Desde sus orígenes la Universidad Veracruzana se ha comprometido con las actividades artísticas. En este contexto los Talleres Libres de Artes (TLA) y la Dirección General de Difusión Cultural son dependencias que tienen muy claramente diferenciadas sus funciones, pero que se articulan para impulsar la formación y difusión de las actividades artísticas y culturales en todas las regiones universitarias de esta casa de estudios, estableciéndose los Talleres Libres de Artes en Coatepec, Naolinco de Victoria, Veracruz, Poza Rica, Papantla y Coatzacoalcos.
La primera dependencia inició en 1963, en Xalapa, e inició sus actividades con una matrícula aproximada de 18 alumnos y una planta docente constituida por cuatro maestros. En esta etapa de los talleres, se difunde la educación no formal. Ante la evolución de los programas que regían a la universidad, los Talleres Libres de Artes se fueron modificando, aumentando la plantilla de maestros y el estudiantado. Haciendo los programas mas sistemáticos, con materias teóricas y practicas, fue un espacio idóneo para difundir la educación no formal, encausada a despertar el interés de los universitarios y del publico en general en el conocimiento y la práctica de las bellas artes.
En la región Coatzacoalcos-Minatitlán, operó entre 1977 a 1993 para posteriormente desaparecer. En esos años se impulsaron las actividades con talleres de Serigrafía, Escultura, Pintura y Danza Folclórica, con los maestros Gaudencio Hernández y Rosa Elena de la Barrera.
En 1976, siendo director de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana Carlos Jurado del Mar, se le propuso al rector Roberto Bravo Garzón, la descentralización de las artes a través de la creación de talleres ambulantes en las ciudades de Coatzacoalcos, Poza Rica, Veracruz y Córdoba. Para este proyecto, se le asignaron cuatro plazas a dicha facultad, designando a Gaudencio Hernández Rodríguez a Coatzacoalcos, para dar inicio al Taller Libre de Artes.
El delegado regional, Euberto Enríquez Arjona, destinó un espacio de la Facultad de Ciencias Químicas, donde se empezaron a impartir talleres de fotografía, serigrafía y escultura. Como los salones no eran suficientes, dado a que en ese mismo sitio se impartía el propedéutico, se solicitó el apoyo del presidente municipal de Coatzacoalcos, Marco Antonio Castellanos, quien giró instrucciones para que el TLA ocupara el edificio donde inició la Universidad Veracruzana, en la calle Colón, frente al río; y dispuso también que en el penal de Palma Sola se fabricara el mobiliario necesario para la realización de las actividades artísticas.
El primer grupo del Taller Libre de Artes en la región lo formó Gaudencio Hernández Rodríguez. Para la exposición de sus trabajos, el gobierno municipal, a través de su presidente, Marco Antonio Castellanos, facilitó como galerías las instalaciones del cine Juárez, así como el hotel Margón. Para reforzar estas actividades, se invitó a varios artistas plásticos para que expusieran sus obras en Coatzacoalcos, como la pintora Leticia Ocharán y Jorge Castro, mientras que Gaudencio Hernández pintó un mural en la planta baja del palacio municipal.