Semati Palmera Rodríguez Ríos
Docente, UVI Totonacapan

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Durante el semestre que hace unas semanas concluyó tuve la oportunidad de animar la experiencia educativa optativa de Comunicación Oral y Escrita, dicha experiencia fue compartida en su mayoría con los chicos de octavo semestre, ya licenciados ahora, y chicas de sexto semestre, que ahora pasan a séptimo. A lo largo del curso estuvimos experimentando, leyendo y escribiendo diferentes tipos de textos, con la finalidad de ver a la lectura como una parte esencial del proceso de escritura, siendo esta última una de las maneras en que plasmamos y difundimos lo que creamos. Durante este tiempo vimos que lo más importante para los estudiantes era la conformación de sus trabajos de investigación, en particular la creación final de sus documentos recepcionales. Sin embargo, fuimos descubriendo que la escritura académica no es lo único que podemos crear como estudiantes o como profesionistas, sino que hay diferentes cosas que se expresan a través de la escritura, y que de hecho todos los textos pueden apoyarse unos en otros y así crearse sucesivamente.

Uno de los pilares fundamentales fue la lectura. Además de leer textos académicos como ensayos, artículos de investigación y divulgación, entre otros, leímos novelas, cuentos, relatos varios, además de varias cosas raras que por momentos no tenían sentido. De esta forma fuimos analizando a la literatura como parte del proceso educativo, vimos a la lectura, tanto intensiva como extensiva, como una parte formadora, lo que nos llevó a entrar en contacto con partes de la lectura que para muchos fue nueva, para otros aburrida, para algunos más sorprendente, para otros fue la continuación y ampliación de un gusto pero al final todos aprendimos y creamos.

Después de varias experiencias de todo tipo llegamos a algunas conclusiones de algunas cosas en particular, una de ellas fue precisamente sobre la literatura y por supuesto del hecho de estar en contacto con ella, de leer, y sobre todo de leer cosas no académicas para ayudar a un proceso formativo si académico. Finalmente entre todos los 17 que formamos parte del grupo de comunicación oral y escrita de la Sede Espinal llegamos a algunas reflexiones-conclusiones de nuestro proceso.

Primero hablamos de los efectos de la lectura, de a lo que nos lleva en especial la literatura, donde se dijo que “la literatura es una forma de expresarnos”, además de que puede ayudar a divertirnos y distraernos, aunque generalmente se vea como algo aburrido, además de que “no todo lo escrito sirve”, pero lo interesante es que desarrolla la sensibilidad (esto dependiendo los géneros a los que nos acerquemos y los gustos de los lectores). Un aspecto que creo importante del curso es que la mayoría piensa, tal vez muchos de manera simplemente ideal, que la literatura y su lectura “pone a pensar”, además de que se despertó el “interés por leer otros textos”, textos distintos a los que siempre leemos para estudiar. Otra cosa es la opinión de que la literatura desinhibe en muchos casos, que “ayuda a desarrollar confianza y facilidad de palabra ante el público y a escribir y conocer”, además de que desarrolla habilidades que ya traemos. La literatura también “es un modo de entendernos como personas, de una manera personal y así podernos analizar”, ya que vimos que muchas veces a través de lo que escribimos dejamos mucho de nosotros mismos y así al leerse el texto escrito podemos llegar a encontrar esas huellas del escritor.

En lo personal me gustó mucho un comentario que se fue generando con respecto a los textos ficticios a los que nos acercamos y que muchas veces es a través de estos que podemos transmitir o describir mejor las ideas que de una manera más “objetiva”; se comentó que la ficción es una forma de cubrir lo que no se puede ver. “La ficción se esta convirtiendo en algo más real”.

