Universidad Veracruzana

Skip to main content

EL TIEMPO ES INFIEL A QUIEN ABUSA DE ÉL (Reconsiderar el cambio de horario)

 


036-cyl-el-tiempo-es-infiel-tituloElvira Morgado*

Las luces se apagan y yo no puedo ser salvado. Así comienza una de las más bellas canciones de la banda británica Coldplay, ¡y vaya que tiene razón! Los humanos nos adaptamos para realizar nuestras actividades durante el día, y estamos fisiológicamente preparados para descansar durante el periodo de oscuridad.

Los periodos de luz y oscuridad (fotoperiodo) propiciados por los movimientos de rotación y traslación de la Tierra (los que generan el día y la noche y las estaciones del año, respectivamente) no son iguales en el globo terráqueo. Entre más cerca esté un lugar a la línea delclock-359984 Ecuador, menor variabilidad tendrá su fotoperiodo, es decir, sus días y noches tendrán casi la misma duración a lo largo de las estaciones. Pero, los sitios lejanos a dicha línea, ya sean cercanos al Polo Norte o al Polo Sur, tienen verdaderas diferencias en la duración de sus días y noches, teniendo largos periodos de oscuridad durante el invierno y largos periodos de luz durante el verano.

La búsqueda de prolongar el periodo de luz ante la creciente exigencia de nuestras actividades laborales y sociales originó el uso de las velas y otros artefactos, hasta llegar al uso de la energía eléctrica. Con este invento aunque la luz solar se apague, no podemos ser salvados de continuar con el trabajo o con actividades de entretenimiento.

Origen del cambio de horario

Una estrategia para prolongar el periodo de luz de “manera natural” es el tan conocido cambio de horario, que consiste en adelantar una hora cuando inicia la primavera y atrasarla al inicio del otoño. Los países nórdicos tienen el razonamiento de que el cambio de horario permite proveer un acoplamiento entre las horas de luz solar con los picos de la actividad de la población.

036-cyl-balazo-01En 1784, el político y científico estadounidense Benjamín Franklin publica una carta donde cuenta que los parisinos ahorraban velas levantándose más temprano. Franklin no proponía el cambio de horario como tal, solo apoyaba a su proverbio “Temprano a la cama y temprano al despertarse, vuelve al hombre saludable, rico y sabio”.

En 1907, el inglés Willian Willett propone el corrimiento de las horas inspirado en un madrugador paseo a caballo un día de verano. Le afligió pensar que muchas personas dormían mientras podrían disfrutar de un buen periodo de iluminación. Su propuesta no se aplicó de inmediato en Inglaterra.

El primer horario de verano fue empleado por Alemania y países aliados durante la Primera Guerra Mundial, con la finalidad de ahorrar carbón. A partir de ahí, muchos países han realizado propuestas, ajustes y derogaciones. En México se empezó a usar de manera intermitente desde 1942 y en 1996, Salinas de Gortari decreta la aplicación oficial del Horario de Verano en la República Mexicana.

El cambio de horario es controversial porque involucra factores ambientales, fisiológicos y económicos. Aunque suene simple el hecho de mover una hora nuestro reloj y dejar que la vida continúe; o como muchos opinan, que es un movimiento que se da dos veces al año, año tras año, al cual deberíamos estar acostumbrados y dejar de quejarnos cada vez.. no es tan fácil.

036-cyl-ilus-01

Efectos en la fisiología y conducta

Bien dice el soneto “Tiempo” de Renato Leduc: sabia virtud de conocer el tiempo. Gracias a la cronobiología (estudio de los ritmos biológicos) podemos entender por qué para muchos el cambio de horario es tan molesto. Pues bien, primero debemos comprender que el tiempo en los organismos se gobierna por relojes biológicos internos, es decir, estructuras anatómicas que tienen la función de marcar el tiempo en el cuerpo.

La principal estructura que funciona como reloj está en nuestro cerebro, se llama núcleo supraquiasmático, y su principal dador de tiempo es la información lumínica percibida por los ojos. Así, procesos fisiológicos (como la secreción de hormonas) y conductuales (como el sueño) tienen una ritmicidad circadiana, es decir, se repiten casi cada 24 horas.

Los equinoccios y solsticios tienen variaciones lumínicas que son amortiguadas por los relojes biológicos, porque son necesarias para la adecuación y preparación fisiológica de los organismos, para afrontar las variaciones climáticas que cada estación provee.

Mover el reloj biológico no es tan fácil como lo es mover el reloj mecánico. Ajustar todos los procesos biológicos a una nueva hora es una tarea que toma su tiempo y depende de los hábitos de cada individuo.036-cyl-balazo-02

La frase que intitula a este artículo es del escritor italiano Metastasio, considerado el autor de libretos de ópera más importante del siglo XVIII. Desde aquellos años, este intelectual vislumbraba los efectos que conlleva hacer un mal uso del tiempo.

Realizar actividades durante la fase de descanso, o adelantar nuestras horas sea por un cambio de horario estratégico o por viajar a través de diferentes husos horarios, conlleva a una alteración en la temporalidad de los procesos fisiológicos y conductuales. Estas alteraciones causan disminución del tiempo de sueño, déficit de atención y déficit de memoria.

Diversos estudios reportan un aumento de los accidentes automovilísticos como consecuencia del déficit de atención y de la somnolencia que se manifiesta en la primer semana del cambio de horario. Aunque, en controversia, también se reporta una reducción de dichos accidentes gracias a la mayor luminosidad de la que se goza. Son más consistentes los reportes que indican una reducción de la depresión de invierno en los países nórdicos.

clocks-1098080Desde el punto de vista de la cronobiología, los cambios de horario en la realización de las actividades no son benéficos para el buen funcionamiento del organismo, aunque nuestro sistema de relojes tenga la capacidad de amortiguar estos cambios y permitir la reprogramación de la temporalidad interna.

Sin embargo, cada día se incrementan las jornadas de trabajo por la necesidad de producir más, debido al consumismo de la sociedad moderna. La población económicamente activa reduce cada vez más el tiempo para actividades de esparcimiento e interacción social, generando un estrés fisiológico crónico que deriva en diversas enfermedades.

Cultura por el ahorro y el uso eficiente de la energía

En los países más cercanos al Ecuador, como México, donde los cambios del fotoperiodo a lo largo de las estaciones del año no es tan evidentemente, la justificación para el cambio de horario se da con respecto al ahorro de energía eléctrica. Sin embargo, no hay reportes científicos que lo soporten, las instancias gubernamentales afirman que hay una reducción, pero los reportes empresariales afirman lo contrario.

Tal vez sea el momento de reconsiderar al cambio de horario como una estrategia de ahorro de energía y en su lugar, considerar una legislación que promueva la reducción de plásticos de uso banal como los popotes, las bolsas plásticas del supermercado, los utensilios desechables, etc. Así se ahorraría energía de un modo más sano con el ambiente y con la salud, sin necesidad de alterar el tiempo en nuestro cuerpo. A propósito del tema, se deja esta frase de Franklin para reflexión: ¿Amas la vida? No desperdicies el tiempo porque es la sustancia de que está hecha.

Descargar versión impresa

*Investigadora de la Facultad de Biología UV

Correo: emorgado@uv.mx

 

Edición: Eliseo Hernández Gutiérrez

Formación: Francisco J. Cobos Prior

Dir. de Comunicación de la Ciencia, UV

Correo: dcc@uv.mx

Enlaces de pie de página