Alejandro Martínez Canales
Responsable de la Orientación en Comunicación
UVI Grandes Montañas
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Buenas noches a todos y a todas las presentes: padres, madres y en general a la familia y amigos de las alumnas y alumnos que hoy celebran aquí la culminación de su vida universitaria. Compañeros docentes. Bienvenidos a esta fiesta.
Hoy mismo, 24 de julio de 2009, tuve la fortuna y el honor de participar en los actos protocolarios tras de los cuales nos encontramos con los primeros estudiantes de nuestra Sede que han aprobado su examen profesional para convertirse en LGID.
De hecho tendría que decir “licenciadas”: Ignacia García Feliciano, Anabel Carrillo Puertos, Laura Puertos Vásquez, Lucía de Los Santos Aguilar y Angélica Hernández Vásquez. Todas ellas Licenciadas en Gestión Intercultural para el Desarrollo. En el caso de Angélica y Lucía, además obtuvieron Mención Honorífica por su gran desempeño durante este último semestre.
Pronto el resto de sus compañeros aquí presentes se les unirán. No tengo la menor duda de ello, pues sé que todos han comprendido la necesidad de esforzarse para alcanzar los objetivos.
Hoy nos reúne la amistad y el deseo de festejar en compañía de los nuestros.
Compañeras y compañeros egresados de la Orientación en Comunicación, ésta es una noche de fiesta, una noche para relajarse, divertirse y dejar por un momento la tensión, el cansancio y los nervios de los últimos meses. Mañana… mañana comienza el resto de sus vidas.
La larga experiencia que vivieron como estudiantes, desde que su papá o su mamá los llevaron a inscribirse en el preescolar, ha terminado. Quizás alguno de ustedes lo recuerde aunque sea de manera borrosa, seguro que habrá varios que en este momento estén recordando sus años en la primaria. Muchos más están encontrando varias imágenes de su paso por la secundaria y por el bachillerato. El día de inauguración de cursos en nuestra Sede, las inseguridades, los descubrimientos, el trabajo, los pleitos y los buenos momentos.
Todo esto, lo que quieres recordar para siempre y lo que quisieras olvidar, absolutamente todo, forma parte de tu vida, ahí está, te guste o no te guste. Lo trascendente es que te preguntes a ti misma o a ti mismo, qué valor le doy a lo que he vivido como estudiante; qué aprendizaje obtuve de esas experiencias.
De la misma manera tienes que preguntarte por tu papel como hija o como hijo. Seguramente has cumplido en varias cosas. Pero seguro que todavía quedan por ahí varios pendientes, varias responsabilidades qué cumplir. Hoy esas responsabilidades han crecido en tamaño y en cantidad. Pero también tu experiencia y tu conocimiento son más.
Tu experiencia y tu conocimiento son más no sólo por la cantidad de libros que hayas leído (quizás ni leíste muchos), tampoco son más exclusivamente porque hayas asistido puntual a todas tus clases o porque hayas realizado todas tus tareas bien y a la primera.
Tu experiencia y tu conocimiento crecieron porque lo más importante que te han dejado tus últimos 4 años de estudio es el deseo y la voluntad de compartir lo que sabes con lo que sabe otra persona. Si algo te hace diferente y más fuerte como egresado de la UVI es que desde tus primeros semestres te atreviste a entrar en las comunidades de nuestra Sierra, te atreviste a preguntar y más tarde a proponer y a hacer.
Aguantaste nervios y miedos, sobre todo te habrás aguantado la flojera o el desánimo varias veces. Sabías muy bien que tenías una misión. Quizás ahí te diste cuenta que tu vida, después de todo, tenía y tiene varios sentidos: el sentido del servicio, el sentido de la justicia, el sentido de la dignidad, el sentido del esfuerzo, el sentido de la prudencia. El sentido de la responsabilidad para con aquellos que vieron en ti una oportunidad de mejorar, una oportunidad de ser tomados en cuenta, sobre todo aquellas personas que vieron en ti tal vez por primera vez la oportunidad de ser escuchados de a de veras, porque no sólo te sentaste a oírlos para la foto, sino que regresaste para trabajar junto con ellos.
No es poco lo que has hecho, no sientas que tu proyecto fue tan pequeño o tan imperfecto que pocas cosas pudo aportar. Es mejor que creas, porque es verdad, que lo logrado por ti es el primer peldaño de una larga escalera, de varios trabajos que nadie había propuesto porque de repente por resolver lo urgente nos olvidamos de lo importante o de lo trascendente. Las prisas del dinero y del poder de nada le han servido a nuestra Sierra. Nuestra gente es sabia y ya sabe que ponerse sin conciencia a las órdenes de unos cuantos, es arriesgado y poco productivo.
