Valentina Martínez Valdés* y Mariana Morales Murrieta**
No se puede negar, en el mundial de la FIFA 2014 se vivieron emociones intensas entre ellas, el sufrimiento de los malditos penaltis. Durante este campeonato, fuimos testigos de varios partidos que se tuvieron que definir a través de este procedimiento futbolístico. Brasil, Chile, Costa Rica, Grecia y Holanda, cada una de estas selecciones experimentaron una carga de emociones, desde presión, angustia, enojo y hasta tristeza, al tener que jugarse su oportunidad de avanzar a la siguiente fase mediante la realización de este tipo de tiros.
No se puede negar, esto pone los nervios de punta a cualquiera. Pero ahí estamos con las manos sudorosas, esperando milagros, rezando, implorando. Desde el fondo de nuestro ser anhelamos que la pierna del oponente se acalambre y vuele el balón, o que nuestro portero se ilumine en el momento y la desvíe. Si para nosotros como espectadores puede resultar terriblemente estresante, para quienes están en la cancha, es sin duda, mucho peor.
Ya todos sabemos lo que ocurrió en los partidos que mencionamos, pero no deja de ser inquietante –al menos para algunos de nosotros- seguir preguntándonos qué fue lo que pasó. ¿Qué es entonces lo que ocasiona que un jugador anote o falle un penal?¿qué fue lo que sucedió con el jugador chileno Gonzalo Jara o el costarricense Bryan Ruiz? Más allá… ¿será que los penaltis son una cuestión de azar? No del todo. La ciencia nos puede ayudar a entender la historia detrás de cámaras y así, poder comprender algunas de las situaciones que acontecen durante estos tensos momentos.
Acosados por el estrés
¿En qué radica la dificultad de cobrar un penalti? Primero hay que imaginarse el escenario. La batalla es uno a uno, el atacante contra el portero, pero eso no es todo. La distancia entre ellos es de 11 metros donde se alza una portería de poco más de 7 metros de largo y casi 2.5 metros de alto. Se podría pensar que es una tarea fácil de cumplir porque digamos, no es que se esté requiriendo meter un gol a través de un ojal de aguja.
Pues bueno, existen estudios dentro de la ciencia del deporte (¡sí! hay todo un área de investigaciones en el tema), que han tratado de entender qué factores contribuyen a que los penaltis sean bien tirados o no. Se ha encontrado que los jugadores tienen básicamente 4 razones que influyen en su efectividad ante la situación. Entre las causas se ha señalado la forma en que el deportista maneja el estrés, su técnica individual para patear, el desgaste de su cuerpo después de 120 minutos de juego, así como el azar del portero al aventarse de un lado u otro. De todas éstas, es el componente psicológico el más relevante en la situación y el que al final determina la suerte de los penaltis.
Geir Jordet, profesor de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte, ha enfocado sus estudios junto con su grupo de investigación, al área de la psicología, el estrés y el futbol. Sus trabajos se han basado en el análisis de más de 30 años de videos, donde han estudiado varias copas del mundo y varias finales de la Eurocopa y la Copa América. Así, su equipo ha escudriñado desde 1978 la historia futbolística, estudiado más de 40 tiros penales y cuantificado más de 120 variables en cada tiro, con una gama desde el lenguaje corporal de un jugador hasta intervalos de tiempo en su rutina previa al disparo.
Han concluido por ejemplo, que aquellos jugadores que han recibido premios recientes o de aquellos que se puede decir son las estrellas de su equipo, tienden a desempañarse pobremente durante los penaltis. Esto se explica de la siguiente manera. Cuando un jugador está en una posición que se espera mucho de él, se crea una expectativa que tiende a convertirse en presión por la responsabilidad que implica, y de ahí la tendencia a fallar derivado del estrés. ¿Cómo creen que se siente ser el responsable de las esperanzas de un país? Pues nada fácil.
Pero aún hay más. También se ha encontrado que muchas veces los jugadores al sentir la presión de los penaltis, lo que hacen es tratar de escapar la situación y tirar lo más rápido posible. Así, estadísticamente se ha relacionado que entre más rápido se cobre un penal, más posibilidades tiene el jugador de fallarlo. Esto se puede constatar con Inglaterra, un país que tiene el puesto del peor tirador de penales, y en este caso, también uno de los equipos con jugadores que más rápido cobran este tipo de jugadas.
Si seguimos con el tema del estrés y sus efectos, miren estas otras estadísticas. Hay estudios que han determinado que un futbolista logra hacer un gol en el 92% de los casos en que hay un empate en el marcador y donde el gol en cuestión pone a su equipo a la delantera, pero el margen de acierto baja al 60% cuando fallar el penal implica su derrota. ¿Cómo ven? Así o más claro el papel del estrés en la mente de los jugadores.
Hasta aquí se ha contado la historia del tirador, pero qué pasa del otro lado, ¿cuál es el papel del arquero dentro de los tiros de penaltis?
Ave María dame puntería…
No sólo quien tira el penal la pasa mal, el portero también debe prestar atención a los movimientos del atacante y hacer todo lo posible por impedir que los goles entren a su portería. ¿Será que adivinar de que lado van a mandar el balón es una cuestión de suerte?
Un estudio realizado en Israel reportó que de un análisis de 286 penales efectuados, mostraron que los porteros que se lanzan a la derecha tenían un 12.6% de probabilidad de atajar el disparo; los porteros que se lanzaban hacia la izquierda tenían un 14.2% de oportunidad de parar el balón y finalmente los porteros que permanecían en el centro tenían un 33.3% de probabilidad de atajar el gol.
Entonces ¿por qué los porteros se tiran a un lado si tienen más del doble de oportunidad de tener éxito al no hacerlo? Según este estudio, la razón es evitar sentimientos de culpabilidad al aparentar no hacer nada. ¿Se imaginan? A poco no diríamos -¡ese portero al menos tendría que haber hecho el intento de lanzarse a un lado!
Por otra parte, siguiendo en esto de los estudios y aunque resulte increíble, se ha demostrado que inconscientemente se puede inducir al atacante a patear hacia el lado que el portero elija. Por ejemplo, con el simple hecho de que el guardameta se sitúe entre 6 y 10 cm alejado del centro de la portería (ya sea hacia el lado izquierdo o al derecho), puede influenciar al atacante. ¿Cómo es posible? Pues resulta que al crear una sensación de mayor área en unos de los lados, la mente del tirador elegirá el lado con mayor espacio libre.
¿Y ahora quien podrá salvarnos… un psicólogo?
Derivado de todas sus investigaciones, Jordet recomienda a los futbolistas concentrarse en lo que quieren hacer. Esto es que, visualmente hay que centrar la mirada hacia el lugar donde se quiere hacer llegar el balón y después, mantener esa imagen en la mente. Otras de sus recomendaciones incluyen dar al técnico la responsabilidad de decidir por los jugadores hacia donde tirar en miras de reducir el estrés de la situación.
Por eso tal vez, además de practicar los penaltis, los técnicos no deberían descartar el buen entrenamiento psicológico. Ahí está Noruega, quien está invirtiendo millones de euros en un programa a largo plazo para desarrollar una división de psicología en el Centro de Excelencia de Fútbol con miras a posicionar al país en torneos internacionales.
Entonces, tal vez ahora podamos decir que los penaltis son una cuestión que requiere algo más que suerte. Mientras tanto no estaría mal que México comenzar a explorar estas nuevas tendencias con seriedad, haber si así se nos hace.
*Centro de Investigaciones Tropicales. Colaboradora de la Dirección de Comunicación de la Ciencia.
** Estudiante de la Facultada de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, Veracruz.