Sheila López Martín
Educadora Social
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Tras mi estancia, una propuesta puedo plantear a profesores/as: que analizasen, a través de nuestra presencia en la UVI, en la comunidad, cómo esto ha impactado y hasta qué punto se está o no lo que pretende el proyecto por el que luchan, trabajan…la interculturalidad…
Soy consciente de que en algunos casos mi propuesta no gustó, pero no importa, a quién no le gustó es quién no la ha realizado y probablemente, porque lo que vean en su análisis no les guste, pues como les dije: “para mi, en cierta medida, el alumnado es el reflejo del profesorado, yo cómo educadora he de educarme primero a mi antes de pretender trasmitir nada a nadie”…
Hay algo a raíz de todo esto que se me ocurrió y que aquí sugiero para posibles futuras intervenciones en la UVI por parte de compañeros/as de Educación Social. Sería muy interesante hacer un trabajo conjunto para evaluar hasta qué punto se consigue la interculturalidad en la UVI a través de la presencia de personas de fuera, con diferente cultura, creencias. Analizar el impacto en los alumnos, nos remite directamente al papel de los docentes y todo esto, sirve a su vez, a quién allá vaya a realizar las prácticas, en éste caso a nosotras, para mejorar cómo personas y/o educadoras, pues se conseguiría ver el impacto de las intervenciones, unas más acertadas y otras no tanto, a través de otras personas, otras perspectivas.
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Evaluación personal (Contextos concéntricos)
Desde la mía considero que deberíamos haber sido más precavidas al abrir las puertas de nuestra casa a cualquier persona y mostrarnos tal cuál somos, mostrar nuestra identidad. Deberíamos haber sido más perspicaces, ganarnos primero la aceptación de las personas, y después, desde dentro de dicha aceptación, intentar abrirlos a diversas perspectivas, a los diferentes puntos de vista sobre un mismo techo, tema o cosa…pues hay tantas verdades y realidades posibles como personas diferentes en el mundo…
Con referencia a lo anterior llego a destacar el hecho de no haber tenido a ninguna persona a nuestro alrededor que nos tutorizase, nos guiase, nos pusiese sobre aviso de cómo funcionan las cosas en una comunidad y nos orientase en nuestro trabajo como educadoras. Esto es algo negativo pero bastante positivo a su vez, pues hemos tenido que hacer todo solas, sin ayuda, sin guía; prendiendo nosotras mismas, mediante nuestros fallos y nuestros aciertos.
Me quedo el delicioso sabor que deja el aprendizaje autodidáctico y desecho el amargor sentido en momentos de desorientación…