por Rodolfo Calderón Vivar, miembro del equipo fundador del Sistema de Enseñanza Abierta y diseñador del modelo operativo académico en sistema abierto del Programa Educativo de la Licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana. (Texto de conferencia impartidad en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación en Foro de Egresados de la FACICO organizado en el año de 2017)
Hace años, cuando fui invitado por el Dr. Ricardo Corzo, entonces Director del Área Académica de Humanidades de la Universidad Veracruzana, para diseñar el modelo operativo del sistema abierto del programa educativo de Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, me entusiasmó mucho la disposición de los catedráticos que participaron en un curso de capacitación que impartí sobre métodos y técnicas de la educación abierta. Todos estaban dispuestos a romper paradigmas y a seguir un modelo abierto que difería, incluso, en algunos aspectos de tiempos y calendarizaciones, del sistema abierto que ya existía en la universidad, del cual yo provenía.
Dispuestos a afrontar los retos, el cuerpo académico que fue capacitado y que después serían los docentes fundadores de la nueva forma de presentar su programa educativo en una modalidad abierta de cursos de fin de semana, iniciaron una tarea de habilitación de la modalidad bastante vertiginosa. Tenían la ventaja de que trabajaban con el mismo programa educativo del sistema escolarizado y de utilizar las mismas instalaciones, porque todo estaba ubicado dentro de la facultad.
Pero quiero confesarles que tras el arranque del modelo abierto en la FACICO, me llevaba la inquietud de cómo se iban a habilitar las prácticas de los estudiantes en tan cortos tiempos de interacción grupal de fines de semana. Desconozco, porque ya no tuve en la fase de arranque operativo, si los primeros estudiantes fueron personas que ya estaban en el ambiente laboral del periodismo, lo cual facilitaba las cosas, pues podían combinar teoría y práctica en sus propios centros de trabajo.
Originalmente, el sentido de la creación del modelo abierto en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, tenía dos propósitos fundamentales, uno, el dar acceso a la profesionalización a los periodistas empíricos que ya existían en el campo laboral de los medios de comunicación veracruzanos, el segundo era, como me lo habían comentado las autoridades universitarias, el probar por primera vez que una facultad de la Universidad Veracruzana podía hacerse cargo de su propia carrera en modalidad abierta, de manera eficiente y eficaz.
La experiencia de todos estos años y la acreditaciones que ha merecido la modalidad abierta por organismos de evaluación externa, indican que el segundo propósito se cumplió pues una facultad de la Universidad Veracruzana, si puede administrar, eficaz y eficientemente, su propia modalidad abierta, como lo ha demostrado la FACICO en todos estos años, con una matrícula por periodo de cerca de 200 estudiantes. Pero el primer propósito sigue siendo una incógnita para mí: ¿se está capacitando a periodistas empíricos en la facultad? ¿Si así es en que proporción en cuanto a los que no son practicantes de la comunicación ya insertos en el mercado laboral? Y es una incógnita porque sigo escuchando que los periodistas empíricos del estado de Veracruz pugnan en diversos foros por su profesionalización, acreditada por una instancia universitaria.
Mi ponencia va en el sentido de responder a las incógnitas planteadas, que lo más seguro ya son incógnitas resueltas dentro de la misma institución que tiene la información sobre como se respondió a los propósitos iniciales de las autoridades universitarias para apoyar la creación del sistema abierto en esta escuela; y agrego una nueva una incógnita a resolver sobre cómo aprovechar los nuevos ámbitos de la comunicación en la era digital para la formación de los nuevos egresados, según lo menciona el tema de este foro de seguimiento de egresados. Porque el discutir sobre un tema tan importante es para proponer soluciones a su problemática, como paso posterior a las reflexiones que se hayan podido generar en este Foro de Seguimiento De Egresados Comunicación UV 2017.
En primer lugar les diría a los miembros de la comunidad académica, lo mismo que les dije en el primer día del curso de capacitación que ofrecí a los que serían los fundadores del sistema abierto, en cuanto a que teníamos una gran ventaja porque nuestra formación de comunicadores profesionales nos proveía de fortaleza en lo que es la educación abierta, ya que la estrategias, métodos y técnicas de esta modalidad están basada primordialmente en la comunicación escrita y el uso de diversos medios de tecnología audiovisual.
Hoy, en la nueva era digital, los comunicadores tenemos un campo amplio de aplicación de nuestras habilidades para ser productores de contenidos-mensajes-conocimientos disciplinares utilizando los códigos y las tecnologías diversas que se han potencializado con el detonador de la informática.Y ello conlleva una ventaja aplicativa para nosotros: desarrollar aprendizaje del uso de los medios mediante la práctica en canales potencialmente aumentados para llegar diferentes medios, con variados sistemas de códigos y con diferentes propósitos comunicativos: informativos, educativos, de orientación, de entretenimiento y publicitarios.
