Sergio Téllez Galván
Director UVI, Sede Xalapa
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Ha sido escaso el tiempo para recuperar tantas experiencias que hemos vivido a partir de noviembre del 2004. He sugerido la habilitación de esta herramienta porque, sin duda, habrá que hacer el esfuerzo por compartir tanto las vivencias, como los diferentes puntos de vista desde los cuales vamos, paso a paso, dando forma a esta entidad de la Universidad Veracruzana, cuya finalidad es atender a jóvenes de las regiones interculturales que, hasta hace poco tiempo, no tenían oferta de educación superior cercana a sus comunidades de origen. Adicionalmente, la oferta educativa se ha diseñado para ser pertinente a las características culturales y socioeconómicas de estas comunidades, en un diálogo entre la comunidad académica que forma parte de la UVI y las diferentes comunidades con las que entra paulatinamente en relación.
Quiero mencionar que en estos tres años de labor hemos tenido oportunidad de participar en sucesos que, precisamente por su carácter academico, tal vez no nos eran desconocidos del todo. Sin embargo, también hemos participado de eventos por demás sorpresivos, inesperados en diferentes registros: cosas que atañen a la organización social de cada una de las regiones; aspectos de tipo político que nos permitió interactuar con una amplia gama de actores políticos desde el plano local; hasta las más altas esferas estatales y nacionales; aprendizajes cotidianos sobre la pasión por este tipo de trabajo expresada por quienes han formado parte del equipo de trabajo en cada una de las Sedes ubicadas en Ixhuatlán de Madero, Espinal, Tequila y Huazuntlán, y la quinta Sede localizada en Xalapa cuyos integrantes se han dedicado al diseño curricular, a la operación y seguimiento del programa de licenciatura y a la docencia semi presencial.
Las interacciones entre tantas personas que integran este equipo de trabajo permiten también el reconocimiento de la enorme riqueza representada por los cuatro contingentes de estudiantes de tres generaciones. Cada una de las chicas y cada uno de los chicos que forman parte de esta comunidad de aprendizaje han puesto su grano de arena, han confiado sus ilusiones y han empeñado su esfuerzo para dotar de sentido a una forma distinta de formación en educación superior.
La manera en que hemos trabajado configuró ya un sistema en red, cuyo principal resultado es una visión que a la vez de panorámica, es también local y que articula una amplia lista de intereses, necesidades, sueños y propuestas para la puesta en marcha de los proyectos de intervención que se gestionan desde la UVI.
Hay, sin duda, mucho que decir. Mucho que contar, que escribir, para apreciar que el conjunto de nuestras percepciones son ya parte de una realidad que opera en diferentes planos, incidiendo en la formación de propuestas alternativas para atender a las nuevas generaciones de estudiantes con profundo sentimiento de pertenencia a sus comunidades, permitiendo, quizás por primera vez, que la idea de arraigo tenga sentido para redoblar esfuerzos en bien de las familias, las comunidades, las culturas y las regiones que estaban ya difuminadas por una especie de neblina que nos hacía suponer que formaban parte del pasado y que el futuro estaba necesariamente en la migración. Esa pesada cortina de olvido, poco a poco, se puede despegar de la realidad con la unión de quienes conservaron la fe en sus hijos, quienes han sostenido la viabilidad de nuestras creencias, quienes no han caido en la seducción de la huída. La alianza de ellos con la comunidad UVI nos permitirá soplar todos a la vez, con la fuerza de una preparación rigurosa pero eficiente, y diluir esa neblina para dar paso a la brillante luz del sol que, al iluminar la realidad, nos dará confianza para continuar por este camino.
Por todo ello, no quiero olvidar, no quisiera que todo lo vivido en estos tres años como parte del esfuerzo de construir a la UVI, también pasara a formar parte de ese paisaje borrado por otra pesada neblina de olvido.
Estoy convencido que para que ello no suceda no bastará con el esfuerzo individual de historizar estas vivencias. La suma de nuestra memoria viva, será como un camino empedrado para que se permita el tránsito de quienes darán forma a la dorada luz de cada mañana. Esta senda impedirá que las ilusiones se hundan en el fango.
No permitamos que nuestra memoria quede atrapada en los límites de nuestra precaria vida. Sumemos cada memoria y hagamos posible ese mañana.
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