05/09/2024, Xalapa, Ver., La presencia de fauna silvestre en el entorno urbano es un hecho cotidiano, sobre todo, cuando se vive un crecimiento de la mancha urbana que está generando el desplazamiento de los hábitats naturales de las especies y cuando la acción humana está propiciando la introducción de especies exóticas. Por lo tanto, saber actuar ante un encuentro es de gran importancia, pues, es en las acciones cotidianas donde se cimienta la conservación. “Libres y salvajes” es uno de los lemas que guía el trabajo de la Asociación Civil “Regalemos un Paraizoo, A. C.” y que, en colaboración con el Centro de Investigaciones Tropicales, ha venido utilizando las Unidades de Manejo CITRO-UV: el Orquidario y el Agrobosque Universitario Kaná, para la reinserción de ejemplares a la naturaleza.
El pasado lunes 2 de septiembre de 2024, el Orquidario – UV recibió a tres ejemplares: dos serpientes Falsa coralillo (Geophis sartorii) y un ave Totocalca o Rascón nuca canela (Aramides albiventris). Rafael Bravo y Gian Carlos Landa Morales, integrantes de “Regalemos un Paraizoo, A. C.” fueron los encargados de atender este proceso, desde la recepción de los reportes ciudadanos de estos ejemplares hasta su liberación en el sitio elegido. Así es como, en compañía de integrantes del Orquidario, reintegraron el ave a su hábitat de humedal y a las serpientes al entorno del bosque de niebla. A partir de la colaboración del CITRO con la A.C. y gracias a la gestión de la Dra. Rebeca Menchaca, tanto el Agrobosque como el Orquidario han sido sede de alrededor de diez liberaciones, con especies como serpientes, cacomixtles, tlacuaches, aves de zonas de humedal, una tortuga tres lomos, tortugas casquitos, ardillas y colibríes.
La historia de “Regalemos un Paraizoo, A. C.” contada en voz de su presidente y fundador, el biólogo Rafael Bravo Araujo, narra cómo una iniciativa ciudadana, surgida hace 10 años en el contexto de animales domésticos, se ha transformado a lo largo del tiempo por la emergencia de las propias realidades, hasta su consolidación formal en 2020. Hoy en día, esta Asociación se conforma de un grupo multidisciplinario de 25 personas voluntarias, provenientes de carreras como biología, veterinaria y otras, que forman parte de la comunidad estudiantil de la Universidad Veracruzana, institución en cuyas paredes se gestó y se sigue nutriendo esta iniciativa a través de la formación universitaria de sus integrantes. El objetivo de este grupo es la atención a todo tipo de fauna silvestre, mediante la recuperación, rehabilitación y reintegración de especies; además de otro tipo de acciones que van de la mano de la conservación, como la educación ambiental y acciones en materia de derecho ambiental. Operan en Xalapa, principalmente, pero también en todos los municipios del estado de Veracruz e, incluso, cuentan con colaboraciones nacionales.
La participación ciudadana es clave para el éxito en esta labor de conservación. Su protocolo de trabajo involucra la recepción del reporte ciudadano a través de sus redes sociales o el turno de alguna institución colaboradora; verificar su posible estatus en la NOM o alguna categoría de riesgo; comunicarse con la PROFEPA para actuar dentro del marco jurídico -de acuerdo a la Ley Federal de Vida Silvestre-; la revisión médica del ejemplar para su evaluación y atención (vigilando liberar ejemplares sanos); seleccionar el sitio de liberación entre áreas naturales protegidas, áreas privadas para la conservación o unidades de manejo y; finalmente, proceder a la liberación. La red de colaboración institucional de la Asociación involucra el Cuerpo de Bomberos, Protección Civil, e incluso, la reciente Brigada de Vigilancia Animal a cargo de la Policía Municipal de Xalapa; en acciones que han llegado a diferentes puntos del estado.
Lo más importante en el enfoque de la conservación que plantea “Regalemos un Paraizoo, A. C.” es asumir que se vive un momento en que los esfuerzos de conservación deben ser cuestionados y analizados a profundidad y en que su práctica se ve atravesada por temas culturales, económicos y políticos. Estas aristas y otras atraviesan las condiciones actuales de la fauna, de modo que en la medida en que se comprendan las relaciones se podrán consolidar esfuerzos más sólidos de conservación, alejados de del sensacionalismo y afectaciones por malos manejos y desinformación que son tendencias, por ejemplo, en redes sociales. “Deben repensarse y reconstruirse los objetivos de la conservación a la luz de las prioridades y retos actuales” señala Bravo, apostando por aumentar los recursos y energía puestos en la conservación in situ, y a “que nuestra labor atienda a los tiempos y necesidades de la fauna”.
Los frecuentes avistamientos de zorra gris en Xalapa, que se acercan a la ciudad en busca de recursos, o el caso de una Cascabel pigmea mexicana (Crotalus ravus) que llegó a Xalapa en un camión de alimentos desde Sonora, son ejemplos de las situaciones que amenazan a la fauna silvestre, como la desinformación, la pérdida del hábitat, el desplazamiento de especies, el tráfico ilegal y las prácticas de especies en cautiverio, la proliferación de especies exóticas que escapan, entre mucho más. Ante todo ello, Bravo reitera que “es el por qué lo que nos debería interesar”.
Si estás interesad@, puedes contactar a “Regalemos un Paraizoo, A. C.” a través de sus redes sociales en Facebook, Instagram, X (antes Twitter), Tik Tok y WhatsApp al número 228 410 76 69. Si tienes un encuentro con fauna silvestre, contáctales con un mensaje en que indiques la ubicación y características del animal y, de preferencia, envíes alguna fotografía o video del mismo. Ell@s te sabrán orientar en, si es venenoso o no, si lo más adecuado es que le permitas el libre paso siempre y cuando su integridad no corra riesgo ante la presencia de perros y gatos o, si es necesaria su intervención. En palabras de Rafael Bravo, “es importante unirnos a esta ola de educación ciudadana, con la conciencia de que su presencia en nuestras vidas no es una amenaza, ni se trata de seres peligrosos y extraños que deben ser extraídos. Nuestra mancha urbana ha llegado a invadir sus espacios, por eso, debemos aprender a coexistir”.
Créditos de fotografías: Rebeca Menchaca y Belinda Contreras.