Adelantos
Buzo Flores, María Guadalupe. Mirada en torno a las artes plásticas. Siglo XX. Biblioteca, UV, Xalapa, Ver., 2009.
Toda mirada implica trayectorias oculares que, lejos de ser erráticas o caprichosas, son altamente funcionales y obedecen a factores determinantes de orden cognitivo y motivacional. De acuerdo con los estudiosos de la percepción, el interés de la mirada hacia lo complejo e informativo tiende a resultar preferencial. La mirada en torno a las artes plásticas en Xalapa en el siglo XX que aquí se propone, ha privilegiado de algún modo esa modalidad perceptiva, es decir, se ha detenido en aquellas imágenes que resultan informativas siguiendo como motivación particular mostrar un panorama variado y nutrido de obras que obedecen a diversas concepciones y momentos.
El texto tiene como finalidad dejar una constancia escrita de algunos aspectos relacionados con el panorama cultural en Xalapa en distintos momentos significativos del siglo XX y así, situar el devenir de las artes plásticas. Cabe señalar que, esta primera mirada a la producción plástica en Xalapa no prescinde de la relación con los acontecimientos históricos. Por tanto, ha sido abordada como una descripción sistemática que abarca fuentes diversas que comprenden una detallada revisión hemerográfica y bibliográfica, así como algunas entrevistas.
Esta investigación consta de cinco capítulos: “La plástica en Xalapa en el contexto cultural urbano” es un repaso por la atmósfera cultural de la ciudad desde principios del siglo XX, con el fin de precisar ciertos cambios en el crecimiento urbano que dieron lugar a la diversificación de oferta de bienes y servicios culturales promovidos, principalmente, por la Universidad Veracruzana, así como a la creación de nuevos espacios para la cultura financiados por distintos organismos gubernamentales.
“La interrelación de la producción plástica y los organismos públicos” tiene como propósito fundamental una revisión de la obra mural y escultórica más significativa en la ciudad en la segunda mitad del siglo XX, con el fin de ilustrar la orientación simbólica nacionalista de dicha producción. Una mención particular merece el trabajo que iniciara el escultor japonés Kiyoshi Takahashi que se orientó a la abstracción y que habría de continuar y consolidar uno de sus alumnos, Rafael Villar.
“Hacia la profesionalización de las artes plásticas” inicia en 1974, año de la creación de la Facultad de Artes Plásticas. La obra producida por maestros y alumnos respondió a la inquietud de la experimentación y del uso de “tecnología alternativa” y se presentó en los sucesivos Concursos Nacionales para Estudiantes de Artes Plásticas, en galerías de Xalapa y de la Ciudad de México. El Instituto de Artes Plásticas inaugurado en 1978, dio cabida a egresados de la facultad y su obra ha sido promovida por la Universidad Veracruzana.
“La difusión de las artes plásticas” comprende dos aspectos: una revisión de los espacios para la exhibición de obra y el papel de los medios de difusión. Dado que en 1966 sólo se contaba con una pequeña galería, las necesidades resultantes de la profesionalización y el intenso desarrollo cultural que se dio en Xalapa en los años setenta dieron como resultado el surgimiento de galerías institucionales e independientes, mientras que la difusión impresa fue cubierta por los diarios locales como nota social y no se puede afirmar que se haya tratado de una crítica de arte.
“Siete protagonistas” es una selección que se sugiere ilustrativa de la obra, el ideario y las propuestas visuales predominantes en la producción plástica. Se eligió la obra fotográfica de Carlos Jurado, preferentemente en la que incorporó la “tecnología alternativa”. La pintura de Myra Landau con un lenguaje abstracto, un tanto lírico. La pintura de Fernando Vilchis, por tratarse de un destacado promotor de las artes y artista prolífico. La escultura de Rafael Villar, por ser un maestro con trayectoria que consiguió consolidar la neoabstracción en la enseñanza de la escultura. La obra gráfica de Leticia Tarragó, por haber sido quien ilustró las portadas de la revista Tramoya a lo largo de quince años y por ocupar un destacado papel en el mercado del arte local, nacional e internacional. La serigrafía de Javier Puchetta, por considerarlo el prototipo del artista formado en el modelo propuesto por la Facultad de Artes Plásticas, fiel a la neofiguración. Y por último, la fotografía de Miguel Fematt, quien dejó atrás el pictorialismo para llegar a una poética personal más formalista que destaca por su tratamiento del desnudo masculino.
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