Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Evaluar en educación se ha vuelto equivalente a tomarle la temperatura a un niño enfermo, sin curarlo

Hugo Aboites habla de su libro «La medida de un país».
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=qvPQtWlHU9A

Más claro no puede ser.

Tras analizar el desarrollo de la política educativa en nuestro país -a la cola entre los integrantes de la OCDE, según indicadores de la misma organización; y el de peor desempeño en América Latina, según el investigador- Hugo Aboites nos enfrenta a una dura realidad:

La evaluación y la educación, en México, a pesar de lo establecido en la Constitución Política, se ha convertido en un mecanismo de exclusión, segregación y frustración de los destinos de millones de mexicanos.

Ello nos obliga a mantener el tema de la educación a la vista de todos, sin quitar el dedo del renglón sobre ese tema. Leer más…



Síntomas del fracaso educativo nacional hacen crisis al final del sexenio de Calderón

A pesar de los 40 años -ininterrumpidos ya- de neoliberalización de la economía del país, México:

1) no logra empezar a crecer

Y ¿cómo: con el retroceso educativo en términos absolutos, con el agro arrasado, si el salario perdió casi la mitad de su poder adquisitivo en el sexenio que termina, si miles de microempresas cerraron por la violencia o el mercado interno disminuido, si no despega la investigación científica y la modernización tecnológica del país y se informalizó aún más el empleo?; sin embargo, pese a todo ello, el sector bancario y de medios masivos operan ¡con ganancias!;

2) los monopolios en comunicaciones reconcentran su poder económico y político, y se ahondan las ya de por sí alarmantes diferencias de clase; estas tendencias lo que harán será acentuarse, basta ver los pronunciamientos del presidente declarado formalmente electo tras su aparentemente limpio triunfo, avalado controversialmente, por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Se difundió profusamente en las redes que Enrique Peña Nieto contó con el notorio y evidente respaldo de parte de Televisa y su aparato mediático, del Consejo Coordinador Empresarial a través de algunas empresas, y el de la Iglesia Católica y de las telebancadas en el Congreso y el Senado y que también erogó una cifra aún desconocida de recursos económicos para alcanzar dicho triunfo.

3) la sociedad de la información y el conocimiento aparecen como algo cada día más lejano en nuestro país.

El próposito, la aspiración, de constituirnos en una sociedad de la información y el conocimiento, se malogra en la medida en que proyectos como el de Banda Ancha para Todos (que en su momento esbozó el Sindicato Mexicano de Electricistas con infraestructura de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad y de la desaparecida Compañía de Luz y Fuerza del Centro, recursos ahora bajo control de la iniciativa privada,) o el proyecto basado en WiMax, de Internet de banda ancha inalámbrica, de la empresa MVS (que tanta polémica generó en fechas recientes, al exhibirse tanto por parte de la empresa como del gobierno federal, las negociaciones, presiones y componendas que tienen en las alturas del sistema político nacional, en detrimento hasta de la libertad de expresión o el derecho à la información), son desarticulados por las autoridades federales (por lo menos, con la participación de la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Energía, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Comisión Federal de Telecomunicaciónes), para poder ofrecer, luego, al mejor postor económico y político (muy probablemente, en este caso, también se trate de Televisa) la oportunidad de desarrollar la infraestructura tecnológica que haga factible la provisión y el acceso a una nueva oleada de servicios interactivos de televisión, comunicaciones e información, dejando en pocas manos las ganancias multimillonarias derivadas de ello.

Ayer, el priísta Pedro Joaquín Coldwell, quien calificó de «porros» y «acarreados» a los cientos de estudiantes de la Universidad Iberoamericana, que se manifestaron vivamente en contra de la candidatura presidencial de Enrique Peña durante una visita a su institución, y que inmediatamente después de esas declaraciones, publicaron un video donde 131 de ellos presentaron evidencias de ser universitarios matriculados, dando origen al movimiento «#Yosoy132», llamó otra vez la atención de miríadas de internautas, al implicar que en México, algunos de los usuarios de las redes de internet, y particularmente de las redes sociales, principalmente estudiantes, son ignorantes, no tienen nada interesante que decir y/o lo hacen mal, lo que confirma los resultados obtenidos por México en las evaluaciones internacionales sobre educación.

Al descalificar así, entre líneas, desde su alta posición como líder del principal partido político del país, a quienes participan con sus ideas, críticas y comentarios de toda índole y calidad en la red de redes, Pedro Joaquín Coldwell pone en cuestión no solamente el estado en que se encuentra el país, debido tanto a su sistema político-económico, como al abuso de quienes detentan los medios masivos de comunicación y que imponen, así, ideologías, hábitos, conductas y estilos de pensamiento entre la población, pero, sobre todo, acusa la verdadera calidad de nuestro sistema educativo.