Me llama la atención que haya quienes se preocupen porque piensan que la nueva tecnología, que ya no lo es tanto, es un panorama de uso al que se accede con dificultad porque es muy especializado, que es un asunto de las nuevas generaciones, que se trata de aprender algo complicadísimo porque hasta necesita del aprendizaje del inglés para dominar su terminología. Despreocúpense. Y recuerden lo que Marshal Mc Luhan ya mencionaba en “La Comprensión de los Medios como Extensiones del Hombre”, en cuanto a que los nuevos medios de comunicación, llevan implícitos a los medios antiguos. Por ejemplo la televisión siempre llevó implícito las mismos códigos de construcción del cine, y éste, en cierto modo los mismos códigos de construcción del teatro y la fotografía. Y despreocúpense más todavía, porque los tecnólogos de Silicon Valley diseñan y producen software y equipos cada más intituivos y al alcance de la comprensión de como usarlos, de una gran mayoría de de consumidores, aunque tengan 7 años de edad. Para ellos lo importante es vender herramientas que la mayor parte del mundo pueda usar, y por eso las hacen de una manera tal que cualquier cliente la puede comprar para utilizarla lo mas pronto posible, sin pasar por un curso de informática, o un diplomado, o un posgrado o algo similar, en tecnología digital. Si no, no habría negocio para sus compañías. Se aprende usando, no teorizando. Bueno la teoría viene después y con otros fines, también prácticos.
Para ello, no debemos olvidar, que nosotros somos productores de contenidos a través la reconstrucción de códigos diversos (metodológicos, tecnológicos, sociales, semióticos, semánticos) que nos permiten manipular, tanto información como la mensajes , con un propósito intencionalmente planificado. Esa parte debe estar bien definida, mucho mejor que yo lo defino, en los perfiles de egreso del plan de la carrera. Definirlo es muy importante, porque fue el principal aprendizaje que me sirvió para mi vida profesional, en los ámbitos laborales donde he estado. Y que me sirvió para aprender a dominar las nuevas herramientas tecnológicas que no son, y creo lo aclaró brillantemente Edgar Onofre en su ponencia impartida en este foro, más que medios, diríase puntualmente herramientas, y subrayaría yo, aunque suene feo, fierros para ser usados en la recepción-trasmisión de información.
Aspecto de la exposición del Mtro. Rodolfo Calderón Vivar en el foro de egresados «La Comunicación en la Era Digital» organizado en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Universidad Veracruzana, en el año 2017
Yo aprendí a usar la computadora, en su momento, allá por el año 1991, no por un curso especializado al respecto, sino porque tenía que usarla para producir mensajes. Y recordando a Mc Luhan, me daba cuenta que era una combinación de máquina de escribir (porque tenía un teclado muy parecido al de la máquina mecánica tradicional que tenía que controlar con los dedos), en donde la única diferencia era que el papel era suplido por la pantalla electrónica, como un recurso de borrador que antecedía al momento final de de imprimir lo que habíamos corregido sobre la pantalla, previamente.
Mi formación de comunicador me reforzó el uso de la nuevas tecnologías porque tenía que producir mensajes aplicando distintos códigos, con la finalidad de producir una edición final que impactara en determinadas audiencias. Asi diseñaba yo folletos, material audiovisual, sitios de internet y canales de audio y video, porque tenía yo la capacidad de producir contenidos. Y eso básicamente, el cómo producir contenidos, lo aprendí en la facultad. Hay diferentes roles profesionales que son posibles de asumir en el ejercicio de nuestra carrera profesional que no necesariamente se circunscriben al de ser periodistas. Seguir pensando que estamos formando solo periodistas es un absurdo, y un despropósito en un mundo cada vez más competitivo. Si es así no tuvo caso cambiar el nombre y la currícula a la carrera, que ahora se llama de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, porque hubiera bastado con mantener el nombre de licenciados en Periodismo con una estructura curricular, cocurricular y extracurricular adaptable a los tiempos cambiantes de la tecnología y las audiencias de ese campo profesional. Es preciso que definan su identidad profesional desde su perfil de egreso, para reforzar muy bien las trayectorias escolares de los que vivirán la experiencia significativa de estudiar en la facultad. Y lo deben hacer puntualizando si formarán comunicólogos o periodistas, y si se inclinan por este perfil, entonces plantearlo desde el nombre de la carrera. De otra manera incurrirían en un dilema de disonancia cognocitiva curricular.
Pero…¿ A que quiero llegar con todo esto?
