acceso a más información y conocimiento que no ha sido controlado o filtrado previamente por las empresas y los gobiernos.
Esto debería conducirnos tarde o temprano a un resurgimiento de aspiraciones democráticas e igualitarias, y a un debilitamiento del poder de grupos de élite, puesto que la participación en la toma de decisiones es imposible sin información, pero cuando ésta aparece, viene de la mano el interés de la gente por opinar, decidir y participar.
Por lo anterior, y tomando en cuenta el ejemplo de Colombia, es previsible que un cambio en la política bibliotecaria nacional, para abrir, consolidar y mantener nuevos y mejores espacios para las bibliotecas públicas en las zonas urbanas y rurales, más conflictivas del país, podría reorientar el desarrollo de regiones enteras, involucrar a la enorme masa de jóvenes, que no trabajan ni estudian, y de adultos desempleados, en actividades culturales y recreativas que ensanchen sus horizontes de realización personal y colectiva, reduzcan las probabilidades de que sean captados por el crimen organizado para trasegar estupefacientes, delinquir, robar, secuestrar y asesinar, y contribuyan a reactivar el desarrollo económico a través de un impulso al emprendimiento y la inversión productiva.
¿Cuál es el nuevo papel del bibliotecario, ante una sociedad que, a la vez, carece de la información fundamental para participar, y por otro lado vive saturada de mensajes que es incapaz de jerarquizar, filtrar y discriminar, a la velocidad que se generan y los recibe?
Esta es una de las razones más importantes para impulsar acciones de alfabetización informacional en todos los niveles de la enseñanza, y bajo modalidades tanto formales como informales, que cubran a todo el espectro social.
Sin ciudadanos alfabetizados en información será muy difícil, o acaso imposible, hacer avanzar cualquier política pública en todos aquellos ámbitos que impactan de raíz la vida nacional, estatal, regional y local: en educación, salud, productividad, sustentabilidad.
Una población más informada, necesariamente debe ser capaz de tomar mejores decisiones, y de actuar con mayor claridad y creatividad.
Así ocurre con los temas que se relacionan con el desarrollo regional y la sustentabilidad. Si en el proceso de convergencia de Internet y televisión podemos encontrar un punto de equilibrio, que transforme los sentidos de la comunicación, y ésta deje de ser unidireccional -de las empresas a los consumidores, de los gobiernos a los gobernados- y se vuelva bidireccional y multidireccional, las comunidades de consumidores y ciudadanos, podrán intercambiar entre sí experiencias exitosas y fallidas sobre el manejo de los recursos, los desechos y su efecto en el medio ambiente. Los ciudadanos podrán efectivamente calificar la actuación de las autoridades, a través de mecanismos de observación de las actividades de sus representantes, lo cual se vería reforzado si se crearan herramientas legislativas para participación pública, como el referéndum y la revocación de mandato.
Además de las repercusiones en lo social y político, la columna vertebral de intercomunicaciones que es Internet, tiene el potencial de servir para articular la acción de comunidades dispersas, de grandes sectores de la población tanto para el compostaje, como para el reciclamiento de residuos, el ahorro energético y el cuidado del agua. El impacto de dicha columna vertebral en la educación y el desarrollo económico debe explorarse, pero los beneficios parecen estar fuera de duda.
Si no se toman medidas a gran escala en torno a estos problemas, empleando las tecnologías de información y comunicación disponibles a nivel nacional, estaremos desaprovechando el potencial de estas para que México viva un gran proceso necesario de reconstrucción y reorientación nacional.



Pánuco, Irak

Sin duda la inercia, la desidia, la ignorancia, la desinformación y en el peor de los casos la negligencia y la irresponsabilidad, acumuladas por décadas, han ido conduciendo al país y a nuestra entidad a una situación insostenible desde muchos puntos de vista. Desde el económico y social, con su escaso desarrollo humano, desde el educativo con su monstruosa cifra de adolescentes y jóvenes, sin esperanza de realización humana en libertad e igualdad de oportunidades (los 7 y medio millones de «ninis», que adornan el trabajo de administraciones y liderazgos sindicales, como fruto de sus constantes esfuerzos por asegurarse condiciones de privilegio, personales o de grupo, a expensas de la inversión en educación y del fomento a la educación para todos, de por vida); sumemos a lo anterior el virtual estado de sitio que, en pocas horas, puede apoderarse de cualquier ciudad al norte, centro o sur del país.
En la estrategia de guerra contra el narcotráfico, aplicada a lo largo y ancho del país, parece que todo ha sido tomado en cuenta: la capacidad de fuego, la dimensión de la respuesta y las explicaciones que se darán ante la escalada de violencia y el mortífero poder de fuego empleado, menos la salud mental y la integridad personal de la población civil. Tal vez por eso indigna y preocupa en muchas partes del mundo ya el nivel que ha alcanzado la delincuencia en México.
Es dramático que en las mismas fechas en que las tropas de ocupación estadounidenses en Irak abandonan, al menos simbólicamente, el escenario de pasadas operaciones en busca de armas de destrucción masiva, el narcoterrorismo y su contrapartida oficial siembran la angustia y la desazón en las otrora pacíficas tierras veracruzanas, tamaulipecas, neoleonesas, etc.



