Valentina Martínez Valdés*
Cuatro meses de trabajo de trabajos de reparación por restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la cual implicó una inversión millonaria, fueron echados a perder el lunes pasado por la marcha realizada en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género. Así se presentaba la noticia, a tres columnas y como el tema principal en uno de los periódicos principales del país. Al mismo tiempo en letras más pequeñas a una columna de espacio se leía… Las muertes de tres mujeres ocurridas el 24 y 25 de noviembre son investigadas para tratar de definir si existe algún móvil de violencia de género.
Esta portada que se viralizó en redes sirve para conocer qué es el encuadre de una noticia. Desde los estudios de comunicación de masas, el encuadre de las noticias se explica como la perspectiva desde la cual se cuenta una historia y que comprende desde la preferencia del contenido temático a incluir, las palabras que se eligen para redactar hasta la selección de fuentes de información para armar las notas. Básicamente los medios, como los periódicos, centran así su atención en ciertos eventos dentro de un contexto de significación, los cuales como resultado proyectan una realidad selectiva.
David Tewksbury y Dietram Scheufele, dos estudiosos de los medios de comunicación lo explican de la siguiente manera. Los artistas saben que el marco que se coloca alrededor de su obra afecta la forma en que los espectadores interpretan y reaccionan a su pintura. Como resultado, algunos artistas toman el cuidado en cómo presentar su trabajo, eligen ciertos marcos esperando que ayude al observador a ver sus imágenes de la forma correcta. De algún modo los periódicos al utilizar determinados marcos narrativos, intencionalmente o no están organizando y estructurando la información de tal forma que enfatizan o incluso marginan ciertos mensajes.
Entonces, que diferentes periódicos y medios de noticias durante las manifestaciones feministas hayan centralizado su atención en la destrucción de monumentos y no en las demandas de atención a la problemática de feminicidios es muy significativo. Mas que una cuestión de prioridades, el discurso noticioso estuvo encaminado a criminalizar la protesta mientras que se silenciaron las demandas de los grupos feministas. Lo importante de señalar aquí es que en conjunto con otras influencias socioculturales, mensajes mediáticos como estos se establecen como parámetros de interpretación los cuales contribuyen a la formación de percepciones así como a la aceptación social o no del tema.
Existen varias instancias que han abordado la representación mediática del movimiento feminista. Personajes, como la periodista Susan Faludi y la investigadora en medios de comunicación Susan J. Douglas, han señalado la forma en que las feministas se les caracteriza en los medios de comunicación como personas agresivas, que odian a los hombres además de ser físicamente no atractivas. Lind and Salo, especialistas en temas de comunicación, analizaron durante tres años el encuadre utilizado para reportar temas feministas en las noticias y asuntos públicos de Estados Unidos. Encontraron que además de tener una baja cobertura, el movimiento feminista se presentaba con connotaciones negativas y como una forma de expresión alejada de “la mujer normal”.
Por otra parte el feminicidio, una de las expresiones más extremas del poder y derecho masculino, se ha enmarcado mediáticamente desde una perspectiva en la cual se utilizan narrativas que lejos de contribuir al entendimiento de este problema como una forma específica de violencia hacia las mujeres, se presenta como un hecho aislado dentro de una violencia generalizada y sin contexto. Desde la Boise State University, Lane K. Gilliespie junto con un grupo de investigadores sociales lograron identificar varios marcos narrativos utilizados durante los reportajes sobre feminicidios. A grandes rasgos se encontró que los feminicidios se reportaban como incidentes aislados, como consecuencia de una pérdida de control del atacante y desde la responsabilidad de la víctima, enfatizando las razones de comportamiento que la hacían culpable de tal circunstancia.
Si bien una parte de responsabilidad la tienen los medios en conformar noticias contextualizadas y sin estereotipos discriminatorios del movimiento feminista y las exigencias de atención hacia la violencia en contra de las mujeres, como consumidores de medios también tenemos injerencia. Reflexionemos, cuestionemos y exijamos reportajes más responsables. Veamos que estos encuadres que nos presentan los medios son solo una parte de la historia y que se están omitiendo, intencionalmente o no, otro tipo de información que necesitamos para entender de dónde surge y cómo es que se sigue replicando una problemática social e histórica de represión y violencia hacia la mujer.
Al final esto no es solo una cuestión de las mujeres, es un problema que necesita del entendimiento público. Entre más se conozcan y entiendan los orígenes políticos, sociales y culturales de la opresión y violencia hacia la mujer, mejor serán las oportunidades para que se retome el camino. Pero esto va de la mano de un cuestionamiento serio individual, lo cual implica cuestionar nuestros prejuicios y comportamientos. A las mujeres solo podría decir, que el feminismo no es un mundo homogéneo y que la meta es desde las diferentes colectividades tejer lazos de solidaridad… más importante aún hacer todo esto por aquellas mujeres que la injusticia y desigualdad hicieron que perdieran lo más valioso, su vida.
* Especialista en comunicación.
Fotografías del Movilización feminista #25N en CDMX: Fotoreportaje de Colectivaoleaje.com