Simple. A que ha llegado el momento de que los comunicadores, o comunicólogos, que están formando aprendan practicando en los nuevos medios, produciendo contenidos a través de todos los canales posibles que nos brinda la era digital. Construyendo y reconstruyendo códigos informativos y sociales, con un propósito fundamental: impactar audiencias que están en nuestro entorno social próximo y lejano.
No es posible que desperdiciemos un buen tiempo en las aulas, ocupados de la teoría enseñándola de la manera más tradicional, con la oralidad del maestro. Y menos aún deben desperdiciar tiempo los estudiantes de la modalidad abierta. Se deben abrir canales de comunicación donde se ensaye la planeación, el diseño, la preproducción, producción técnica, difusión y evaluación de contenidos a través de diferentes medios. Y esto debe formar parte de los diseños instruccionales de sus programas de estudio y en la didáctica del aprendizaje de su carrera, mediante episteme y techné de como enseñar- aprender+haciendo, a través de prácticas de sus estudiantes a través de informes de experiencias al usar los medios, diseño de proyectos comunicativos, resolución de problemas en el aula lo mas parecido a los que se tiene en el campo real de la comunicación e innovación educativa dirigida a la investigación acción en la formación de comunicadores.
Todos, por ejemplo, en la modalidad abierta, absolutamente todos deben tener portales de internet donde muestren lo que están produciendo como contenidos, utilizando diferentes formas de comunicación multimodal. Al decir todos, me refiero a estudiantes y profesores por igual. En primera instancia, los contenidos educativos serían producidos para agregarse a canales, yo les llamo portales de identidad digital de entornos del conocimiento, en donde siempre estuvieran disponibles para los aprendizajes de los estudiantes. Y al referirme a esos canales me refiero a video, audio, hipertextos y multimedios, que permitieran la comunicación educativa multimodal. Si ya lo hacen, que bueno, entonce difúndalos. Si todavía no pero están en disposición a entrar en esta dinámica, comiencen armar las estrategias para lograrlo, desde la perspectiva de la reconstrucción de su currícula, en estos momentos de revisión y cambio de la misma.
Las prácticas de los futuros comunicadores ya produciendo programas con fines de información, orientación, entretenimiento o publicidad, serían también ejercitadas usando esos canales. Sería el ejercicio de la transversalidad mediática en plenitud. Aprender contenidos teóricos que a la vez se convertirían en programas de difusión a través de los diferentes medios de comunicación digitales con los que cuenta la facultad.
Bueno, hay quien me diría, a estas alturas, que estoy hablando de un panorama utópico, porque eso costaría mucho dinero. Sin embargo, no tanto como hace años. Hoy un simple smartphone se puede convertir en un eficiente y eficaz productor de contenidos a través de versiones de comunicación multimodal: textos, hipertextos, gráficos, videos, audios, multimedia interactiva, etc.
Vuelvo a reiterar, estoy hablando de un proceso de transversalización, y más específicamente, un proceso de transversalización mediática, que convertiría a nuestro modelo abierto en un laboratorio de medios con constante práctica de producción e investigación de los futuros comunicadores que estamos formando. Y si se aplican procesos de investigación+desarrollo+innovación en la conformación de su estructuración curricular, plantearse la posibilidad de modulizar su plan de estudios y abrirse a ofrecer salidas laterales de formación profesional a nivel técnico, para preparar puntualmente a quienes no requieren de pasar tres años y medio en las aulas, si, finalmente, su ejercicio profesional en los medios será a nivel técnico, más que de nivel de grado. Si, esto plantea un conflicto con la aplicación del programa educativo que comparten con el sistema escolarizado, que es el mismo. Pues entonces hay que pugnar, desde los cuerpos colegiados, para crear una versión propia de la carrera para la modalidad abierta. Hasta el momento no comprendo porque la Universidad Veracruzana se ha empeñado en crear programas educativos únicos para distintas modalidades, abiertas y escolarizadas, siendo dos ambientes de aprendizaje completamente distintos. Es urgente que se creen carreras propias para la modalidad abierta a nivel pre grado, de grado y posgrado que no estén atadas al sistema escolarizado. Pero ese es otro asunto institucional que no es el propósito de esta propuesta.
No es una utopía. Es una solución al alcance para satisfacer una necesidad real. La gente que se está formando para ser comunicólogos, que serán realmente competentes en el uso de los medios de comunicación, lo debe hacer en la práctica, no en la teoría únicamente. Hagamos de este sistema abierto un taller permanente donde la práctica haga aterrizar la teoría rápidamente sobre ejercicios de comunicación multimodal. Y recreen los aprendizajes que de ello devendrán, hacia trabajos de investigación descriptivos, inferenciales, analíticos y propositivos para resolver la problemática que existen en los ámbitos de la comunicación. , en el campo de la realidad del entorno próximo y lejano. analizando sus propias prácticas en la planeación, diseño, producción y evaluación de lo que produzcan a través de los medios. Sean innovadores al respecto. Los participantes en modelos de educación abierta estamos obligados a ser renovadores constantes de nuestras prácticas docentes, porque contamos con menos tiempo de interacción con nuestros estudiantes, y por ende debemos planear las secuencias de aprendizaje utilizando todos los medios posibles, pues a menor tiempo de contacto presencial, por razones de tiempo y espacio geográfico, mayor uso de la intermediación tecnológica debe existir.