El sistema educativo mexicano es fruto de la Revolución Mexicana: esperanza de desarrollo, igualdad y unidad nacional; ahora, se encuentra lastrado, tanto por la franca molicie que parece prevalecer en la cúpula del poder sindical magisterial, como por el cada vez más visible abandono oficial -en favor de la educación impartida bajo esquemas mercantiles: la educación privada- y los intentos por desaparecer, minimizar, e incluso reprimir, las manifestaciones de rebeldía y desesperación, que desembocan con una preocupante frecuencia en violencia, entre las depauperadas bases magisteriales, y hasta entre los propios estudiantes normalistas, del centro y sur de la República (Hidalgo, Oaxaca, Guerrero).

Las expresiones que juzgan poco interesantes, o mal planteadas, las muestras de malestar social en las redes, dejan entrever la pobre disposición del gobierno federal entrante, para que se ahonde y consolide una incipiente democracia deliberativa que, si nos lo propusiéramos realmente, los mexicanos podríamos desarrollar hasta convertirla en una verdadera democracia participativa, que supere de una vez por todas los vicios y defectos de una democracia meramente representativa.

Ya sabemos que, a pesar del IFE, o gracias al mismo, nuestra democracia representativa siempre ha generado escepticismo y dudas sobre la limpieza electoral, la validez de los resultados y la legitimidad de nuestros representantes, por la consabida comisión impune de fraudes electorales, la compra-venta illegal, pero consentida, de votos, el derroche de recursos en forma de gastos de campaña, la manipulación interesada de las encuestas, el desaseo en el manejo de la documentación electoral, de los resultados mismos y, la supervivencia del voto corporativo, por sectores, etcétera.

El lema de la Revolución encabezada por Francisco I. Madero fue, precisamente «Sufragio efectivo, no reelección». Esta «alternancia política» bipartidista, sí, pero que en lo económico ha sido, es monolítica -monótonamente- neoliberal, entre el PAN y el PRI, y que lleva estacionada en el poder cuarenta años, se ha traducido en cuarenta años de estancamiento económico, social y cultural, lo que parece distar mucho de aquellos propósitos originales de la Revolución: tierra y libertad, justicia social e igualdad, bienestar y paz.

Hemos estado avanzando en el sentido contrario: cada día hay más pobreza, desigualdad, dependencia, injusticia, descontento, inseguridad.

La esperanza de «cambio» que se arremolinaba en las plazas, en aquel año 2000, se frustró paladinamente en 2012: el ex-presidente Vicente Fox en persona, el presidente «del cambio» , llamó a votar por el regreso del antiguo régimen. Ahora, Enrique Peña sucederá a Felipe Calderón, en el poder, tersamente.

Parece que no importa bajo qué siglas, el programa de reducción del Estado, la privatización de bienes públicos, la desregulación económica, y el impulso al darwinismo económico-social, cuya cúspide atroz es la corrupción de cuello blanco que alimenta, con un puñado de mexicanos, la lista Forbes de los más ricos del mundo, y la guerra contra el narco, el imperio del más fuerte, el regreso de la ley de la selva, la extinción del estado de derecho y las escalofriantes carnicerías, en que los distintos grupos delincuenciales se hacen pedazos unos a otros -nada más entre ellos, se dice, pero enmedio de la población civil trabajadora, desarmada e indefensa, que ha salido poniendo las cifras de colaterales– al margen de toda ley, sin aparentes investigaciones, ni procesos judiciales, ni incautaciones de bienes, ni bloqueo de las redes de financiamiento, etcétera. Este modelo neoliberal, privatizador, que se apoya en la violencia del narcotráfico, acabó imponiéndose desde el 2000, durante doce años.

Y durante seis o doce más, puede preverse, a partir de este diciembre.

Por otro lado, las cifras de pobreza, desempleo y marginalidad no han hecho más que crecer. Ahora, hasta podemos «presumir» -dicho con culposa ironía- de que en México hay más analfabetas que en 2006. Y un presidente electo que no es capaz de recordar lo que lee.

En todas las escuelas y bibliotecas del país deben existir de forma permanente programas, abiertos a ciudadanos de todas las edades, para abatir el analfabetismo simple y para combatir, sobre todo, el analfabetismo funcional, que es el que se manifiesta cuando las personas saben leer y escribir, sí, pero simplemente no lo hacen.

La lectura y la promoción de la misma, es una de las tareas insoslayables, urgentes, que pueden socavar en su base el poder manipulador omnímodo de las televisoras.

Cada día es más urgente la necesidad de implementar, en todos los niveles y sectores, formales e informales, de la educación, programas de alfabetización informacional.

Desde el punto de vista de los servicios, recursos y agentes de la información, el resultado electoral del 2012 representa, básicamente, el triunfo de la ignorancia supina de nuestra historia, y el del analfabetismo funcional.

La Reforma Integral de la Educación Básica, RIEB, que hace énfasis en el aprendizaje y desarrollo de competencias entre los estudiantes, requiere que los docentes, las autoridades y los padres de familia hagan aún un mayor esfuerzo para lograr se superen que los resultados de las pruebas como ENLACE y PISA.

