Por Klaus Dörre, Stephan Lessenich e Ingo Singe, académicos del claustro de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, Alemania
Por todo el mundo van adoptándose en las universidades y otras instituciones de educación superior unos cambios estructurales guiados por los principios de la universidad empresarial. La imposición de nuevos principios de administración pública supone que las universidades se rijan cada vez más como empresas privadas. Se asignan los recursos según el historial de resultados y los objetivos convenidos. El capitalismo universitario ha hecho acto de presencia en Alemania y sus principales instrumentos son los ránkings y tabulaciones comparadas de departamentos universitarios. Esto tiene como contrapartida una rutina académica escorada hacia los indicadores de éxito cuantitativos (obtención de fondos, número de doctorados y de graduados) e indiferente a los criterios cualitativos. El trabajo en el ámbito universitario ha sufrido cambios fundamentales tanto de diseño como de contenido. La docencia y la investigación se ven cada vez más obstaculizadas por la proliferación de responsabilidades administrativas. Los ejercicios de medición de resultados (performance measurement exercises) conllevan una lógica de la escalada («más y más y nunca lo bastante») que incrementa el número de tareas, la tensión y la sobrecarga de todos los grupos de la fuerza de trabajo universitaria. Cada vez se perciben más los efectos negativos que esto tiene en la calidad de la investigación y la docencia.
La Sociedad Alemana de Sociología (DGS) ha resuelto, en consecuencia, adoptar una postura contraria al capitalismo universitario boicoteando el ejercicio de 2013 del ránking que lleva a cabo el Centro para el Desarrollo de la Educación Superior (CHE), sin duda el ránking más influyente del mundo de habla alemana. La calidad de la enseñanza y la investigación, la reputación de los estudiosos, la infraestructura científica y la «visibilidad» internacional figuran entre los criterios con que se evalúa a los departamentos universitarios. A tal efecto se recaban datos (por ejemplo, sobre financiación externa) de las administraciones universitarias, se somete a encuestas a los estudiantes y se consulta asimismo a algunos profesores. Los resultados se publican en cooperación con el muy respetado semanario Die Zeit y constituyen desde luego una importante referencia para las administraciones universitarias así como para la burocracia de la ciencia.
La DGS ha solicitado recientemente a los departamentos, docentes y estudiantes que no participen en el ránking del CHE. La iniciativa partió del Instituto de Sociología de la Universidad Friedrich Schiller de Jena. Tras haber logrado uno de los mejores puestos en las tablas clasificatorias, el departamento de sociología de la universidad aprovechó esta posición ventajosa para declarar públicamente su negativa a participar. El anuncio tuvo lugar poco después de que se publicaran los resultados de 2011. La resolución del departamento declaraba lo siguiente:
«El nuevo ránking del CHE para 2011/12 publicado en Die Zeit otorga al Instituto de Sociología de la Universidad Friedrich Schiller una posición destacada. Nos complace esta expresión de aprecio hacia nuestro trabajo. No obstante, albergamos un profundo escepticismo respecto del instrumento de los ránkings universitarios en cuanto tal. Consideramos que el valor informativo del ránking del CHE es escaso, como mínimo debido a que un número significativo de institutos han sido evaluados a partir de datos incompletos. En primero y principal lugar, el ránking de universidades sirve como instrumento para establecer culturas competitivas en el ámbito académico. Produce sistemáticamente vencedores y perdedores pero no ayuda a que mejore la calidad del trabajo científico. El Instituto de Sociología, en consecuencia, proyecta abstenerse de participar en la próxima ronda de esta competición. Como queda dicho, efectuaremos consultas con la dirección y el consejo de la DGS con el fin de coordinar una postura conjunta de la disciplina. En esta ocasión es preciso que haya un intercambio en cuanto a cuáles son los instrumentos adecuados para garantizar la calidad científica y cuáles las maneras de informar a los estudiantes sobre los diferentes programas de sociología de las universidades alemanas.»
Al boicot, del que la prensa se ha hecho eco ampliamente, se han unido entretanto la DGS y la mayoría de los departamentos de sociología de Alemania. También ha recibido apoyo de otras disciplinas. Historiadores, especialistas en literatura inglesa, químicos, pedagogos y profesionales de las ciencias políticas han decidido abstenerse por el momento de colaborar con el CHE.
El boicot no tiene el apoyo inequívoco de los administradores universitarios. Y la DGS ha dejado claro que no va a rechazar por principio las evaluaciones de resultados. En consecuencia, decidió en octubre de 2012 establecer un sistema alternativo de información, exclusivamente descriptivo, dirigido a los estudiantes. También decidió formar un grupo de trabajo denominado «Task Force Studiengangsevaluation» que debata sobre otras formas posibles de establecer mecanismos de evaluación válidos. El boicot entrará en su «fase caliente» durante el periodo de verano de 2013. En los próximos meses se verá si tiene el apoyo de un número suficiente de estudiantes y profesores. En este preciso momento el resultado es todavía incierto, pero los sociólogos de Jena, es más, de Alemania, apelan a la comunidad científica internacional para pedirle que siga su ejemplo y boicotee los ránkings.
[Para más información, véase www.soziologie.de/che]