Y no se preocupen por lo menos importante. El pensar que el uso de la tecnología requiere de un conocimiento especializado. Se trata de usar los medios como tradicionalmente los hemos conocido: como radio, como televisión, como edición de periódicos, de revistas, de libros, de fotografías, de carteles, etc., solo que ahora a través de herramientas digitales, que se controlan con los dedos, de la misma manera, como los pioneros de los años en que se fundó la facultad, allá en la década de los cincuentas, los utilizaban para producir sus mensajes.
Si nos complicamos la vida pensando en aprender la tecnología hasta con la ayuda de personal altamente especializado, poco a poco vamos a depender de personal informático, cuya función es bajo la línea y de otra índole. Usemos la imaginación para comprender a los nuevos medios, como réplicas de los antiguos que están implícitos dentro de ellos. Y enseñemos a producir de manera constante, no a estudiar, porque como decía un reconocido periodista amigo mío, el problema de la enseñanza en muchas aulas universitarias es que se está enseñando a estudiar y no a trabajar para ser comunicadores. Yo no sería tan extremo, creo que si debemos estudiar fundamentos teóricos pero para ser aplicados-aplicados inmediatamente en la práctica y no para reposar en el cementerio editorial de los ensayos y ponencias escritos académicamente. Y no lo digo con un sentido peyorativo sino hasta con tristeza porque hay algunos trabajos brillantes en el área de la producción de ensayos escritos por los estudiantes que se pierden, lamentablemente, sin que alguien se encargue de recopilarlos y publicarlos digitalmente en un repositorio de ese tipo de publicaciones, para su difusión y conservación en las redes digitales.
Dejemos que los mismos estudiantes practiquen en los medios y diseñen nuestra propia participación, en dichos medios, con nuestros contenidos educativos. De otra manera, vamos a seguir con lo que yo denomino las parcelas curriculares, donde alguien detiene en su ejido a un grupo de estudiantes, para hacerlos estudiar teoría desvinculada totalmente de la práctica, o generando prácticas totalmente ocultas a la comunidad interna y externa de la facultad, en petit comité. Eso ya no debe proseguir en la nueva era de la comunicación digital, donde todos, absolutamente todos, maestros y estudiantes de la carrera de Comunicación, debemos demostrar y difundir, lo que produzcamos como contenidos a través de diferentes medios en la facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación.
¿Qué como le van a hacer en su estructura curricular? Bueno, eso ya es asunto de sus academias, que requerirán de una amplia visión e imaginación, para no seguir haciendo lo mismo pero al revés, y, sobre todo, aprovechando las nuevas herramientas de la era digital, pero no convirtiéndolas en cursos aislados.
Finalizo con una sugerencia. Abran sus puertas a los periodistas empíricos, inclúyanlos en cursos diversos, compartidos con sus propios estudiantes. Será enriquecedor para los procesos de enseñanza aprendizaje el combinar esa presencia de la gente que ya tiene experiencia en los medios, con el empuje vital de las nuevas generaciones que apenas están aprendiendo en la facultad.
Den la oportunidad, incluso de titularse en la licenciatura, a experimentados comunicadores empíricos a base de cursos cocurriculares que pueden dar ellos desde su propia experiencia empírica de un oficio aprendido con los años. Mucho pueden aportar a la facultad desde el conocimiento de la profesión adquirido, incluso, en medios de comunicación internacionales.
Y divulguen todo lo hagan, en sus procesos de enseñanza aprendizaje, a través de la creación de múltiples canales de comunicación a nivel individual, grupal e institucional de la facultad. Que deben ser usados en plenitud si aplican ese concepto que mencioné párrafos aparte: el de la transversalidad mediática en toda la estructura curricular del programa educativo de licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana.
Solamente es una propuesta. Más bien una sugerencia de formación profesional, vista desde lo vivido como egresado de la facultad. En suma, solo un punto de vista desde afuera. La tarea de como desarrollar el cómo, para qué, por qué, para quiénes y con quiénes, corresponde a sus propios cuerpos colegiados, que deberán transformar su plan de estudios de manera pertinente, con énfasis en la pertenencia a su propia identidad de lo que tienen como objetivos de formación para los nuevos comunicadores que egresen de sus aulas universitarias
Spot promocional del Foro de Egresados de FACICO de la UV realizado en el año 2017