También comparamos o analizamos a la lectura con respecto del conocimiento. Se dice que el acercamiento a la lectura nos ayuda a “conocer formas de escribir, estilos, redacción, interpretaciones diferentes de las cosas de los diferentes autores”, es decir distintos puntos de vista de la realidad, además de que nos “ayuda a comprender conceptos”, esto debido a que es un buen auxiliar en el entendimiento de procesos de abstracción: “con los textos difíciles, enredados”, además de que “enriquece el intelecto”. Creo esto es muy importante, ya que muchas veces el problema al que se enfrentan los estudiantes es a esta abstracción de las cosas y que creo es difícil pero trabajable y cada uno de ellos afronta de manera distinta, sin embargo, en ciertos textos pueden encontrarse formas de ayudar a generar estas abstracciones y aunque de inicio no les gusta leer textos difíciles, la mayoría, con un poco de inspiración, lo toman como un reto que finalmente intentan y que nos deja resultados a todos.

Un aspecto también que me gustó mucho escuchar fue sobre la reflexión de que “leer algo que no gusta ayuda a poder criticar al autor”, es decir, el argumentar por qué algo no nos gusta y analizar por qué creemos que esta mal o en qué esta incorrecto nos ayuda a generar ideas; además de que “la forma en que leemos es que vamos entendiendo”, en muchos casos nos dimos cuenta que no leemos correctamente, lo que nos lleva a no entender lo que leemos, otras veces nos dimos cuenta que puede ser una actitud ante el texto la que influye en lo que se capta de dicho texto, sin olvidar los contextos en los que leemos. La lectura pues, nos ayuda a “obtener herramientas necesarias de redacción y análisis”, a “pensar las ideas”. Llegó un momento en que discutimos sobre el contacto que llegamos a tener con conceptos complejos, donde tenemos que “considerar todos los elementos” para poder llegar a comprenderlos y asimilarlos, en mayor o menor medida, proceso en el que se encuentra la Interculturalidad; esta experiencia creo fue muy sorprendente y los estudiantes muchas veces la asimilan de manera distinta a los docentes, algunas de las veces de maneras que ni siquiera imaginamos y que ellos construyen de formas singulares.

Todo lo anterior tiene que ver con el proceso de escritura, ya que al poder crear ideas claras es que se crean textos claros, con lo que se hicieron reflexiones prácticas en torno a la lectura asociadas al proceso de escritura. La literatura y su lectura “ayuda a aprender a redactar en el contexto”, así como la “utilización de los tiempos y géneros”, nos da pistas de cómo “hilar ideas y enunciados, cómo empezar o terminar [un texto]”; ya que la literatura expresa formas de ver el mundo (implícitamente), “a través de lo que, podemos viajar y construimos una forma propia de ver el mundo” y por tanto de escribirlo. Aprendemos también aspectos de puntuación, de estilo, “aprendemos a corregirnos a nosotros mismos”, también nos ayuda en cuestiones de redacción, además de que nos da una “iniciativa de inventar nuevos textos”. Me parece que vemos en lo que leemos, si es que nos gusta o atrae, una forma de inspiración para la escritura. “De acuerdo a los autores es el tipo de texto y de todos se aprende”. Lo más interesante para mi fue el escuchar comentarios sobre el que con la literatura y el ejercicio de la lectura constante se puede “superar el pánico a la hoja en blanco”, en lo particular fue muy reconfortante ver cómo los mismos estudiantes perdían poco a poco ese miedo a escribir, a plasmar ideas y además intentar hacerlo de una forma correcta, todos tuvimos avances distintos pero me parece en general ha sido una gran experiencia para todos.

Me parece que la literatura es un motor muy importante en la creación de los procesos académicos que tanto como estudiantes y como docentes vivimos, además de que la creación de textos después de las experiencias o acercamiento con muchos textos distintos es algo realmente interesante y hermoso a la vez, cosas que pudiéramos practicar más a menudo. En lo personal agradezco a todos los que compartieron conmigo esta experiencia y espero podamos seguir experimentando y compartiendo expresiones de este tipo durante nuestra vida personal y profesional.
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