Un diagnóstico energético es un proceso de evaluación detallada que tiene como objetivo analizar el consumo de energía en un determinado edificio o instalación, identificando áreas de ineficiencia y oportunidades de mejora en el uso de la energía.
En la Universidad Veracruzana, este diagnóstico nos permite detectar pérdidas de energía y optimizar los sistemas de aire acondcionado e iluminación, reduciendo costos operativos y contribuyendo a la sostenibilidad ambiental.
Así mismo, al realizar un diagnóstico energético, buscamos cumplir con normativas ambientales, mejorar la huella de carbono y promover una cultura de responsabilidad energética tanto en estudiantes como en personal.
Un diagnóstico energético consiste en las siguientes etapas:
- Levantamiento datos. Consiste obtener información de los sistemas energéticos de la entidad, como son datos de consumo, hábitos de operación de equipos, tiempos de mantenimiento, entre otros.
- Análisis de la demanda eléctrica. Se evalúa cómo y cuándo se consume la energía en el edificio o instalación.
- Análisis de calidad de la energía. Consiste en evaluar las condiciones de suministro de energía eléctrica al sitio de estudio. Un estudio de calidad de la energía evalua variaciones de parámetros eléctricos (tensiones, corrientes, frecuencia, factor de potencia, distorsión armónica) que se encuentren fuera de los rangos permisibles establecidos en normas y estandares nacionales (como el código de red) e internacionales, y que pueden generar daños a los equipos eléctricos de las instalaciones o hasta daño a los usuarios de los centros de trabajo. Los parámetros eléctricos se miden con un analizador de redes.
- identificación de áreas de oportunidad y propuesta de mejoras. A partir de la recolección de datos y los análisis realizados, se identifican las áreas en las que se puede mejorar la eficiencia energética. Esto puede implicar la actualización de equipos obsoletos, la mejora de sistemas de control, la implementación de energías renovables o la optimización de procesos.