Universidad Veracruzana

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PILAS Y BATERÍAS USADAS (¿Por qué acopiarlas?)

 

María Teresa Leal Ascencio

y Amy Yamilette Loeza Beureth*

En la actualidad es común observar, en cualquier medio de comunicación, programas que invitan a acopiar diferentes residuos. Aceptar dicha invitación implica tomarse la molestia de acumular a lo largo de un tiempo (que suele ser prolongado) un residuo en casa, transportarlo a un sitio de acopio y entregarlo generalmente a un desconocido, sin saber su destino final. ¿Tiene sentido todo ese trabajo? No dudes ni por un momento que así es, lo tiene y mucho.

Contaminación

Las pilas y baterías son aditamentos que brindan energía eléctrica a un sinfín de aparatos, por ello se producen en formas y características muy variadas. Contienen metales que guardan la energía, así como electrolitos, que son los que mueven dicha energía. Una vez que su vida útil termina se convierten en residuos, de los cuales los mexicanos generan un promedio de 13 piezas al año.

Por la falta de sitios de disposición de residuos sólidos urbanos (basura) adecuados, alrededor del 50% de pilas y baterías llega a los tiraderos a cielo abierto, donde no es posible proteger el suelo, el aire o el agua de las sustancias que contienen. Las pilas pueden ser desechables o recargables, habiendo una diferencia muy marcada en la toxicidad que tienen unas y otras.

Las pilas de fabricación más tradicional pueden ser de toxicidad muy alta si contienen cadmio, plomo o mercurio; mientras que las recargables pueden ser relativamente inocuas por el tipo de metales que usan, como hierro, zinc o manganeso, e incluso pueden ser residuos valiosos si tienen metales de precio elevado como cobre, plata o cobalto.

Se calcula que en los últimos años se han liberado cerca de 1200 toneladas de mercurio, así como 145000 toneladas de manganeso provenientes de pilas y baterías. No cabe duda que con el paso del tiempo se ha reducido la toxicidad de estos dispositivos, sin embargo hay una excepción en este sentido proveniente de los fabricantes asiáticos, dado que sus productos, especialmente los de China, representan mayor peligro (por la toxicidad del mercurio que contienen), menor calidad (por la durabilidad del material de fabricación), mayor costo (porque su vida útil es muy corta) y, adicionalmente, se convierten pronto en material de desecho.

Beneficio

Cuando las baterías o pilas son tiradas junto con los residuos caseros, se acelera un proceso de corrosión que lleva finalmente a que estos productos tan comunes en la vida diaria liberen hacia el ambiente los metales y otras sustancias dañinas que los conforman, con el consecuente daño para agua, suelo, aire y organismos vivos. En los basureros son frecuentes los incendios, eventos que también aceleran la liberación de tales elementos tóxicos.

Si bien en nuestro país hay un solo lugar, ubicado en Mina, Nueva León, al que se puede llevar a almacenamiento final los residuos peligrosos que generamos, como son las pilas y baterías, también ya existe la posibilidad de reciclar los metales y electrolitos que éstas presentan, con un beneficio económico, social y ambiental para todos.

¿Cómo ayudar a que esta clase de reciclaje sea una realidad en nuestro país? No es para nada difícil. En cuanto uno desecha una pila, debe ser guardada en forma segura, en un frasco grande, con tapa, lejos del sol y de la humedad, para tratar de conservarla entera en la medida de lo posible.

En el caso de que alguna pila esté derramando líquido, se recomienda colocar en el fondo del recipiente contenedor un poco de papel absorbente, para resguardar dicha sustancia hasta la entrega del recipiente a la autoridad. Así, tomando las debidas precauciones, se acumula lo que se va desechando en el hogar y en cuanto se sabe de un programa de recolección se entrega lo reunido, con el consecuente provecho para la comunidad.

Exhorto

A partir de 2015, por cambios en la ley, los ayuntamientos son ahora responsables del acopio de pilas y baterías, así como de la promoción del transporte de lo almacenado hacia las empresas recicladoras o el almacenamiento final en Mina, Nuevo León. No obstante, pese al nuevo reglamento y los avances obtenidos en materia de reducción de toxicidad, estos aditamentos siguen siendo residuos peligrosos.

Para el caso de Xalapa, las pilas se pueden depositar en todo momento, mediante la entrega de un simple oficio dirigido a CMAS (Comisión Municipal de Agua Potable y Saneamiento), en cubetas de 19 litros, tapadas, libres de basura u otros residuos, en sus oficinas de la Av. Miguel Alemán. Uno puede estar seguro de haber cumplido su deber como ciudadano al no permitir que el uso extendido de pilas y baterías tenga un impacto ambiental, social, económico mayor al que ya posee.

El presente trabajo es un exhorto a reducir el número de pilas que desechamos; que nuestra aportación individual a este tipo de contaminación no siga creciendo. Es importante asimismo, analizar nuestro comportamiento para determinar cómo podemos disminuir la generación de estos residuos.

Es cierto que el uso de pilas y baterías es común y amplio, mas ello no significa que sea apropiado. En contraparte, las pilas recargables representan una verdadera alternativa sustentable, así como el uso de energía directamente de la red casera. Cuidemos nuestro ambiente, pues es una forma magnífica de cuidarnos a nosotros mismos.

 

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*Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad-Xalapa, UV.

Correos: tleal@uv.mx y loeza@uv.mx

Ilustración: Francisco J. Cobos Prior

Dir. de Comunicación de la Ciencia, UV

dcc@uv.mx

 

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