Desde un enfoque de sustentabilidad humana y sistémica, es de gran importancia contar en la universidad con edificaciones y campus universitarios accesibles, que consideren criterios de diseño bioclimático en las edificaciones, infraestructura física resiliente, con un diseño inclusivo y seguro desde los principios de accesibilidad universal, provisión libre de agua segura para beber, el ahorro de agua y energía, la clasificación de los residuos sólidos y el aparcamiento seguro de bicicletas, entre otros.
Los proyectos impulsados desde la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustentaUV) para una infraestructura sustentable, resiliente e inclusiva son:
Los campus de la Universidad Veracruzana en sus 5 regiones abarcan una superficie de cientos de hectáreas, y al estar insertos en diversas zonas dentro de las ciudades, a medida que éstas se van desarrollando, se van formando espacios subutilizados con potencial para ser rescatados y convertidos en áreas para el aprendizaje, de manera que puedan transformar los entornos universitarios. Los espacios subutilizados son “aquellos lugares cuyo uso actual colectivo es evidentemente inferior a su potencial de aprovechamiento y cuya recuperación puede ser con fines culturales, recreacionales, comerciales o de servicios” (Alvarado, D., 2019).
Actualmente se trabaja en un manual enfocado a acompañar a las dependencias y entidades que deseen implementar una isla de bienestar en su respectivo espacio universitario, con el fin de rescatar y transformar tanto áreas verdes como los espacios subutilizados presentes en la UV en islas de bienestar.
Una isla de bienestar es un espacios al aire libre, seguro, cómodo y de calidad, diseñado desde el colectivo universitario para fomentar el aprendizaje por medio de 4 distintas áreas: el arte y cultura, el deporte, la convivencia y la sustentabilidad.
Las edificaciones desempeñan un papel importante en el cambio climático. Su impacto ambiental se ve reflejado en los índices de contaminación, congestionamientos viales, escasez de recursos, islas de calor, altos gastos económicos, entre otros. Por eso, es necesario un cambio en las formas de edificar y reorientar dichos impactos desde el diseño de espacios capaces de encaminar a las personas hacia la formación de hábitos social, económico y ambientalmente más responsables.
Es aquí donde resulta sustancial valorar el importante papel de las universidades. Ya que, ante la limitada incorporación hasta el momento, de una perspectiva de sustentabilidad durante el diseño, construcción y uso de espacios universitarios, es común que las edificaciones educativas hoy en día también se caractericen por la falta de confort térmico, altos consumos de energía, problemas de abastecimiento de agua, presencia de contaminantes al interior del edificio, iluminación poco óptima, falta de espacios que fomenten la convivencia, entre otros, y a su vez, esto genere consecuencias hacia el entorno, afectando a incluso a una escala urbana.
En este sentido, los edificios universitarios no solamente deberían ser considerados como simples construcciones, sino ser revalorados como espacios donde se da el desarrollo humano integral en equilibrio con su entorno social y ambiental, y observarse como herramientas con potencial para convertirse en espacios promotores de cambio.
Considerando lo anterior, actualmente se desarrolla un libro con el fin de proponer recomendaciones de sustentabilidad para el diseño, construcción y ocupación de edificios universitarios, desde una visión integral de los espacios universitarios como herramientas de fomento de formas de vida sustentables.
Su contenido es una recopilación de diversas experiencias y saberes de especialistas en las disciplinas correspondientes a cada uno de los capítulos, quienes han considerado las recomendaciones descritas, como aspectos fundamentales a incorporar en los campus universitarios, para incluir la dimensión de la sustentabilidad en las prácticas universitarias cotidianas.