Organización y diálogo para la gobernanza del agua en San Cristóbal de Las Casas: La Colonia Maya
1El Colegio de la Frontera Sur
*sonia.pineda@estudianteposgrado.ecosur.mx
Palabras clave: gobernanza, agua, Chiapas
San Cristóbal de Las Casas es reconocida por ser uno de los principales Pueblos Mágicos de México; recibe alrededor de 800 mil visitantes al año, que son fuente de sus principales ingresos económicos [1]. Esta ciudad es parte central del llamado valle de Jovel y, además de su riqueza histórica y cultural, muestra atractivos naturales con abundantes fuentes de agua como ríos, arroyos, manantiales y humedales de montaña. A pesar de esta riqueza hídrica, experimenta dificultades en la gestión pública y social de la conservación, distribución equitativa y manejo eficiente del agua.
Tras casi 500 años de existencia, en los últimos 50 San Cristóbal multiplicó su población por ocho. Hoy en día, 215 874 habitantes consumen más de 10 690 m3 anuales de agua en servicios domésticos, comerciales, públicos y turísticos [2][3]. El área turística central acapara grandes volúmenes de agua, provocando una distribución desigual respecto a los asentamientos de la periferia urbana. En el sector industrial destaca el consumo excesivo en la producción de agua embotellada y bebidas azucaradas.
Los servicios de agua apuntan a preservar la calidad del recurso, la red de distribución y saneamiento y la recarga de los manantiales. Para ello, en San Cristóbal existe un Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAM), –dependiente del Ayuntamiento–, así como seis sistemas de agua independientes y autoorganizados. Desde hace más de una década, estas instituciones enfrentan desafíos como la deforestación, la urbanización y la contaminación. Además, existen confrontaciones políticas y disputas por el control y acceso a las fuentes de agua, lo que dificulta la coordinación y el diálogo.
Otro reto que enfrenta la población de San Cristóbal es el riesgo constante de inundación. Si bien el valle cuenta con mecanismos naturales para evitarlo, que son los humedales de montaña y los sumideros, éstos se han ido deteriorando o desapareciendo debido al incremento poblacional y urbano, y los sumideros son constantemente saturados por exceso de desechos arrojados a los ríos. Esto ha perjudicado los intentos gubernamentales de prevenir inundaciones. Sólo en el año 2020, se registraron tres en distintas zonas de la ciudad.
Ante el descontrol ciudadano y el vacío institucional, han surgido grupos comunitarios, paralelos a la gestión oficial, que se autoorganizan para dar solución a las problemáticas mencionadas. En este ensayo compartimos la experiencia de la colonia Maya, que destaca por sus mecanismos horizontales de gobernanza[a]. Con apoyo de diversas herramientas cualitativas, se realizó una investigación tanto dentro de la colonia como en la ciudad.
La información obtenida se analizó a través del marco teórico de la gobernanza adaptativa, que estudia los cambios sociales y ambientales, los sucesos imprevistos y la capacidad de respuesta inmediata frente a ellos [4]. Se observaron los desafíos enfrentados por la Maya, sus alcances en vinculación y diálogo y las oportunidades de consolidar propuestas socioambientales con beneficios para toda la población de San Cristóbal.
Gobernanza desde la colonia Maya[b]
La colonia Maya es un asentamiento de alrededor de 200 viviendas. Se encuentra al sur de San Cristóbal; limita al norte con Lagos de María Eugenia y el barrio de María Auxiliadora; al sur, con la montaña Jericó; al oeste, con Lomas del Sur y al este, con Laureles del Sur. Fue establecida en la década de los 80 en un área que, en ese entonces, se consideraba parte del cinturón de pobreza de la ciudad [5]. Actualmente es una colonia de clase media baja donde conviven familias originarias de otros lugares del estado y el país. El abasto de agua y saneamiento en la Maya es otorgado por el SAPAM y, en general, la colonia no carece de estos servicios.
Hacia mediados de 2016, sus pobladores enfrentaron un problema de aumento de escorrentía pluvial originado por la deforestación del predio vecino, ubicado en la pendiente de la montaña, en el que se proyectaba la construcción de un fraccionamiento. Ello generaba inundación en las calles, por lo que el dueño del predio construyó un muro de contención.
La noche del 7 de junio de 2016 el muro de contención colapsó, vencido por un gran volumen de agua. Una corriente de lodo inundó las casas adyacentes y algunos vecinos quedaron atrapados por horas. Un grupo de personas del barrio se organizó para auxiliar a los afectados y solicitaron la intervención de las autoridades municipales. Al demorarse la respuesta de éstas, realizaron una marcha bloqueando el periférico Sur, vialidad de tránsito comercial intenso y constante. Una vecina de la colonia rememora el esfuerzo colectivo y la unión vecinal para enfrentar la situación: “A todos nos tocó algo, desde hacer turnos para bloquear, hasta conseguirles a los participantes dónde fueran al baño”.
El gobierno respaldó al dueño del predio, quien otorgó una indemnización mínima, que no cubría los daños. Los vecinos pidieron al ayuntamiento que hiciera un estudio técnico y de impacto ambiental. Tras días de espera, se les presentó un estudio que no correspondía al evento en cuestión, por lo que lo rechazaron y se organizaron con el propósito de bloquear el acceso del empresario e impedirle consolidar su proyecto de urbanización.
Los colonos cavaron una zanja en el margen sur de la colonia, que impidió el acceso de vehículos a la montaña y además sirvió para contener las escorrentías pluviales y canalizarlas a tanques de almacenamiento. La confrontación con el empresario ha escalado hasta llegar a denuncias penales que, hasta el momento, han sido improcedentes. Con todo, el proceso de organización vecinal ha tenido efectos positivos al interior de la colonia y también en su vínculo con la población de San Cristóbal.
