La industria cárnica es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector cárnico emite más gases de efecto invernadero que todo el transporte mundial junto (14,5% del total de emisiones). Otra publicación más reciente, el Livestock and climate change de Goodland y Anhang, concluye que a nivel mundial el ganado y sus subproductos emiten el 51% del total de gases de efecto invernadero.
Estados Unidos, México, Alemania y Canadá ya han publicado sus estrategias climáticas para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, en las que no se incluyen:
- Acciones restrictivas y educativas.
- No se plantea el transito hacia dietas sostenibles y saludables.
- Medidas regulatorias relacionadas con la reduccion de las emisiones de la industria carnica.
Las propuestas que se incorporaron como medidas vinculadas a reducir de forma indirecta los gases producidos por la ganadería son,
- La reforestación
- Aforestación e implementación de agroforesterias
- Aplicación de nuevas técnicas de cultivo
- Cambios en las dietas de los animales
- Empleo de biomasa
- Minimizar las pérdidas de carbono por desastres naturales
Cada país aspira a objetivos diferentes en sus estrategias contra el cambio climático de cara al año 2050. Estados Unidos pretende reducir al menos el 80% sus emisiones de gases de efecto invernadero respecto a las del año 2005. México espera disminuir sus emisiones un 50% respecto a las del año 2000. Alemania tiene como objetivo conseguir la neutralidad en sus emisiones. Y Canadá se compromete a reducirlas en un 80% respecto a los niveles del año 2005.
Según una investigación sueca desarrollada por expertos de la Universidad Tecnológica de Chalmers, es necesario reducir el consumo de carne procedente de rumiantes (vacas y corderos) en un 50% o más para hacer frente a las demandas del Acuerdo de París.
Otro estudio, realizado por científicos de la Universidad de Cambridge y publicado en la revista Nature Climate Change, concluye, que como máximo se deberían consumir 170g de carne roja y 5 huevos a la semana para conseguir los objetivos de mitigación de gases de cara al año 2050.
En la Oxford Martin School, un grupo de investigadores ha predicho, mediante modelos de simulación informáticos, que si todo el planeta llevase una dieta vegetariana se reduciría en un 63% las emisiones relacionados con la producción de alimentos y un 70% si se siguiese una dieta vegana.
La Organización Mundial de la Salud también apoya la reducción del consumo de carne por cuestiones de salud, y recomienda consumir como máximo 500g semanales de carne roja y no comer carne procesada, ya que aumenta los riesgos de padecer cáncer.
«La industria cárnica es uno de los sectores que más contribuye al cambio climático. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector cárnico emite más gases de efecto invernadero que todo el transporte mundial junto (14,5% del total de emisiones).»
Informes del World Watch Institue, basados en estadísticas de la FAO, datan que la ganadería emplea más del 30% de la superficie de la tierra, en su mayor medida para pastizales y el 70% de los terrenos agrícolas. Para producir un 1kg de carne de vaca, se necesitan más de 15.000 litros de agua, para la de cerdo unos 8.000 litros y la de pollo más de 4.000 litros. En total, el 20% del agua consumida en el planeta se emplea para la producción de pienso.
Según la FAO, entre 2010 y 2020 la ingesta mundial de carne habrá aumentado más de un 28%, el de leche más de un 24% y el de huevos más de un 30%. Cifras alarmantes, que reflejan la indiferencia política y el desconocimiento social respecto al consumo de carne y sus subproductos.
Próximamente, se publicarán el resto planes de acción climática de los países que forman parte del Acuerdo de París, y quedará establecida la hoja de ruta mundial para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
FUENTE: https://www.ecoticias.com/co2/133018/Conoce-graves-consecuencias-ambientales-consumo-carne