Afortunadamente tú empezaste diferente: sin dinero y sin poder. Empezaste desde la humildad de lo que ignorabas, de lo que no sabías, de lo que querías aprender. En realidad nunca fuiste a ver al mayordomo, a la autoridad, a la artesana, al migrante, al danzante, al rockero, a la maestra, a los niños y niñas, a sus papás o a sus mamás para ver qué les podías enseñar. Los fuiste a invitar a crear entre todos un sueño, un sueño que tu creíste que podía hacerse realidad. ¿Piensas que ese sueño tenía nombre de proyecto? No. El proyecto sólo es un medio para caminar hacia lo trascendente.
El sueño iba más allá. De lo que se trataba ese sueño que llegaste a proponer era de compartir, de aprender juntos, de tomar decisiones por el bien común, sin envidias, sin intereses individuales, cada quien desde su trinchera, desde sus saberes, pero arriesgando ante la posibilidad de negociar y de salir de la comodidad de lo conocido a la sorpresa de lo desconocido.
Eso es lo que lograste, eso es lo que debes de seguir haciendo: crear sueños y aterrizarlos, generar procesos, terminar con lo que empieces, agradecer y valorar cualquier trabajo con el que mañana inicies tu camino profesional. Llegaste humilde a las comunidades, y hoy, aunque tu preparación te permita tener nuevos y valiosos saberes, recuerda que la actitud tiene que ser la misma: la humildad, eso sí: con una fuerte dosis de liderazgo, de respeto y siempre de escucha. Pelea con las armas de la razón, pero también con las armas del corazón.
Esta experiencia no hubiera sido completa sin el esfuerzo de tu familia. Algunos están esta noche a tu lado, dales las gracias, cúmpleles con abrazos, cúmpleles sobre todo con trabajo, honestidad y entrega en todo lo que hagas. Insisto: no hagas menos ningún trabajo, sobre todo los primeros que tengas y te parezcan poca cosa. No te equivoques.
Hacer menos el trabajo que Dios te regale, es tanto como hacer menos el esfuerzo de quienes moral y económicamente te apoyaron. Siéntete siempre orgulloso y afortunado de tener un trabajo, hoy que anda tan escaso.
Tu compromiso es dar el máximo en cada actividad, la más pequeña, la que menos te guste, la que más enojo te provoque; ahí es en donde se tiene que empezar a ver la diferencia. La madurez y las mejores oportunidades llegan justo cuando a pesar del enojo y la frustración, cumples con tus compromisos con honestidad y ética. Se vale equivocarse, pero no se vale esconderse. Asume tus aciertos y tus errores. Recibe las felicitaciones con satisfacción y compártelas con tu familia; recibe también los regaños, los justos y los injustos. Defiéndete en buena lid. Calla cuando no haya nada mejor qué decir. De todo esto, cuando la emoción haya pasado, aprenderás.
Creo que todos quienes conformamos la Sede de la UVI Tequila esperamos haberlos ayudado, esperamos haberlos orientado y en varios casos también esperamos haber sido buenos confidentes y buenos consejeros. Siempre les hablamos desde nuestra propia experiencia.
En lo particular, espero que de mí se lleven mis mejores momentos como profesional y como asesor. Me siento muy satisfecho de que también en varios casos pudimos tenernos la confianza para ser amigos y no sólo maestro y alumno. Les corresponde a ustedes valorar lo bueno y lo malo que les entregué. Como ya lo dije, de las dos cosas seguro aprenderán.
Por último, quiero agradecerles a todos la oportunidad que me dieron de aprender junto con ustedes y aprender de ustedes. Aquí todos compartimos. Y si yo fui el que quizás habló más veces o más tiempo, es solamente porque siendo más viejo que ustedes, tal vez he vivido más cosas.
Nalle, Carmen, Angie, Lucy, Ángeles, Elizabeth, Miryam, Reyna, Maribel, Tere, Elisa, Lau, China, Fathy, Obdu, Pily, Aída, Clarita, Ignacia, Yadi, Jairo, Mario, Enrique, Adán:
Felicidades, ánimo, y que Dios los bendiga.
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Nota:
[*] Palabras pronunciadas por el autor de este post el pasado viernes 24 de julio, durante la fiesta familiar organizada por los alumnos de la Orientación de Comunicación, Sección 802, de la Sede Tequila.
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