Durante décadas, Richard Wilkinson ha estudiado los efectos sociales de la desigualdad de ingresos y cómo las fuerzas sociales afectan a la salud. En el nivel espiritual, un libro escrito en colaboración con Kate Pickett, que presenta montones de pruebas estadísticas de que, entre los países desarrollados, las sociedades que son más iguales – con una brecha de ingresos menores entre pobres y ricos – son más felices y más saludables que las sociedades con mayor las disparidades en la distribución de la riqueza. Si bien la pobreza ha sido reconocida como un indicador de males sociales tales como la delincuencia, la obesidad, el embarazo adolescente, Wilkinson y Pickett han demostrado que el bienestar social no guarda relación con el ingreso per cápita. También han encontrado que los síntomas de la desigualdad de problemas todos los niveles de la sociedad. En general, salud mental, los niveles de violencia y las adicciones, incluso la esperanza de vida se ven afectados por el estrés psico-sociales causados por las diferencias de ingresos y estado de ansiedad. En el Reino Unido, el nivel de burbuja obtuvo el apoyo de los políticos de izquierda y derecha. Wilkinson, quien es profesor emérito de la Epidemiología Social de la Universidad de Nottingham, también co-fundó el Fondo de Igualdad, una organización no lucrativa que tiene como objetivo reducir la desigualdad de ingresos mediante la educación y la participación del público, mientras que apoya el compromiso político para abordar el problema. Él dice: «A pesar de que siempre había asumido que una sociedad igualitaria debe tener una puntuación mayor en la cohesión social, no esperaba encontrar diferencias tan claras entre las economías de mercado existentes.»
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