Este día para recordarnos la importancia de proteger las abejas (y los otros polinizadores) pero sobre todo insistir a quienes toman decisiones políticas. Recordarlos la contribución sustancial de las abejas a la seguridad alimentaria y a la conservación de la biodiversidad. Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los colibrís, los murciélagos, permiten la reproducción de muchas plantas, incluidos los cultivos para alimentación. Son indispensables para la conservación de la biodiversidad, nos avisan de los riesgos ambientales, indicando la salud de los ecosistemas locales.
Las abejas son el principal polinizador, al llevar el polen de una flor a la otra, las abejas aseguran una producción más abundante y diversa de frutos y entonces, así como mejorando la calidad. Un 35% de la producción de alimentos está más o menos condicionada por la polinización. Las abejas son un factor de producción de los sistemas agrarios y contribuyen a la seguridad alimentaria. Por otro lado, el papel de las abejas en la polinización de la flora espontánea hace que se consideren una piedra angular en la conservación de la biodiversidad (vegetal e indirectamente animal) y el equilibrio de los ecosistemas. Además, las abejas producen la miel, nos endulzan la vida, aspecto que podemos apreciar particularmente estos días de gris confinamiento.
Las medidas de protección para las abejas, y prácticas recomendadas para los agricultores y los gobiernos son:
- Reservar algunas zonas como hábitat natural.
- Crear barreras vegetales.
- Reducir o modificar el uso de pesticidas.
- No tocar los lugares de anidación.
- Cultivar cosechas atractivas alrededor del campo