Lo anterior implica una cruda paradoja:

Aunque, en su cotidianidad, los niños y jóvenes viven en medio de y padecen los prejuicios, la violencia y la destrucción ambiental y civilizatoria, generada por los adultos, se espera que ellos aprendan a ser multiculturales, asertivos, pacíficos, cultos, racionales, críticos y creativos.

Y luego, está el poder «educativo» de las televisoras, tan elogiado hasta por algunos funcionarios de gobierno. Uno de ellos, Alonso Lujambio, como debe recordarse.

Es claro que la inmensa mayoría de los habitantes de este país perciben su realidad a través de los filtros, de las lentes, de la mirada que las televisoras les ofrecen.

Las televisoras comerciales en México han vuelto estériles todos -o casi todos- nuestros esfuerzos educativos.

En México casi nadie lee periódicos, menos leen libros y son pocos, aún, los que se informan en Internet.

En nuestro país, y ésto debemos tenerlo muy claro, como en muchas otras partes del mundo también, las cadenas de televisión tienen todavía el poder de «crear» o «inventar» (y también de destruir): presidentes, enemigos públicos, estrellas, y/o líderes admirables.

Por eso, los reclamos de los estudiantes universitarios de este país, aglutinados en torno a #Yosoy132, son certeros, trascendentes, justos. Conocedores de todo lo anterior, no dudan en exigir, en reclamar: mayor apoyo a la educación, a la investigación científica, a la cultura y al conocimiento, que se democraticen los medios, que se reformen, que se pluralicen y se abran a todas las voces y expresiones intelectuales y políticas, y a que se ejerza el derecho a la información como fundamento de una verdadera democracia.

México no puede seguir viviendo en el oscurantismo que se propaga -paradójicamente- tanto en la escuela, como fuera de ella; peor aún, que impera en los propios hogares mexicanos -a través de la televisión-.



El «fenómeno» Julia Orayen, registrado por Google Trends

Volumen de noticias y volumen de búsquedas, según Google Trends, por el concepto -en azul- «Julia Orayen», la edecán ex-playmate, contratada por el Instituto Federal Electoral (IFE) para aparecer unos segundos, en el primer debate entre candidatos a la presidencia de la República.
En la gráfica aparecen los volúmenes de búsqueda de Enrique Peña Nieto en rojo, de Andrés Manuel López Obrador en verde, y de Josefina Vázquez Mota en naranja.
La respuesta generada en términos de búsquedas, tanto por la figura de la señorita como por el escote de su vestido, se aprecia a lo largo de los días posteriores al debate, superando por casi seis veces las búsquedas generadas por los respectivos candidatos y sus intervenciones.
No extraña que haya analistas que consideren que en la producción del debate, a cargo del Instituto Federal Electoral (IFE), haya predominado una visión cabaretera del proceso electoral y un mínimo, o nulo, respeto por la inteligencia del electorado mexicano.
¿Es confiable una institución que organiza un debate con un elemento distractor de semejante magnitud?
México descendió 15 lugares en 2011, a la posición 72, de la 57, de entre 187 países adonde UNESCO realiza la estimación del Indice de Desarrollo Humano.


Google Trends como indicador del interés de los internautas en el proceso electoral 2012

La gráfica que se muestra arriba corresponde a un comparativo en el sistema de tendencias de búsqueda de Google, Google Trends y que, en este caso, compara el volumen relativo de búsquedas y el volumen de noticias publicadas en la red para los siguientes personajes:

– en naranja, Andrés Manuel López Obrador, candidato del Movimiento Progresista a la presidencia de la república;

– en azul, Enrique Peña Nieto, candidato del PRI-Verde ecologista,

– en rojo, Chicharito, el jugador mexicano de futbol y

– en verde, Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN

De las dos gráficas, puede interpretarse que ha habido mucho más noticias publicadas en Internet, tanto sobre Enrique Peña Nieto, como sobre Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri; sin embargo, por cuanto al volumen de búsquedas, es observable el pico alcanzado por las búsquedas por AMLO, incluso sobre las búsquedas por Peña Nieto, en razón del primer debate organizado por el IFE -6 de mayo de 2012.

El pico más reciente, adonde las búsquedas por Enrique Peña Nieto rebasan ligeramente las búsquedas por AMLO, se deben probablemente a las notorias protestas estudiantiles que el primero enfrentó cuando visitó la Universidad Iberoamericana -privada-, adonde se cuestionó su papel en la represión de los pobladores de San Salvador Atenco en 2006.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=xlqS1abNCkw&w=450&h=259]

La gráfica, que se puede regenerar en cualquier momento, actualizada, haciendo click aquí, brinda más información que sería de interés analizar. Como por ejemplo el origen geográfico de las búsquedas, adonde destaca la ciudad de Xalapa, Veracruz, solamente después de Naucalpan, en el Estado de México.

En la siguiente gráfica se agregó a la comparativa el nombre de Gabriel Quadri, en azul oscuro, para que no se cree la impresión de que se le discrimina por el reducido tamaño de su electorado potencial.

Esta última gráfica puede consultarse actualizada, aquí.