Cuauhtémoc Jiménez Moyo
Docente, Unidad de Enlace Académico
Región Córdoba-Orizaba
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Sergio Téllez Galván, director de la UVI desde su nacimiento en 2005 hasta los primeros días de enero de 2011, es un ser humano excepcionalmente creativo. Como todos los hombres, lo acompañan virtudes y defectos. En esta ocasión y por este medio, quiero expresar mi admiración por el hombre que supo leer con exactitud la oportunidad de crear un proyecto innovador como lo es la UVI. Otros habríamos tomado decisiones diferentes, apoyándonos más en datos firmes, sin embargo Sergio supo intuir la oportunidad, ver más que el resto y decidirse por arriesgarse a pesar de que los elementos que conformaron luego el proyecto UVI aún estaban en construcción. Así es, si una cosa admiro de Sergio es que su horizonte trasciende el corto plazo.
Con él a la cabeza, la UVI le encontró sentido a un proyecto tan ambigüo –y hasta cierto punto confuso– como es el intercultural. Plagado de buenas intenciones, el proyecto intercultural en México nos dice que hay que portarnos bien y aprender de otros, pero no nos dice cómo. En la UVI, no sin obstáculos y resistencias, hemos sabido darle forma a algo que se parece más a un collage que a una pintura realista.
Muchos no habríamos sido tan valientes de movernos en tierras movedizas. Sergio lo hizo. Y, después de algunos años, sus pasos miran a otro horizonte y la UVI, ahora con un nuevo director, tiene un sin número de desafíos, entre ellos concretizar y consolidar procesos de investigación con carácter intercultural y profesionalizar la docencia, ya que ser docente intercultural es tan complejo como trascenderse como ser humano.
En fin, los desafíos por venir los atenderemos cada mujer y hombre que trabajamos en la UVI, mientras tanto sirva esta oportunidad para darle las gracias a mi maestro Sergio Téllez Galván y desearle la mejor de las suertes en sus proyectos futuros.
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