Los retos y crisis de las sociedades actuales requieren una aproximación sistémica a su comprensión y atención. Muchos de los retos socioambientales actuales trascienden la capacidad de acción y control de los gobiernos, mientras que los enfoques liberales han contribuido a aumentar la vulnerabilidad, los conflictos y las inequidades de distintos grupos sociales. Las crisis actuales requieren un cambio de maneras en que nos manejamos como sociedad: ya no son factibles o incluso deseables las soluciones planteadas “desde arriba”, ni tampoco un escenario de voluntades individuales que se mueven bajo sus propios intereses.
Ahora, más que nunca, es necesario construir futuros comunes en donde todas las visiones y necesidades tengan cabida en un contexto de equidad y justicia entre humanos y con otros seres vivos, entre las actuales generaciones y con las futuras. Aquí, la educación y la colaboración entre distintos grupos de la sociedad son esenciales para lograrlo.
Las instituciones educativas en general juegan un papel muy importante en la construcción de sociedades más justas, equitativas y sustentables a través de sus funciones de docencia, investigación y vinculación. Las universidades, particularmente, forman a los futuros profesionistas que participarán en la vida política, social y empresarial de las sociedades. La manera en que ocurre esta formación hace una diferencia importante en el tipo de sociedades del futuro.
Por ello, es necesario formar personas con conocimientos integrados y articulados, con un gran componente de valores éticos y con sensibilidad a los problemas socioambientales y a las necesidades de los sectores más vulnerables de la sociedad. De igual forma, la función de investigación de las universidades se vuelve socialmente pertinente cuando su definición, desarrollo y aplicación ocurre en conjunto con los grupos de la sociedad directamente más involucrados, considerándolos no solo como objetos de estudio sino como agentes activos de su propio cambio.
Por otro lado, las propias actividades universitarias son origen de impactos sociales, económicos y ambientales en, por lo menos, las regiones donde tienen influencia. Estos impactos pueden ser positivos o negativos, previstos o no previstos, directos o indirectos. Es aquí donde la responsabilidad social de las universidades adquiere un significado especial.
La Universidad Veracruzana, consciente de ello, a partir de 2010 ha apostado por generar políticas institucionales que apunten a la incorporación de la perspectiva de sustentabilidad en sus funciones de docencia, investigación, vinculación y gestión, a través de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad.
Sean, entonces, bienvenidas y bienvenidos.