- El conocimiento tradicional acumulado por años está dejando de ser funcional, y las comunidades tienen que irlo transformando a marchas aceleradas por efectos del cambio climático
- Belinda Contreras Jaimes, adscrita al Citro-UV, ofreció charla en el IV Coloquio de Estudiantes de LASA-Xalapa
José Luis Couttolenc Soto
Fotos: César Pisil Ramos y cortesía Belinda Contreras
05/12/2024, Xalapa, Ver.- Especialistas del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV) trabajan en el mejoramiento del uso de la metodología del calendario como herramienta pedagógica de acompañamiento socioecológico, así lo dio a conocer Belinda Contreras Jaimes, adscrita a esa entidad universitaria.
La Doctora en Ciencias de la Sostenibilidad fue conferencista en el IV Coloquio de Estudiantes de la Licenciatura en Agroecología y Soberanía Alimentaria (LASA) de la Universidad Veracruzana Intercultural (UV-Intercultural), ante quienes ofreció la conferencia “Calendarios para la comprensión de los sistemas alimentarios”.
Dijo que en México se tiene una tradición de calendarios como el maya y el azteca, entre otros, que corresponden a una concepción cíclica de los procesos agrícolas comunitarios con elementos espirituales.
Recientemente, son utilizados en procesos de monitoreo comunitario, de diagnóstico, como herramienta de investigación y acción participativa, por lo que como investigadores le están dando un enfoque de incidencia y educativo.
Aclaró que no es el calendario típico con fechas de siembra y cosecha, porque un año no es igual que otro; en cambio, los sistemas alimentarios no son fáciles de entender, sobre todo si se tiende a fragmentar el suelo, la semilla, la plaga o el clima.
“El calendario nos ayuda a integrar y entender que todo es un sistema, que hay procesos y relaciones, y cuando gráficamente se ponen los elementos que constituyen un fenómeno, se empiezan a establecer relaciones con las que se llega a otro nivel.”
Como ejemplo mencionó que para los nahuas el año no tiene cuatro estaciones, sino tres épocas: la de calor o secas, la de lluvias y la de frío.
Indicó también que como parte de un proyecto de la organización People and Plants International (PPI), se desarrollan trabajos en la sierra de Zongolica, en el estado de Veracruz, así como en el altiplano potosino, con las comunidades purépechas de Michoacán, y en regiones urbanas del norte de México y Xalapa.
“Como parte de este tránsito, descubrimos los calendarios y hemos profundizado en su estudio, lo que nos ha permitido darnos cuenta de que son una herramienta poderosa que tenemos hoy en día.”
Para concluir su participación, consideró que el calendario es la herramienta que ayudará a hacer palpables los cambios, ver qué está pasando, ayudar a la resiliencia, a gestionar y a construir respuestas.
En el segundo y última día de actividades, desarrolladas en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI), se abordaron los temas: Agrobosque Kaná; Orquidario Universitario; Protección del patrimonio biocultural en la comunidad de Chavarrillo, Veracruz: un enfoque integral de educación ambiental para la conservación sostenible de las selvas; El cultivo de hongos comestibles para la soberanía alimentaria de la población que vive en las colonias aledañas al parque lineal Quetzalapan Sedeño.
Polifonías cafetaleras; narrativas sentipensantes desde la comunidad de El Recreo, Juchique de Ferrer; Revitalización de cafetales mediante estrategias agroecológicas que contemplan diversificación de cultivos, valor agregado al grano y trabajo colaborativo evitando así el cambio de uso de suelo en los cafetales de la Laguna de Farfán.
También, manejo sustentable en el agroecosistema de maracuyá en la comunidad de Coyolillo, Actopan; Transición agroecológica del agroecosistema de sandía como alternativa de cultivo en Hato de la Higuera, Puente Nacional; Manejo agroecológico y prácticas tradicionales en cafetales bajo sombra para la conservación de la biodiversidad y mejora de la fertilidad del suelo en la localidad de Xomotla, Alto Lucero.