Por Alejandro Aura
La ventaja de los libros es que son objetos portátiles que te puedes llevar a tu casa o a donde quieras y usarlos sin restricción de fecha ni de horario. Llegas con libros de más y los acomodas en el librero o los amontonas en los alteros de pendientes, y ahí se pueden quedar el tiempo que quieran; años, incluso; toda tu vida, si quieres, y aún así es muy probable que alguien llegue a tus exequias, lo vea, lo coja, se ponga a leerlo mientras otros hacen el rito de difuntos y acabe llevándoselo porque crea que tú a lo mejor ya no lo necesitas. Mientras que otras formas de lectura, como ésta, tienen condicionantes más restrictivas; una, entre muchas otras: si no lo lees ahora, mientras tienes en tu ordenador o computadora este programa, es probable que ya no puedas leerlo el año próximo porque el software esté descontinuado o rebasado y la ley vertiginosa del mercado haya sacado ya otro más versátil, más rápido, más claro, más apropiado para las necesidades globales del momento.