TRIBUNA: MANUEL FERNÁNDEZ-CUESTA
Los libros gozan de buena salud en plena recesión. Pero ¿deben limitarse a ofrecer una forma barata de ocio y evasión privados? No. Leer es el paso del yo al nosotros, clave en la forja de una identidad colectiva
Confiemos, por una vez, en las estadísticas. En nuestro país ha crecido, repiten los datos oficiales, la comunidad lectora. Esta afirmación, por sí sola, debería ser motivo de satisfacción tanto para la industria del libro, necesitada de ampliar su cuota de mercado, como para los diferentes poderes públicos, deseosos de contar, sin duda, con una ciudadanía atenta, sensible y consciente.
Las reiteradas campañas de fomento de la lectura pretenden que lo hagamos de manera alegre y gozosa, divertida y espontánea, dando por sentado que el hecho físico e intelectual de leer, con independencia de la calidad, es un valor esencial de la democracia, un nuevo activo ciudadano comparable a la igualdad o a la tolerancia ante la diversidad. Leer más…