La problemática ambiental como problemática cognitiva

Por desconocimiento, o aún con pleno conocimiento, la humanidad amenaza, desmantela, destruye y desarticula los ritmos y ciclos de la naturaleza, alterando también las condiciones para su propia subsistencia: reordena el espacio y transporta materiales a una velocidad pasmosa comparada con la velocidad con que lo hace la naturaleza. La actividad humana es disruptora de equilibrios y balances que son el resultado de microajustes entre los factores físicos del medio y la fauna y la flora -la biota- que tomaron millones de años en ocurrir. Nuestra ciencia, por muy avanzada que resulta en algunos casos, es una fuerza que opera en forma bruta, aún torpe y sin una conciencia completa de las consecuencias de sus acciones e intervenciones.

Por eso, porque el conocimiento que tenemos de las implicaciones y repercusiones de la actividad humana en el medio aún son inciertas, tanto a nivel individual como colectivo, el problema del impacto humano sobre el ambiente es un problema que tiene un importante componente cognitivo.

La educación y los medios de comunicación tienen una grave responsabilidad, en tanto que brindan información y conocimiento aplicable que la sociedad utiliza en su relación cotidiana con el medio ambiente.
Se trata de señalar que es todo el conglomerado de acciones y actividades humanas las que deben y pueden ser sometidas a revisión a la luz de la noción de sustentabilidad. ¿Cuántos recursos de diverso tipo se desperdician al día porque continuamos consumiendo y produciendo de la forma en que lo hacemos? ¿Cómo podemos incorporar nuestra actividad a los ritmos de la naturaleza, sin destruir con nuestros burdos esquemas la complejas sutilezas que preexisten en nuestro entorno?
Las bibliotecas de todo tipo juegan un papel importante en esta toma de conciencia, en este cambio de paradigma que nos conduce del estado actual de consumo compulsivo egoísta y ecocida, a una convivencialidad más allá de la neurosis, gozosa, altruista y biófila, que parte del reconocimiento permanente del status ontológico de los otros seres humanos, de las otras especies y de la totalidad la naturaleza.
Foto: Oak Tree Sunrise, de Ansel Adams.



Aquí comienza la libertad…

Trabajo en una biblioteca desde hace varios años. Empecé a ensayar el trabajar en una biblioteca -que básicamente consiste en desordenarla mientras se leen los libros e ir reordenándola al mismo tiempo, para poderlos localizar y releer- en la biblioteca de un tío, en mi infancia. En realidad, ahora lo sé, el trabajo de una biblioteca es muchas veces más complejo, involucra la participación de muchas personas y es una actividad colaborativa de creación social de conocimientos.
Desde niño siempre me fascinó que hubiera tanto por leer… los libros estaban ahí, esperando y había que poner manos a la obra.
Así lo hice, así lo he hecho, desde entonces hasta la fecha. Sin embargo, muy en contra de lo que pueda parecer, soy un pésimo lector. Lo confieso. A veces, los libros imponen un respeto y una autoridad que nos hace alejarnos de ellos: «ese libro es demasiado para mí»; pero otras veces son tanto o más entrañables que un hermano o una hermana, más atractivos que un amigo o un amante.
El libro guarda y brinda siempre el consejo que no nos puede dar por mil razones un padre, o una madre, un anciano, un maestro.
El libro nunca es ruín, aunque también es un hijo del hombre. Le salva, que espera.
El libro puede acumular polvo durante muchos años en un librero, en un estante, hasta que te percatas de su existencia, o te acuerdas de él o lo redescubres. Entonces vas, lo abres y éste empieza a decirte ese secreto tan bien guardado, y que sólo uno conoce: la verdad sobre uno mismo, la verdad sobre el mundo y sobre las cosas, la verdad sobre el Otro -que también en cierta forma es uno mismo-: la verdad del alma.
Yo por eso pienso que en todas las bibliotecas del mundo, las grandes y las pequeñas, las suntuosas y las humildes, debería haber una leyenda bien visible que dijera: «Aquí comienza la libertad…».