A la sociedad veracruzana:
Debido al estado de descomposición social que atraviesa México y por supuesto el estado de Veracruz, nosotros los jóvenes universitarios vamos asumir nuestra responsabilidad a la que nos habíamos ya tardado en hacerlo. ¿Dónde estábamos cuando México nos necesitaba? Pues queremos pedirles perdón, aquí estamos.
Primero que nada, debe quedar en claro que somos apartidistas mas no apolíticos, la diferencia entre uno y otra es muy grande, nadie puede ser apolítico cuando todos los días, en cualquier parte se busca llegar a un acuerdo ya sea para la aprobación de una ley o para decidir qué película se verá en el cine.
Nos da mucha tristeza que a todo movimiento social siempre se le busque asociar con un partido político o con una tendencia perversa. Seguro que los que simpatizan por el Partido Revolucionario Institucional por ejemplo, dirán que atentamos contra su libertad de expresión al manifestar nuestro repudio a Peña Nieto. Y la verdad es que no, porque nosotros los jóvenes no vamos a atacarlos personalmente, ni siquiera estamos diciendo, como suele hacer el PRI, que si no están con nosotros están en contra, ni los amedrentamos ni utilizamos los medios para manipular y distorsionar la información a nuestro favor, ni utilizamos la fuerza pública para reprimir personas y escudarnos en una débil justificación de la preservación del orden como sucedió en San Salvador Atenco en donde quisieron despojarlos de sus tierras.
Por supuesto que respetamos la pluralidad y la individualidad, y que seguramente seguidores de Josefina Vázquez Mota o Andrés Manuel López Obrador querrán colgarse para que así los que resulten afectados, busquen desprestigiar la causa con cualquier pretexto. Nuestra causa no es ningún candidato, nuestra causa es el país y la atención urgente de los problemas, recordarles a muchos de ustedes que, aunque sin conocernos ya nos tacharon de grilleros, cuando nosotros no utilizamos ese lenguaje que tan tristes frutos dio en su momento, el movimiento hace conciencia porque nos dejaron un país herido, descompuesto y sumergido en el egoísmo, el conformismo, en la apatía y sobre todo la codicia de unos cuantos que subordinan a otros más.
Nosotros también repudiamos esta guerra contra el narcotráfico y el autismo gubernamental hacia las víctimas de la violencia, los asesinatos a periodistas, a académicos, a activistas sociales, el compadrazgo político fomentador de la impunidad como el caso de la guardería de ABC y de su verdugo Juan Molinar Horcasitas, el amedrentamiento a cualquier voz crítica y por supuesto, la deshonestidad de cada uno de los gobernantes que todos los días salen hablar de una realidad distorsionada con la que buscan echarse flores, pero no son más que discursos que nadan en el vacío y el autoengaño.
Díganos, ¿Por qué oponerse a un movimiento que basa sus principios en la unión y que aboga por la atención a las problemáticas y la exigencia de un país mejor en el que todos podamos tener equidad de oportunidades?
Por supuesto que no todo son marchas y consignas, pero esas marchas son precisamente el primer paso para no cometer los errores que ustedes, los que no han entendido el espíritu de esto, hicieron con su apatía y su atención excesiva al beneficio personal. Por supuesto que hay propuestas, y una de esas es una libertad de información de calidad y que el Internet sea un derecho constitucional. ¿Esto es un acto de intolerancia o de porrismo, preguntamos?
En cambio, nosotros cuando hablamos de intolerancia, lo externamos como una necedad de rechazo con fundamento débil. Alguien activo y pensante sabe que su verdad es relativa y que ante ésta existe oposición, y no por eso lo niega. Asumirse partidario de algo (no siglas, algo mucho más complejo), no te priva de discutirlo y ser crítico con tu propia elección. El error es que cada quien quiere acarrear agua a su molino y rechazar lo otro. O peor aún, utilizar actos más perversos como el ocurrido en 1968.
Y podrán refutarnos, es que ustedes también quieren acarrear agua para su molino. Y les diremos que no, porque nosotros somos jóvenes y nuestro único molino son los libros, la educación, la búsqueda de un país donde exista una verdadera democracia y no una democracia de compadres fundamentada en el abuso de poder y el abuso de una situación privilegiada para rebajar al otro.
¿Quiénes somos? Somos todas las universidades del mundo en un mismo espíritu, somos todos los jóvenes que tenemos acceso a la Internet y los que no, somos los que cambiamos la comida del día por las copias que exigió el maestro en su clase para el día siguiente, somos los jóvenes que no queremos esa desleal competencia en la que el PRI se refugia para ganar comicios, somos las víctimas de la violencia que dejó Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional por su incompetencia, somos los 35 muertos de aquel 20 de septiembre y la soledad que quedó en sus familias, somos el estudiante con maestría que no pudo obtener un empleo porque el puesto ya estaba reservado para un recomendado, somos los periodistas asesinados, Somos Regina Martínez, somos los reporteros veracruzanos sobajados por convenios de publicidad, somos las muchachas desaparecidas en Xalapa, somos los académicos asesinados por sus críticas al régimen, somos José Luis Martínez y José Luis Blanco Rosas, somos los niños calcinados de la guardería ABC y sus padres que aun los lloran en los rincones de sus casas, somos los que repudiamos una izquierda fashion como la del PRD, somos los que sabemos que los diputados no son de los ciudadanos porque se asocian en bancadas, somos Ayotzinapa y sus estudiantes asesinados por sus ideas de la educación universal, somos 1968, somos el movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y la memoria de Nepomuceno Moreno, somos el pueblo de Cherán y sus comuneros asesinados en la búsqueda de autonomía, somos las mujeres violadas en San Salvador Atenco y los asesinados de ese pueblo por policías porque quisieron despojarlos de sus tierras para poner un aeropuerto, somos los que recordamos que Fidel Herrera endeudó al Estado y nos heredó a Los Zetas, somos los que ya no queremos más monopolios como el de Emilio Azcárraga ni mujeres como Elba Esther Gordillo, quien entorpece la educación y amedrenta a sus agremiados para su beneficio y enriquecimiento personal, somos el agremiado que no puede alzar la voz en su sindicato.
Somos el sí pasa algo de un Estado donde no pasa nada. Somos los que nacimos en el error de diciembre y nos convertimos en el acierto del mes de mayo. Somos 132.
Movimiento universitario 132 Veracruz