Ignacio García Madrid
Orientación en Sustentabilidad
Docente, UVI Montañas
.
Hola, les comparto algunas referencias que me acaban de enviar del Instituto de Estudios Críticos:
.
..
.
.
.
.
.
17, INSTITUTO DE ESTUDIOS CRÍTICOS
Espacio de escritura situado en el cruce de la universidad, la cultura no académica y el psicoanálisis
.
“Utopías y heterotopías” y “El cuerpo utópico” son las traducciones de dos conferencias radiofónicas pronunciadas por Michel Foucault el 7 y el 21 de diciembre de 1966, en France-Culture, en el marco de una serie de emisiones dedicada a la relación entre utopía y literatura. Ambas conferencias aparecen en el número 48 de la revista Fractal, que incluye también un texto de Esther Seligson, una de las autoras mexicanas contemporáneas más inteligentes y sensibles, y una entrevista con Jaques Rancierè.
Ofrecemos ahora un fragmento de la primera conferencia de Michel Foucault, que esperamos sirva como una amigable invitación y puerta de entrada a Fractal, revista de la que pronto habrá novedades.
Utopía y heterotopías
Michel Foucault
1. Los contra-espacios, lugares reales fuera de todo lugar
Hay pues países sin lugar alguno e historias sin cronología. Ciudades, planetas, continentes, universos cuya traza es imposible de ubicar en un mapa o de identificar en cielo alguno, simplemente porque no pertenecen a ningún espacio. No cabe duda de que esas ciudades, esos continentes, esos planetas fueron concebidos en la cabeza de los hombres, o a decir verdad en el intersticio de sus palabras, en la espesura de sus relatos, o bien en el lugar sin lugar de sus sueños, en el vacío de su corazón; me refiero, en suma, a la dulzura de las utopías.
No obstante, creo que hay –y esto vale para toda sociedad– utopías que tienen un lugar preciso y real, un lugar que podemos situar en un mapa, utopías que tienen un lugar determinado, un tiempo que podemos fijar y medir de acuerdo al calendario de todos los días. Es muy probable que todo grupo humano, cualquiera que éste sea, delimite en el espacio que ocupa, en el que vive realmente, en el que trabaja, lugares utópicos, y en el tiempo en el que se afana, momentos ucrónicos. He aquí lo que quiero decir: no vivimos en un espacio neutro y blanco; no vivimos, no morimos, no amamos dentro del rectángulo de una hoja de papel. Vivimos, morimos, amamos en un espacio cuadriculado, recortado, abigarrado, con zonas claras y zonas de sombra, diferencias de nivel, escalones, huecos, relieves, regiones duras y otras desmenuzables, penetrables, porosas; están las regiones de paso: las calles, los trenes, el metro; están las regiones abiertas de la parada provisoria: los cafés, los cines, las playas, los hoteles; y además están las regiones cerradas del reposo y del recogimiento.
Leer más…