En este número ofrecemos a nuestros lectores un tema que, si bien hoy es obligado, de pronto quisiéramos dejar de lado y enfocarnos en algo diferente a lo que nos aqueja. Pero la difusión de la ciencia es nuestro cometido y somos conscientes de que la información veraz, los estudios sustentados sobre la base de la investigación es lo único que puede salvarnos de esa vorágine de datos que nos tiene prisioneros y que nos hace emitir juicios a veces sin fundamento; ante las redes sociales todos somos espe- cialistas y argüimos verdades rotundas muchas veces equivocadas. Entonces, historizar cómo se han desarrollado las ciencias médicas, valorar en su justa dimensión el azar o la casualidad respecto de la metodología y la causalidad nos llevará a reconocer que la serendipia sin intelecto es insustancial.
Les agradecemos que compartan con sus amigos, familia y a todos los interesados.
Gracias por seguir nuestras redes sociales:
Facebook: @LaCienciayelHombre
Twitter: @Ciencia_Hombre