Lourdes Peregrina Nieto
Docente, Área de Formación Básica General
Región Coatzacoalcos-Minatitlán-Acayucan
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Estridencia frente a belleza, antes que hetero frente a homoerotismo, en la muestra de Florentino Fuentes, “ Selección de Memorias homoeróticas”
La Universidad Veracruzana abraza la interculturalidad al exhibir la muestra en la USBI campus Coatzacoalcos
Se dice que uno come como coje y en el caso de Florentino Fuentes, que también pinta como come: con los dedos. “Prefiero el carboncillo y el óleo, sobre todo con los dedos, porque el hecho de que para hacerlo te ensucias, -te sientes sucio, quedas sucio-, también se refleja en la obra. Muchos de estos cuadros están pintados así”.
Fuentes incorpora lo mismo chiles secos en el lienzo, que material audiovisual y escrito, técnicas, planos, texturas, y nos entrega una propuesta orgánica, palpitante.
Mueve la cabeza negativamente al preguntarle si en su exposición “Memorias homoeróticas”, presentada ayer viernes 5 de marzo en la USBI campus Coatza, hay algún cuadro que le guste más que otro: “igual que en la poesía, el mejor es el que no se ha hecho, y a lo mejor nunca se haga”.
Admite que lo censuraron: “sí, en la Casa de la Cultura”, pero no le da demasiada importancia. “Lo que van a ver es lo que quiero decir: ni más ni menos”, es su frase de bienvenida a la exposición pionera en la historia de presentaciones artísticas en la Universidad Veracruzana.
Después del mensaje del pintor desde los seis años, empiezan a circular los observadores. La imagen de los falos erectos, produce expresiones de asombro, de desconcierto, de picardía, y no faltan las burlonas y las de desaprobación.
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El escándalo es lo de menos
Con “Je est un otre / je est un nôtre”, un cuadro que no tiene un solo elemento sexual, el artista nos llama a reconocernos no en él, sino en el otro, a ser el “rostro innumerable” del que Paz nos hablaba:
… para que pueda ser he de ser otro,/ salir de mí, buscarme entre los otros,/ los otros que no son si yo no existo,/ los otros que me dan plena existencia,/ no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,/ la vida es otra, siempre allá, más lejos,/ fuera de ti, de mí, siempre horizonte…
Es precisamente esta comprensión el punto de partida para acceder a la obra. No juega el que no esté dispuesto a ser otro para convertirse en un nosotros. El contenido nos llama a mirar esta dimensión del erotismo con el asombro sí, de la primera vez que lo tenemos delante, tan explícito, tan cínico, pero no con la tiza negra del censor, sino con la sonrisa del otro, del que también hace cosas indecibles en la cama, del que fantasea, del que ama el placer.
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