Por Anna Serra
A.S.: Con todos los escritores comenzamos con lo que pensamos es una pregunta crucial: ¿Por qué y para qué escribe Rosa Montero?
R.M.: Siempre digo que soy una escritora orgánica porque escribo como bebo o como respiro…. es una necesidad esencial. Escribo porque no puedo vivir sin escribir. Y uno siempre escribe para aprender, para comprender, para saber, para intentar entenderte y entender el mundo.
A.S.: ¿Cómo descubriste tu vocación?
R.M.: Como muchos otros escritores (es algo bastante habitual) empecé a escribir de niña. A los cinco años caí enferma de tuberculosis y me pasaba los días en la cama leyendo y escribiendo cuentecitos horribles de ratitas que hablaban y cosas así, todos llenos de faltas de ortografía…. Y desde entonces no dejé de escribir ficción. Desde que me recuerdo como persona, me recuerdo escribiendo.
A.S.: La lectura forma parte de tu vida de una manera muy íntima, ya desde pequeña pasaste tres años en casa debido a tu salud ¿Cuales son los escritores u obras que siempre te acompañan? ¿A qué tipo de libros vuelves siempre para releer?
R.M.: Releo muy poco, por no decir nada. Hay tantísimos libros en el mundo por leer que no suelo volver a lo ya leído. Y no tengo escritores de cabecera…. me gustan cientos de escritores y siempre descubro nuevos autores que me interesan.
A.S.: Cuando empezaste a escribir ¿Tenías en mente modelos literarios de escritores a los que querías imitar?
R.M.: Pues no, porque como fue algo tan natural, tan orgánico, tan poco intelectualizado…. La idea de maestros de los que aprender cosas concretas surgió mucho más tarde, incluso cuando ya tenía alguna novela publicada.
A.S.: Sabemos que empezaste tu carrera literaria a partir del periodismo. ¿Son dos facetas diferentes? ¿Te consideras más periodista que escritora? ¿Cómo lo encajas en tu vida?
R.M.: Como te digo, yo pasé de la ficción al periodismo y no lo contrario, aunque, como empecé a publicar antes como periodista, la gente cree que pasé del periodismo a la ficción. Pero fue al revés. Como me gustaba tanto escribir (y escribir narrativa), a la hora de buscarme una profesión pensé en algo que estuviera más o menos cerca de la escritura.
El periodismo al que me dedico, que es el escrito, de plumilla, de articulista y reportera, es un género literario como cualquier otro, equiparable a la poesía, a la ficción, al drama, al ensayo. Y puede alcanzar cotas de excelencia literaria tan altas como un libro de poemas o una novela, como lo demuestra A sangre fría, de Truman Capote, esa obra monumental que en realidad no es ni más ni menos que un reportaje. Por otra parte, es muy raro el escritor que cultiva un solo género; lo habitual es que se sea, por ejemplo, poeta y ensayista, narrador y dramaturgo…. Yo me considero una escritora que cultiva la ficción, el ensayo y el periodismo. No sé por qué parece sorprender a la gente que compagines periodismo y narrativa, cuando es algo de lo más común. Si repasamos la lista de los escritores de los dos últimos siglos, por lo menos la mitad, y probablemente más, han sido periodistas. Y no me refiero ya a Hemingway y García Márquez, que son los nombres tópicos que siempre se citan, sino a Balzac, George Eliot, Oscar Wilde, Dostoyevski, Graham Greene, Dumas, Rudyard Kipling, Clarín, Mark Twain, Italo Calvino, Goethe, Naipaul y muchísimos más, tantos que no acabaríamos nunca de nombrarlos.
Personalmente, en fin, yo me siento sobre todo novelista. Empecé escribiendo ficciones, unos cuentos horrorosos de ratitas que hablaban, a los cinco años de edad; y, si me hice periodista, fue por tener una profesión que no se alejara demasiado de mi pasión de narradora. Digamos que el periodismo pertenece a mi ser social: es mi trabajo y me gusta. Mientras que la novela pertenece a mi intimidad: es mi manera de vivir, la forma en que me relaciono con la realidad. Puedo imaginarme fácilmente sin ser periodista, pero no me concibo sin las novelas. Si se me acabara ese tumulto de ensueños narrativos, ¿cómo me las iba a arreglar para seguir levantándome de la cama todos los días?
A.S.: ¿Cual es la técnica narrativa que más dificultades te crea o la que crees que necesita más trabajo por parte de un escritor: la creación de personajes verosímiles, la estructura, el diálogo quizá? Y ¿cómo resuelves tus problemas?
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