Las personas comprometidas con la lucha conformaron una mesa directiva de la colonia Maya, que consta de alrededor de 20 personas. Ésta promueve el empoderamiento individual, la autonomía y la toma de decisiones conjunta y horizontal. Ha logrado diversos proyectos como el almacenamiento de agua de lluvias para uso común y el fomento de prácticas de conservación ambiental –captación doméstica de agua, cuidado de áreas verdes, reforestación–. Con los años, la montaña ha vuelto a cubrirse de vegetación.
En el aspecto social, construyeron un salón de usos múltiples en un área común de la colonia donde se llevan a cabo asambleas, eventos socioculturales, talleres y, periódicamente, un mercado de productos locales para fomentar el consumo local y consciente. Para estas actividades, los habitantes de la colonia se han abierto al apoyo de profesionales del desarrollo humano, la comunicación social, la educación ambiental y otras áreas técnicas. La organización entre vecinos también ayuda a salvaguardar su integridad física y sus patrimonios. Hay que decir que, a pesar de estos beneficios y la gestión de incentivos económicos, menos de la mitad de las familias de la colonia participan activamente.
Para los actores externos al proceso, el carácter de resistencia la colonia Maya se ha visto como ejemplo a seguir. La campaña “Todos somos La Maya” logró amplia difusión a través de redes sociales y medios informativos, llegando a otras partes de México y el mundo. De esta manera, se ha vinculado con agrupaciones comunitarias, asociaciones civiles y especialistas académicos.
La Maya ha participado en eventos ciudadanos, marchas pacíficas, ruedas de prensa, foros, reuniones de cabildo y conversatorios en pro de la conservación de los ecosistemas. Destaca el “Conversatorio sobre San Cristóbal de Las Casas y su entorno”, que se llevó a cabo en septiembre y octubre de 2019 y contó con una amplia representatividad de actores. Asistieron integrantes del gobierno municipal, estatal, de comunidades rurales y de otros municipios aledaños, sociedad civil y academia.
Como parte de la Red Ciudadana por el Cuidado de la Vida y la Madre Tierra en el Valle de Jovel, la Maya presentó la propuesta “Hacia una nueva generación de políticas públicas urbanas y ambientales”, que incluye 7 puntos:
- Definición de nuevo reglamento municipal en materia ambiental
- Rendición de cuentas
- Regularización de escrituras públicas para áreas protegidas
- Creación del Instituto Municipal de Planeación
- Instalación de un Consejo Consultivo de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano Municipal
- Autorización del Programa de Planeación Urbano
- No autorización de cambios de uso de suelo
Esta propuesta no necesariamente empata con los intereses de todos los grupos gubernamentales, empresariales o civiles de la ciudad. Algunos de estos actores respaldan mecanismos político-partidistas que les benefician a corto plazo, lo que cierra la puerta al beneficio común y a la innovación.
Con todo, se hace evidente que el compromiso de la Maya no es sólo con sus vecinos, sino también con el diálogo comunitario, la integración gobierno-sociedad, la transparencia, la conservación de los ecosistemas y la generación y aplicación de propuestas concretas.
Consideraciones finales
Los estudios en el ámbito local facilitan la detección de puntos fuertes y débiles en las formas de gobernanza y permiten identificar elementos clave para generar mecanismos eficaces de mayor escala.
La experiencia de la colonia Maya demuestra que cada problemática es parte de un sistema y no una situación aislada. De esta manera, los mecanismos que ha implementado pueden encauzar una gestión integral del agua, social y ambientalmente solidaria para todo San Cristóbal. También pueden ayudar a la vinculación entre actores, generar espacios de interacción y diálogo, propiciar la integración de conocimientos –elemento clave de la gobernanza adaptativa– y sumar la participación de profesionales técnicos y de las ciencias humanas. En el caso de San Cristóbal de Las Casas, el mayor desafío radica en establecer puntos de acuerdo entre actores. Los cambios trienales del gobierno y los intereses económicos representan un obstáculo. Por tanto, es importante hallar mecanismos de diálogo permanentes y, al mismo tiempo, adaptables a los cambios políticos.
Referencias
1 Centro de Investigaciones Turísticas Aplicadas. (2014). Sistema de Destinos y Jerarquización Urbana de los Pueblos Mágicos de Chiapas. SECTUR/UNACH, 88pp. http://www.turismochiapas.gob.mx/sectur/media/descargables/2015/documentos/San_Cristobal.pdf
2 DataMéxico.(2020). San Cristóbal de Las Casas, Municipio de Chiapas. ECONOMIA. https://datamexico.org/es/profile/geo/san-cristobal-de-las-casas?redirect=true
3 Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal. (2019). Servicio de Agua en San Cristóbal de Las Casas. http://sapam.gob.mx/site/quienes-somos/abastecimiento/
4 Hill-Clarvis M., Andrew A., Hannah D. (2014). Water, resilience, and the law: From general concepts and governance design principles to actionable mechanisms. Environmental Science & Policy 43 (2014) 98-110 https://doi.org/10.1016/j.envsci.2013.10.005
5 Aubry A. (2017). San Cristóbal de Las Casas. Su historia urbana, demográfica y monumental 1528-1990. 3.a Ed. Archivo Histórico Diocesano, 264 pp.
a A diferencia de “gobierno”, “gobernanza” se refiere a una estructura de diferentes tipos de actores: gubernamentales, comunitarios, privados, etcétera, que participan en la negociación y toma de decisiones sobre un tema.
b La información de este apartado fue obtenida en recorridos de campo y en entrevistas a profundidad entre agosto de 2018 y mayo de 2020. Un agradecimiento especial a los vecinos de la colonia Maya.