Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



Una gloria literaria, un triunfo moral

Por Pablo Ordaz

Los periodistas no aplauden. Cuando termina de hablar el político, la estrella de cine o el escritor de turno, cierran las libretas y salen pitando como alma que lleva el diablo con su pequeño tesoro de frases redondas. Sin embargo, ayer, en Guadalajara, y a pesar de las urgencias propias del oficio, cuando el poeta José Emilio Pacheco terminó de responder a las preguntas, los periodistas se pusieron de pie y dedicaron un aplauso largo y cálido como un abrazo al flamante premio Cervantes. Si este país golpeado por la crisis, la gripe, el narcotráfico o la corrupción endémica tiene alguien de quien estar orgulloso sin disimulo, ése es un sabio cercano, tímido y divertido de 70 años llamado José Emilio Pacheco.

¿Cómo se encuentra, maestro?, le preguntaron. «Zurimbo, patidifuso y turulato. Tengo que escoger tres palabras que ya ni se usan para describir el estado de irrealidad en el que me encuentro. Supongo que un premio es como un golpe: que no duele en el momento. Ya veremos después». La noticia le llegó a José Emilio Pacheco muy temprano, por teléfono. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, le anunció que el jurado había querido premiar su «uso lingüístico implacable», la «profundidad y libertad de sus pensamientos» y «el distanciamiento irónico de la realidad cuando es necesario». Pero tal vez quien mejor definió la poesía de Pacheco fue el presidente del jurado, el académico José Antonio Pascual, quien dijo: «José Emilio Pacheco es un poeta excepcional de la vida cotidiana». Leer más…



El poder de síntesis

Medio siglo de amistad

1. José Emilio Pacheco (México DF, 1939), poeta, narrador, periodista cultural, traductor, antologador, dramaturgo ocasional, es, sobre todo un poeta. Eso quiere indicar la pasión por la metáfora, la concentración en unas cuantas líneas de un relato casi siempre pesaroso, el gusto por los relatos inesperados, el despliegue del poder de síntesis, el ejercicio múltiple de la metáfora, el juego de analogías como espejos de la devastación, la alabanza jubilosa del paisaje. En poesía, ajusta sus dones melancólicos, su pesimismo que es resistencia al autoengaño, su fijación del sitio de la crueldad en el mundo, su poderío aforístico, su amor por el sonido del idioma, la incesante declaración de principio:

A quien pueda interesar

Que otros hagan aún

el gran poema

los libros unitarios

las rotundas obras

que sean espejo

de armonía

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