Por Abril Posas

De apellido Villoro, dos mexicanos se adentraron en la literatura desde diferentes aproximaciones, a pesar de no haber estudiado de manera formal las letras.

Luis Villoro  (1922). Nacido en Barcelona de padres mexicanos, don Luis se ha distinguido como un filósofo crítico que ha utilizado su capacidad analítica para adentrarse en conceptos como la condición humana. También se ha preocupado por el tema de la educacióny la historia de México, en libros como En México entre libros: Pensadores del siglo XX (1995, FCE).

Su lucidez le ha merecido el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía. Fue integrante del Grupo Hiperión, dedicado al estudio del ser del mexicano, y fungió como embajador y delegado permanente de México ante la UNESCO en París (1983-1987).

Juan Villoro  (1956). Sociólogo titulado, sus textos se han enfocado en sus propios intereses, como es el futbol y la música, además del cine y los viajes. En 2004 se llevó el premio Herralde de Novela con El testigo (Anagrama) y es uno de los asistentes recurrentes a la FIL.

No es extraño a la literatura infantil; de hecho, su más reciente incursión en este público fue junto al ilustrador y escritor mexicano BEF, para el libro La calavera de cristal (Sexto Piso, 2011).

Carmen Villoro (1958). Radicada en Guadalajara, fue editora de la revista Tragaluz, y su formación es en psicología, una herencia de su madre psicoanalista.

Su trabajo literario se concentra sobre todo en la poesía y el cuento. Ha publicado prosa poética en Cal y Arena (El habitante, 1997); poesía con Barcos de papel (UNAM, 1990); su más reciente compilación, Espiga antes del viento (Secretaría de Cultura Jalisco, colección Clásicos Jaliscienses), estuvo a cargo de Jorge Orendáin. También ha publicado poemas para niños.

Tomado de: http://www.milenio.com