Por José Emilio García
Pues no sé cómo lidiar contigo.
No sé cómo acercarme a ti;
tiemblo de tan sólo pensarlo.
Voy y me siento esperando
que tú te me acerques
que tú me hables
que tú seas quien tome la iniciativa.
No podría darle más vueltas al asunto.
En mi cabeza lo planeo todo:
los pasos, las palabras, las sonrisas;
en mi ilusa cabeza tenemos un final feliz.
Mas tan pronto me acerco
tu presencia me espanta;
rehusaría tu mirada si pudieras verme.
Tal vez si no fueras tan bonita,
si no te quisiera tan bonita pues,
tan brillante, tan majestuosa y llena de vida.
“¡Miren! ¡Esa es la suya!”, dirían,
y yo estaría tan orgulloso de ti,
pero sobre todo de mí.
Suspiro.
Con el corazón latiendo
como cuando subo las escaleras
bajo la cabeza y te dirijo unas palabras:
«Contexto histórico»
Pero mis palabras parecen fuera de lugar.
«¿Vida del autor?»
Silencio.
«¿Índice?»
No me dices nada y na’más no sé
ni cómo empezar,
no sé cómo acercarme.
Tesis, eres mujer, pues no sé cómo lidiar contigo.
Tal vez si te me quedo viendo fijamente…
Tomado de Literalia