Carlos Castro Rivera
Webmaster
Administrativo, UVI Xalapa
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El formato blog no es reciente, aunque a sus pocos años se ha desarrollado de tal manera que no es desconocida la frase aquella de que cuando alguien se nos presenta, además de su teléfono, indistintamente se le pregunta por su correo, tu blog o su Facebook.

Su nivel de penetración es muy alto, sabido es que la gratuidad, la facilidad de acceso, la libertad para producir contenidos propios y la intuitiva simpleza para entender esta herramienta, ha logrado un boom impresionante en cualquier latitud, edad, clase social, etc. Sobradas razones para que más de uno de nuestros conocidos nos enteremos que tiene su propio medio de publicación.

Pero el punto que me genera interés no es el de los blogs personales, sino el que gestionan entidades más amplias, pienso en el caso de la Universidad Veracruzana.

Sabidos son los pros y los contras, más allá de la parte técnica que sin duda es fundamental (y sin ella simplemente no hay blog), lo que me llama la atención es la poca utilización que de este medio hace el grueso de las entidades o dependencias de nuestra casa de estudios.

Sin duda alguna, disponer de un Sitio en la red permite a cualquier organización visibilizar un proyecto, una propuesta, sus actividades, objetivos, misión, programas de trabajo, plantilla de empleados, etc., etc., etc. Esa es la parte más evidente, pero hay de Sitios a Sitios.

Muchos aún conservan un aire de “vitrina”, no lo digo en sentido peyorativo, es más bien descriptivo. Es el estilo de los espacios web que manejan su información de manera más permanente, no requieren de una frenética actualización y los datos son vigentes por varias semanas o meses, salvo alguna actualización que nunca falta.

Este tipo de Sitios (de alguna forma “estáticos”) han gozado de larga vida, pero ya han cambiado mucho las formas en que los usuarios interactúan con la información y eso está marcando la caducidad de su modelo poco dinámico. Hoy, ya no sólo somos consumidores de una información generada “desde arriba”, ese modelo todavía pertenece a la televisión, por ejemplo. Hoy, queremos, necesitamos, participar en la generación y valoración de los contenidos, y los formatos disponibles se han diversificado al grado que los usuarios pasan a tomar una posición importante contribuyendo a la generación de opinión pública.

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Carlos Castro Rivera
Webmaster
Administrativo, UVI Xalapa

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El tema de la protección de derechos en web es cada vez más interesante.  Todos queremos tener acceso libre y gratuito a contenidos en la red (otros quieren disfrutar del uso de software sin pagar el costo de licencias mientras que los consorcios  dueños de éstas disponen de ejércitos de abogados capaces de dejar sin camisa a cualquiera que lo intente).

En la Universidad Veracruzana Intercultural sabemos que es necesario -y deseable- poder compartir en internet los productos que vamos generando, pero al mismo tiempo es motivo de reflexión que el contenido de dichos productos pueda ser utilizado con fines distintos a la compartición social sin ánimo de lucro. Evidentemente nadie quiere que conocimientos tradicionales o saberes ancestrales caigan en manos de particulares o corporativos que los comercialicen a costa de grupos sociales, de pueblos y culturas que los han generado y los vivencian en sus vidas cotidianas.

La fórmula convencional de la protección de «Derechos de Autor» no parece convencer por los múltiples candados que impone a la libre circulación de las ideas y «objetos» culturales. En cambio, Creative Commons o Coloriuris constituyen respuestas a un mundo distinto para el que el Copyright fue diseñado.

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