Presentación
Quiero agradecer a las y los autores del presente número del boletín Ambiente PAI por sus interesantes textos, reflexiones y, sobre todo, invitaciones para actuar, para repensar nuevas formas de estar en el espacio universitario al momento de poder retornar a actividades, nunca normales, sino nuevas y necesariamente creativas.
Hoy, nuestro planeta atraviesa por una crisis ambiental sin precedentes, lo que algunos autores plantean como una crisis civilizatoria, que proviene de una forma de vida basada en el consumo irreflexivo y en las consecuencias que ello conlleva. Un reporte del Grupo Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-FOOD) [1] señala que la agricultura industrializada contribuye globalmente entre un 19 y 29% de los gases de efecto de invernadero y consume el 70% del agua extraída de acuíferos, arroyos y lagos, a menudo a tasas insostenibles.
Hoy, los alimentos en promedio viajan alrededor de mil kilómetros para llegar a nuestras mesas y muchos de ellos son procesados y ultraprocesados. Según el informe, esta forma de producción y consumo ha llevado a que haya en nuestro planeta dos mil millones de personas con deficiencia en micronutrientes y 1900 millones con problemas de sobrepeso y obesidad.
Como ejemplo, en nuestro país, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2018 [2], el 35.6% de niños entre 5 y 11 años presenta problemas de sobrepeso y obesidad, al igual que un 35.8% para el caso de jóvenes entre 12 y 19 años. Un problema serio, dado que estamos comprometiendo la calidad de vida de nuestros niños y jóvenes.
El SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, ha evidenciado que estas formas de estar en el planeta nos ponen en alto riesgo y que no hay vuelta atrás, si no actuamos de una forma diferente a lo que hemos hecho hasta ahora. Un panel de expertos, reunido en la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) [3], señala que:
- de 540 000 a 850 000 virus desconocidos en la naturaleza aún podrían infectar a las personas;
- se pronostican pandemias más frecuentes, mortales y costosas; y
- los impactos económicos actuales son 100 veces el costo estimado de la prevención.
Peter Daszak, líder del taller que generó este informe, señaló que no hay gran misterio sobre las causas de la COVID-19 u otras pandemias similares [4]:
Las mismas actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan riesgo de pandemia a través de sus impactos en nuestro medio ambiente.
- cambios en la forma en que usamos la tierra;
- la expansión e intensificación de la agricultura; y
- el comercio, la producción y el consumo insostenibles, que perturban la naturaleza y aumentan el contacto entre la vida silvestre, el ganado, los patógenos y las personas.
Los expertos coinciden en que es posible escapar de la era de las pandemias, pero que esto requerirá un cambio radical en el enfoque de la reacción a la prevención.
La prevención, por lo tanto, implica nuevas formas de ver nuestra salud, la cual no puede estar desvinculada de la salud de los agroecosistemas y para ello debe darse un cambio radical en las formas de producción y consumo. Es un tema que se debe convertir en prioridad en nuestras instituciones de educación superior. Hoy, independientemente de la disciplina que se estudie, la responsabilidad que como ciudadanos tenemos ante este hermoso planeta nos interpela para avanzar hacia visiones de formas colectivas de construir conocimiento desde una perspectiva de la inter- y transdisciplina desde una visión del bien común, como se señala en la carta del editor, tanto en la ciudad como en el campo.
Quiero agradecernos de la oportunidad de mostrar experiencias que sobre el tema se están abordando en las instituciones de educación superior. Estamos convencidos de que, si unimos esfuerzos y logramos fortalecer la visión del trabajo comunitario y colectivo, estaremos construyendo a cambiar nuestras formas de vida, más colaborativas y comprometidas.
Ésa es la invitación que plantean todos los textos de este número. Muchas gracias y buena y reflexiva lectura.
Miguel Ángel Escalona Aguilar
Coordinador de la Red de Planes Ambientales Institucionales
del Consejo Regional Sur-Sureste de la ANUIES
Universidad Veracruzana
mescalona@uv.mx
Referencias
1 IPES-Food. (2016). From uniformity to diversity: a paradigm shift from industrial agriculture to diversified agroecological systems. International Panel of Experts on Sustainable Food systems. http://www.ipes-food.org/_img/upload/files/UniformityToDiversity_FULL.pdf
2 INEGI, SNSP, Secretaría de Salud. (s/f). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Presentación de resultados. Instituto Nacional de Estadística y Geografía; Instituto Nacional de Salud Pública; Secretaría de Salud. Consultada el 22 de julio de 2021 en https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_presentacion_resultados.pdf
3 IPBES (2020). Workshop Report on Biodiversity and Pandemics of the Intergovernmental Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. Daszak, P., Amuasi, J., das Neves, C. G. y colab. Secretaría de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas. Bonn, Alemania. https://ipbes.net/pandemics
4Naciones Unidas. (2020). Reduce risk to avert ‘era of pandemics’, experts warn in new report. Noticias ONU. https://news.un.org/en/story/2020/10/1076392